Un grupo de expertos en España publicó un estudio en el que recomendó evitar por completo la exposición de los niños a las pantallas hasta los seis años y el uso de teléfonos analógicos hasta los dieciséis. Según concluyeron, el contacto prematuro con estos dispositivos genera dependencia y aislamiento, además de problemas en la salud física, psicológica y social de los menores.
El informe, que constó de 150 páginas, analizó el impacto de las tecnologías en las personas menores de edad. En él se incluyeron aspectos como las responsabilidades de la industria, la exposición infantil en redes sociales, el papel de las familias y las herramientas de protección. Los especialistas señalaron que el acceso a la tecnología debería ser progresivo, respetar los derechos de privacidad e intimidad y adaptarse a la madurez de cada niño.
Entre las recomendaciones más destacadas, plantearon mantener a los niños alejados de las pantallas hasta los seis años, usar teléfonos sin conexión a Internet hasta los dieciséis y limitar el uso de dispositivos móviles por parte de los adultos frente a los menores. Propusieron también retrasar lo máximo posible el acceso a estas tecnologías y reforzar la supervisión parental para garantizar un entorno seguro.
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Las consecuencias del uso excesivo de tecnología en menores
La tecnología, según afirmaron, transformó la vida cotidiana con su omnipresencia, facilitada por las conexiones accesibles y el uso masivo de pantallas. Este fenómeno, aunque naturalizado, incrementó los niveles de dependencia, lo que llevó a los especialistas a definir este escenario como una "sociedad postdigital". Indicaron que, aunque la revolución digital parece imperceptible, sus efectos afectan áreas clave como la educación, el ámbito familiar y el laboral.
El estudio también mostró cifras alarmantes sobre el uso de dispositivos en menores. Mientras que hace una década el acceso a Internet en niños era considerablemente menor, en la actualidad el 97% de los menores de entre 0 y 8 años tiene conexión desde sus hogares. Incluso en la franja de 0 a 3 años, el 82,4% de los niños utiliza dispositivos móviles, y muchos de ellos ya cuentan con uno propio, lo que contrastó con las recomendaciones de evitar su uso en esas edades.
Los expertos destacaron que el uso excesivo de pantallas en las primeras etapas de vida afecta el desarrollo cerebral. Señalaron que, en esos años cruciales, el cerebro no logra filtrar de manera adecuada la información recibida. Además, advirtieron sobre los peligros de acceder a contenidos inapropiados, los cuales podrían afectar el equilibrio emocional, tanto de los menores como de su entorno.
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Medidas para la industria tecnológica: etiquetado y control parental
El informe de los especialistas españoles no solo se centró en las prácticas familiares y educativas, sino que giró también hacia un actor clave de esta trama: la industria tecnológica. En su análisis, los expertos plantearon que las empresas del sector deben asumir un papel más activo y responsable, comenzando por implementar un etiquetado claro en los dispositivos digitales. Este etiquetado advertiría sobre los riesgos para la salud asociados al uso excesivo de aplicaciones y dispositivos, además de alertar sobre el acceso a contenidos inadecuados para la infancia y la adolescencia.
La propuesta busca generar un impacto directo en la experiencia del usuario. Según el documento, estas advertencias deberían aparecer en las pantallas de los dispositivos cada vez que se abriera una aplicación o plataforma online. El lenguaje debe ser claro y accesible, sin eufemismos, y debe explicar tanto los riesgos para la salud como el tiempo máximo recomendado de uso.
Pero el informe no se detuvo allí. Los expertos sugirieron que los fabricantes y desarrolladores de software también asumieran una nueva normalidad en su diseño: la preconfiguración de espacios digitales seguros. Es decir, sistemas de control parental que vengan instalados por defecto, no como una opción que el usuario deba buscar y activar, sino como una barrera inicial para proteger a los menores en el entorno digital.
A esto se sumó una medida que, si se implementara, podría transformar el modo en que se conciben los lanzamientos tecnológicos. Los especialistas recomendaron que cada nuevo producto o servicio digital incluya un informe de impacto para menores. Este informe ofrecería orientaciones específicas por edades para delinear con precisión qué grupo etario estaría en condiciones de utilizar la tecnología de manera segura y cuál no.
NG/LT