SOCIEDAD
la ley de etiquetado frontal está frenada en diputados

Sólo el 25% de los consumidores dice entender la información que traen los envases de alimentos

Un estudio de la Universidad Siglo 21 realizado en distintas ciudades del país indica que menos de la mitad de los argentinos admite leer las etiquetas de lo que compra, aunque en los hombres esa cifra baja a casi el 30%.

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Alerta. Los sellos negros ya están en uso en Chile, México y Uruguay. Aquí aún no se implementan. | na / cedoc

Aceite vegetal de palmiste, baño de repostería fantasía, polvo de cacao alcalino, emulsionante INS 322. Este listado, que pertenece al empaque de una barrita de cereal bañada en chocolate -un alimento muchas veces vendido o presentado, aun por profesionales, como “saludable”-, resulta un idioma casi desconocido para la mayoría.

Ante la góndola, la alacena o la heladera, intentar entender la información nutricional de las etiquetas en los alimentos de origen industrial resulta, según un informe reciente, un desafío para al menos una de cada cuatro personas en el país. 

Uno de los aspectos más reveladores está relacionado con la conducta que adoptan las personas a la hora de comprar alimentos o bebidas en envase. Menos de la mitad de los argentinos lee la información nutricional de las etiquetas.Esta conducta es menos frecuente en los hombres (35,6%) en comparación con las mujeres (44,1%) y, al mismo tiempo, más frecuente en la ciudad de Corrientes (50,7%), Comodoro Rivadavia (47,8%) y Rosario (46,9%), en comparación con el resto de las ciudades donde se realizó el estudio. 

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Por otro lado, otro dato a destacar es que sólo una de cada cuatro personas manifestaron tener un entendimiento pleno de la información expresada en las etiquetas.

Los datos se desprenden de un informe del Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales de la Universidad Siglo 21. El estudio analiza el grado de lectura y comprensión de las etiquetas de los alimentos que consumimos los argentinos a diario. Para ello, la universidad analizó casos de la Ciudad de Buenos Aires, Comodoro Rivadavia, Córdoba, Corrientes, Mendoza, Rosario y San Miguel de Tucumán. 

“Poder contar con información clara y legible de los ingredientes que componen los productos que consumimos a diario, nos permitirá tomar decisiones conscientes de compra. Es por ello que, en los últimos años, en diversas partes del mundo y la región, se comenzó a regular el etiquetado y ha tenido buenos resultados en la población”, asegura Natalia Cervilla, directora de la Licenciatura en Nutrición de la casa de estudios. 

Datos claros. Durante octubre de 2020, se trató en el Senado la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos que obtuvo media sanción por amplia mayoría y ahora espera ser validada en la Cámara de Diputados, con trabas y demoras que suponen una fuerte intervención de las principales empresas productoras de alimentos y bebidas. El objetivo de la ley es la colocación de una serie de sellos en los envases para alertar cuando se trata de un alimento con alto contenido de sodio, azúcar, grasas saturadas y calorías. 

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los 3 factores de riesgo más asociados a la mortalidad en Argentina son la hipertensión, hiperglucemia y sobrepeso u obesidad, causando más de 140 mil muertes por año y diversas enfermedades vasculares, cardíacas, cerebrales y renales. En materia de sobrepeso y obesidad, el país tiene una de las tasas más altas de la región y está en aumento: actualmente cuatro de cada diez niños, niñas y adolescentes la padecen, así como 7 de cada 10 personas adultas.

La ley “busca garantizar el derecho a la salud y a una alimentación adecuada brindando información nutricional simple y comprensible de los alimentos envasados y bebidas analcohólicas”. Se propone un etiquetado frontal de advertencia que tendrá un sistema gráfico de octógonos negros con diversas leyendas precautorias. Múltiples estudios científicos han demostrado que es el diseño más efectivo para que el consumidor logre tomar una decisión de compra informada en pocos segundos. 

A nivel regional, en los últimos cinco años, Chile, Perú, México y Uruguay han implementado etiquetas de advertencia en el frente del envase. Al igual que lo propuesto en Argentina, las advertencias frontales en estos países también utilizan una forma octogonal en colores negro y blanco con la advertencia “Alto en” o “Exceso de”, seguido de “grasas”, “sodio”, “azúcares”, “edulcorantes” y “grasas saturadas”. 

La OMS define a los nutrientes críticos como aquellos cuyo exceso en la alimentación de una persona constituye un factor de riesgo para su salud. De esta manera, se han definido límites para la ingesta diaria de azúcares libres, grasas saturadas, grasas totales, grasas trans y sodio.

A partir de evidencia científica, cuando el consumo de estos nutrientes críticos supera los límites recomendados, se asocia al riesgo de desarrollar sobrepeso, obesidad y otras enfermedades crónicas, como hipertensión, diabetes, ciertos tipos de cáncer, entre otros. 

Beneficios. Diversos estudios demuestran el cambio que está teniendo la región. En Chile, el 64% de sus habitantes consideró disminuir el consumo de alimentos altos en nutrientes críticos, mientras que el 41% ha modificado sus hábitos después de la Ley de Etiquetado Frontal. 

Por su parte, el 50% de los mexicanos aseguró que la ley ayuda a tomar una decisión de compra. En el caso de Perú, el 80% considera que su aplicación tendrá un aporte positivo en los hábitos de alimentación de la gente. Mientras que el 89% de los uruguayos consideran que esta regulación ayuda a identificar claramente productos poco saludables.