En medio del escándalo por la criptomoneda recomendada por Javier Milei en redes sociales, otro tema de la agenda pública fue la polémica en torno al Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES). Ante este panorama, este medio dialogó con Agustín Campero, presidente de la Fundación Alem, quien abordó las acusaciones de difamación contra el CEDES y el impacto de estas estrategias en el contexto político y económico del país.
Según Agustín Campero, el Gobierno reaccionó con nerviosismo ante las críticas sobre la sobrevaluación del peso y los riesgos de una posible devaluación. "Uno de los golpeados fue Domingo Cavallo y otro fue el CEDES, un centro de estudios histórico y prestigioso", afirmó. Luego, aseguró que a partir de comentarios de ciertos periodistas se desató una campaña de difamación contra economistas del CEDES como Roberto Frenkel, José María Fanelli y Sebastián Katz. Este ataque, promovido en redes sociales, solo cesó con la irrupción de otro escándalo mediático.
El objetivo detrás de la estrategia de “embarrar la cancha”
Para Campero, esta estrategia de "embarrar la cancha" es utilizada por gobiernos de distintos signos políticos para controlar la agenda pública. "Insultan a periodistas, intelectuales y políticos para desviar la atención de los problemas reales", señaló. Sin embargo, considera que esta dinámica solo genera inestabilidad económica y política, afectando el clima de inversión y el desarrollo del país.
La posibilidad de que CEDES lleve el caso ante la justicia es incierta
Respecto a la posibilidad de que CEDES lleve el caso a la justicia, el entrevistado aclaró que no tiene información precisa sobre el tema. No obstante, criticó la proliferación de "denuncias ridículas" en el debate público. "Esto no solo afecta la conversación política, sino que genera incertidumbre en la economía argentina", expresó. A su vez, subrayó la importancia del pluralismo y el respeto a las opiniones técnicas en el análisis de políticas económicas.
Campero comparó la actual administración con el kirchnerismo, ahí señaló una continuidad en las tácticas de confrontación y descalificación del adversario. "Son hermanos, hijos de la misma placenta", afirmó. Sobre la misma línea, remarcó que la estrategia de difamación y manipulación mediática es idéntica en ambos gobiernos, con el objetivo de mantener el control del discurso público.
El uso de la hostilidad como herramienta de desviación
El presidente de la Fundación Alem criticó el clima de hostilidad que generan estas prácticas: "Acusar y difamar al contrario es antidemocrático y va en contra de la estabilidad y el crecimiento del país". También argumentó que la constante instalación de temas distractores desvía la atención de los problemas estructurales de Argentina, obstaculizando el progreso económico.
Otro tema fue el impacto del llamado "CryptoGate", luego de que el Presidente recomendara abiertamente un emprendimiento privado vinculado a criptoactivos. "Esto es lamentable y traerá muchas consecuencias", advirtió Campero, señalando la necesidad de una investigación profunda. Más allá de las intenciones detrás del episodio, subrayó su efecto negativo en la economía argentina y en el mercado de inversiones.