En función de ejercer una reflexión sobre el legado del primer pontífice latinoamericano y el impacto de su papado en la Iglesia y en el mundo tras el fallecimiento del Papa Francisco, este medio dialogó con el secretario general de la Universidad de Morón, Walter Fernández.
“Francisco ha dado un giro de 180 grados en el manejo del timón de la barca”, señaló Walter Fernández. Y recordó una de sus frases más emblemáticas: “En esta barca estamos todos, todos, todos”. Según comentó, ese mensaje refleja la apertura que caracterizó su papado: “Fue un líder espiritual, pero también un jefe de Estado que se preocupó y se ocupó de los problemas mundiales”.
A su vez, resaltó el fuerte contenido social y ecológico del pontificado: “Nos deja una encíclica muy rica, Laudato Si, y luego Laudate Deum. Francisco nos alerta de forma preocupante, la humanidad no ha hecho nada”.
El mensaje inclusivo del Papa Francisco
Fernández subrayó que Francisco fue el primer Papa que dirigió una encíclica a “los hombres y mujeres de buena voluntad”, no solo al pueblo católico. “Incluyó a todos, absolutamente. Desde el tema del medioambiente hasta la violencia y la paz mundial, siempre buscó acercar posturas”.
La inclusión también alcanzó el plano interno de la Iglesia: “Le dio importancia a la mujer, designándolas en lugares claves. Fue un pontífice que modernizó estructuras y abrió puertas”, afirmó.
Cómo buscaba ser recordado el Papa Francisco
Sobre cómo creía que Francisco deseaba ser recordado, el secretario general compartió una anécdota: “En una entrevista le preguntaron eso y respondió: ‘como un buen hombre’. Pero para mí fue mucho más, el Papa que construyó puentes, que no puso vallas”.
También hizo énfasis en su rol ecuménico: “Reunió líderes religiosos, fue a zonas donde el catolicismo es una minoría, como Mongolia, y plantó el olivo entre Israel y Palestina. Su legado es claro, diálogo, paz y esperanza”.