La leyenda del boxeo mundial George Foreman falleció este viernes por la noche a los 76 años de edad. “Con profundo pesar, anunciamos el fallecimiento de nuestro querido George Edward Foreman Sr., quien falleció en paz el 21 de marzo de 2025, rodeado de sus seres queridos. Predicador devoto, esposo, padre amoroso y bisabuelo orgulloso, vivió una vida marcada por una fe inquebrantable, humildad y propósito”, expresaron sus familiares en un comunicado publicado en redes sociales.
Foreman fue considerado uno de los diez mejores pesos pesados de la historia. Perteneció a una generación en la que destacaron figuras como Muhammad Ali, Floyd Patterson y Joe Frazier, quien lo precedió como campeón olímpico. En su carrera profesional, logró 76 victorias, 68 de ellas por nocaut, y sufrió sólo cinco derrotas.
Tras una infancia y adolescencia complicadas, se radicó en Oregon, donde comenzó su trayectoria en el boxeo. “Quería ser jugador de fútbol americano”, afirmó en su página web. “Probé el boxeo solo para demostrar a mis amigos que no tenía miedo. Pues bien, 25 combates y un año después, era medallista de oro olímpico”.
Su ascenso fue rápido gracias a la potencia y velocidad de sus golpes. Con 19 años, ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de México 1968. Durante ese evento, tuvo tensiones con sectores del Black Power, que lo acusaron de ser “condescendiente” con el sistema establecido. Esa misma controversia lo acompañó en el histórico combate contra Muhammad Ali.
Para el 30 de octubre de 1974, cuando enfrentó a Ali en Kinshasa, Zaire (actual República Democrática del Congo), Foreman llegó invicto con un récord de 40 victorias. Entre esos triunfos, se contaron dos ante boxeadores argentinos: Gregorio “Goyo” Peralta, el 10 de mayo de 1971, y Miguel Ángel Páez, un año después.
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El título de los pesados, que Alí perdió al negarse a pelear en Vietnam, quedó en manos de Joe Frazier. Sin embargo, Foreman lo venció por nocaut técnico en Kingston, Jamaica, a comienzos de 1973, derribándolo seis veces en los dos primeros asaltos. Esa demostración de poder lo consolidó como un campeón temido.
Alí-Foreman: el legandario combate en Zaire
Con el retorno de Ali al boxeo, el promotor Don King vio una oportunidad única: enfrentar a dos figuras con estilos y personalidades opuestas. La pelea, conocida como "The Rumble in the Jungle", se retrasó casi dos meses por una lesión ocular de Foreman. King ofreció cinco millones de dólares a cada boxeador y contó con el respaldo del dictador Mobutu Sese Seko.
Ernesto Cherquis Bialo, enviado especial de El Gráfico, recordó: “Me pareció transitar una fábula, una ficción. ‘The Rumble in the Jungle’ ocurrió, fue un hecho cierto. Podemos dar fe de ello 700 periodistas y cientos de millones de espectadores que la vieron por televisión”. Agregó: “Hoy, medio siglo después, este combate ha logrado desafiar a los calendarios, consagándose como ‘el combate de todos los tiempos’”.
En el rincón de Foreman estuvieron las leyendas Archie Moore y Sandy Saddler. Moore anticipó: “Respeto mucho a Ali, lo he respetado toda la vida, pero no podrá hacer nada contra George; hay una gran diferencia de potencia, y eso es terminante en el boxeo”.
Norman Mailer, quien entrevistó a Foreman, escribió: “No había por qué considerarlo un psicópata. Era más bien un genio físico que empleaba los métodos de la catatonia (silencio, concentración e inmovilidad)”. Sobre su presencia, dijo: “Su violencia estaba en la aureola de su serenidad. Era como si hubiera aprendido la lección que Sonny Liston había enseñado: uno no debía permitir que se disipara la violencia, sino almacenarla”.
Durante el combate, Foreman se mostró desorientado ante las tácticas que su entrenador, Angelo Dundee, le indicaba a Ali. En el octavo asalto, una derecha cruzada a la mandíbula lo derribó. Con ese golpe, Ali recuperó el título mundial y Foreman perdió su invicto. “No podía creer que hubiera perdido el título mundial”, confesó Foreman. “Fue el momento más embarazoso de mi vida. Pasé del orgullo a la lástima. Es devastador”.
Amargado por la derrota, estuvo casi dos años fuera del ring. Aunque regresó con algunos triunfos, incluyendo una victoria ante Frazier, no volvió a ser el mismo y se retiró. No obstante, en 1987, volvió al boxeo. Ya convertido en empresario de productos cárnicos, sorprendió al establecer una amistad con Ali.
A los 42 años, desafió a Evander Holyfield por el título, y aunque perdió por puntos, su valentía le ganó el respeto del público. En 1994, a los 45 años, se consagró campeón de la FIB al vencer a Michael Moorer, convirtiéndose en el campeón de peso pesado más veterano de la historia. Su última derrota llegó el 22 de noviembre de 1997 ante Shannon Briggs en Atlantic City, lo que marcó el final de su carrera en el boxeo.
Tras su retiro, se dedicó a los negocios, a predicar como pastor en la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo y a actividades solidarias. Su imagen cambió con el tiempo y pasó de ser considerado frío y distante a convertirse en una figura cálida y cercana en los medios de comunicación.
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