El reclamo que este lunes llevan adelante las seis líneas de subte que componen la red de transporte porteña puso en agenda nuevamente el efecto que puede generar el asbesto, un componente cancerígeno que forma parte de las piezas ferroviarias y por el cual los trabajadores reclaman menos horas laborales.
Luego de que la empresa Emova decidiera aplicar descuentos salariales por medidas de protesta anteriores y ante el continuado pedido de trabajar en mejores condiciones de salud, la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro (AGTSyP) organizó un cese de actividades en las líneas A,B,C,D, E y H, incluyendo el Premetro.
Desde la empresa emitieron un comunicado respondiendo la queja salarial pero también haciendo hincapié en las medidas que han llevado adelante para controlar la calidad de aire respecto al asbesto o amianto, un material altamente riesgoso para la salud y que puede producir cáncer. Según explicaron se realizaron 2.500 mediciones "en todas las áreas de trabajo del subte, arrojan resultados considerados adecuados para la salud".
Además agregaron que los reportes fueron aprobados por la Agencia de Protección Ambiental del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. "Así se ha demostrado y se continúa monitoreando que el ámbito del Subte cumple con las condiciones exigidas por las normas que regulan la seguridad en el trabajo en base a estándares científicos y técnicos", manifestaron. Los "metrodelegados", sin embargo, exigen que se baje la jornada de 36 a 30 horas por semana para disminuir el riesgo de inhalar la sustancia.
Qué es el asbesto y cómo afecta a la salud
El asbesto es un componente mineral que si se encuentra en el aire puede entrar en los pulmones y permanecer durante un tiempo extenso.
Además es un producto que tiene múltiples usos por su resistencia al calor, los ácidos y la fricción, con una gran capacidad aislante. El elemento puede encontrarse en la construcción de motores, trenes, barcos y material anti llamas.
Parte de los reclamos de los trabajadores del subte tienen que ver con la potencia mortal que puede tener este elemento, el cual se adhiere a los pulmones y genera fibrosis, insuficiencia respiratoria o en el peor de los casos, cáncer pulmonar.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se producen 107.000 muertes el año en promedio por esta afección.
En Argentina, el Ministerio de Salud prohibió su utilización desde el año 2003 pero diversos estudios han demostrado que todavía se encuentra en edificios del Gran Buenos Aires.
Asbesto: posiciones encontradas
La semana pasada, cuando el conflicto entre los trabajadores y Emova ya comenzaba a subir de tono, hubo diversos especialistas que brindaron argumentos sobre esta problemática.
Uno de ellos fue el ingeniero Mario Magnin, quien dijo en diálogo con Jorge Fontevecchia en Modo Fontevecchia por Radio Perfil: "La Ciudad tiene millones de kilos de materiales conteniendo asbesto, con el que convivimos en nuestras casas, escuelas, espacios públicos".
Si bien expresó que ninguna empresa ha hecho más acciones que Emova para "controlar y minimizar el riesgo del asbesto", consideró que "es un problema con el cual tenemos que convivir, porque España viene llevando a cabo tareas de quita de asbesto hace 40 o 50 años y le queda aún 20 o 30 años más":
Mario Magnin: "El asbesto es un problema de nuestra sociedad, no exclusivamente de Argentina"
Por otro lado el referente de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro (AGTSyP), Claudio Dellecarbonara, dijo en el mismo programa radial que el asbesto ya se cobró la vida de tres trabajadores, dejo 85 afectados con seis de ellos enfermos de cáncer y confirmó que también afectó a usuarios.
"Estamos pidiendo que se retire, se cumpla con la ley, con los fallos de la justicia porteña, que se cambien las flotas que están contaminadas y, obviamente, exigiendo la reducción de la jornada para minimizar los efectos de todos los factores de salubridad entre los que está el asbesto en nuestro ámbito de trabajo", agregó el metrodelegado.
gi / ds