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CRITICA

El Ascensor: dos grandes interpretaciones para corporizar las relaciones humanas de hoy

Susana Giannone y Juan Paya se destacan en esta obra que brinda una mirada cariñosa y simpática a la dificultad de que tenemos para acercarnos al otro. El director Esteban Prol saca provecho de sus actuaciones y les da interesantes elementos para moverse en el escenario.

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El Ascensor está protagonizada por Susana Giannone y Juan Paya. | Vivo.

Ya lo sabemos: cada vez es más difícil acercarse a otra persona. Si se trata de un contacto superficial, ahí la cosa cambia y es muy sencillo. Pero profundizar y ser sinceros con el otro, particularmente si se trata de un extraño, cada vez es menos frecuente en el mundo moderno. Y aquí viene el aporte del texto de Patricia Alvarez y Sebstián Slepovich para zanjar la brecha planteando que dos desconocidos queden atrapados por horas en un ascensor sin luz ni conexion con el exterior. Aunque sera sólo para matar el tiempo ese necesario contacto humano se va a hacer realidad, develando capa tras capa el interior de estas dos personas.

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El planteo es muy interesante y está enriquecido con mucho humor (se escuchan muchas carcajadas en la platea) y la resolución por parte del director Esteban Prol le aporta dinamismo usando recursos que multiplican la escena, evitando lo estático que podría ser tener a dos personas paradas siempre en el mismo lugar.

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Pero aquí lo que se destaca, y es lo más importante de esta puesta, son las interpretaciones superlativas de Susana Giannone y Juan Paya, dos grandes de la escena porteña que aquí están en su salsa aportando matices con apenas gestos para caracterizar a sus personajes. Claro, todo recae sobre ellos, pero salen airosos de la prueba. Susana pasa de la frialdad más absoluta y la distancia a dejar caer los muros que su ejecutiva debió construir para ascender en un mundo dominado por los hombres. Juancito, cada vez más maduro y con su soltura habitual, arranca desde el lado opuesto, de la debilidad y el desgano, y se va ganando el cariño del espectador con sus fallidos que terminan en aciertos. Cada uno en la composición de sus personajes se transforma en otro, lejano o cercano a su propia realidad, en pro del fin común que es divertir y enternecer al espectador. Y por supuesto lo logran.

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Si estás buscando algo para ver y que te haga salir contento del teatro, no lo dudes, esta es la obra que está jueves y viernes a las 20 en Border (Godoy Cruz 1838, CABA). Encontrá acá más info sobre las entradas.