Estados Unidos volvió a aplicar la pena de muerte en Arizona luego de más de dos años sin hacerlo. Sucedió este miércoles cuando un preso condenado por un asesinato fue ejecutado con una inyección letal.
El hombre, Aaron Gunches, de 53 años, fue ejecutado luego de que haber sido encontrado culpable del homicidio del exesposo de su novia Ted Price en 2002 y de renunciar a la batalla legal por detener la pena de muerte.
"Finalmente se hizo justicia para Ted Price y su familia", dijo la fiscal general de Arizona, Kris Mayes, tras la ejecución en una prisión estatal en el condado de Florence.
Testigos de los medios de comunicación dijeron que Gunches fue puesto en una camilla en la cámara de ejecuciones en la que sus brazos y piernas fueron inmovilizados con sujetadores.
Al preguntarle si tenía unas últimas palabras, Gunches solo movió su cabeza para decir que no. Fue el primer prisionero en ser ejecutado en Arizona desde noviembre de 2022.
Los problemas en anteriores ejecuciones para administrar las drogas de la inyección letal habían conducido a la suspensión de las penas de muerte mientras se realizaba una revisión del procedimiento.
La pena de muerte en Estados Unidos
La pena de muerte en EE.UU está abolida en 23 de los 50 estados pero se mantiene vigente en el resto y, en el caso de California, Oregon y Pensilvania, rige a través de una moratoria. Desde que comenzó el año, los estadounidenses realizaron ocho ejecuciones, mientras que en 2024 se contabilizaron 25.
El uso de la pena de muerte está en su nivel más alto desde 2015: ola de ejecuciones en Irán y China
El caso de Gunches se sumó al de Jessi Hoffman, de 46 años que había sido condenado por la violación y asesinato de la ejecutiva publicitaria de 28 años Molly Elliott en 1996.
Hoffman fue ejecutado en el estado de Luisiana luego de 15 sin aplicarse esa pena. A diferencia del caso de Gunches, su deceso se produjo mediante la inhalación de nitrógeno.
AFP/ LM