Cuatro meses de registrarse el primer fallecimiento por Covid-19, Brasil alcanzó este domingo la desoladora cifra de 72.100 personas muertas, al agregarse 631 fallecidos en apenas un día. En las últimas 24 horas se agregaron también a las estadísticas oficiales 24.831 contagios, con lo cual ya suman 1.864.681 casos desde que comenzó la pandemia.
Brasil ve con preocupación el avance de la epidemia en el interior de país, con 96,4 por ciento de los municipios afectados, incluidas las comunidades indígenas, donde el sistema de salud tiene mayores desafíos, debido a la escasez de unidades de terapia intensiva y de recursos para atender a los pacientes más graves. A la par, aún no existe certeza de que la curva de contagio nacional haya alcanzado su pico, y la compleja situación se vio agravada esta semana, luego de que el pasado 7 de julio el presidente Jair Bolsonaro recibió el diagnóstico positivo por Covid-19.
Las increíbles cifras del país que es el epicentro actual de la pandemia del coronavirus vienen acompañadas por "algunos misterios sobre la nueva pandemia de coronavirus en Brasil que aún deben aclararse con el tiempo, con investigaciones y estudios", según el diario O Globo, cuya publicación se pregunta cuándo llegó realmente el virus a Brasil y cuál es el número real de casos de Covid-19.
Globo sostiene que aunque el primer registro oficial se informó el 26 de febrero -un paciente de San Pablo proveniente de Italia- hay sospechas de que el coronavirus llegó a territorio brasileño mucho tiempo antes. Los expertos, incluso, todavía no se ponen de acuerdo sobre cuándo comenzó a circular sobretodo porque no siempre se manifiesta en las personas infectadas, y tampoco todos los casos fueron reportados al ministerio de Salud.
El doctor Bernardo Vargaftig, profesor del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Sao Paulo, dijo que las diferencias sociales en el país son determinantes en el avance de la pandemia, debido a las dificultades de la población de menores recursos para adoptar medidas de distanciamiento social. "Existe una gran diferencia entre las personas que tienen las condiciones materiales para quedar aisladas en condiciones adecuadas, con relación a personas que viven de a cuatro en un solo aposento con piso de tierra", destacó.
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Para Vargaftig, otro factor en la diseminación del coronavirus es la heterogeneidad en las políticas de enfrentamiento de la pandemia. "Buscando resolver el problema, las autoridades locales, tanto a nivel de los estados como de los municipios, tienen que aplicar reglamentos nuevos, pero que no tienen continuidad con los vecinos. Por ejemplo, si es necesario hacer un confinamiento absoluto, no funciona si el vecino no lo hace también", señaló.
Otra preocupación creciente para las autoridades sanitarias es el avance de la pandemia entre los pueblos indígenas, ante lo cual se toman medidas adicionales con el fin de contener el contagio y ampliar la cobertura médica para las comunidades. De acuerdo con datos oficiales, hay más de 9.600 casos confirmados de Covid-19 entre los indígenas, con 198 muertos por la enfermedad. El número exacto de indígenas fallecidos podría ser mayor, debido a que la información de muchas comunidades en la región amazónica demora en llegar.
La líder indígena, Sonia Guajajara, alertó sobre el riesgo que representa el coronavirus para la identidad cultural de decenas de etnias y el peligro de contagio preocupa en especial porque, en diversas etnias, los ancianos en las aldeas son muchas veces los últimos hablantes de sus respectivas lenguas. "No sabemos si los aislados fueron contaminados, ya que no podemos hacer contacto con ellos. Pero sabemos que hay invasores cerca y en pueblos que son vecinos", alertó Guajajara.
DS