Leonardo Bertulazzi fue detenido este jueves 29 de agosto en la Ciudad de Buenos Aires después de que la justicia italiana lo buscara por más de 40 años por haber integrado el grupo armado italiano Brigadas Rojas. Fue uno de los prófugos más buscados en su momento y estuvo vinculado al secuestro y asesinato del exprimer ministro Aldo Moro, en 1978.
El exintegrante de las Brigadas Rojas (conocidas en italiano como Brigate Rosse), que fue el principal grupo terrorista en la Italia de los años 70, tiene hoy 72 años. De línea comunista, la organización de la que formó parte cometió varios atentados y secuestros, incluidos el de Moro, un hecho que conmocionó no solo a Italia sino al mundo entero.
Considerado como "responsable de crímenes que atentaron contra los valores democráticos y la vida de múltiples víctimas en Italia", Bertulazzi es acusado por la justicia italiana con los cargos de asociación subversiva o ilícita, secuestro extorsivo y falsificación de documentos, por lo que se podría enfrentar a una pena de hasta 27 años.
Se estima que ingresó a la Argentina en 2002 y fue detenido por sus crímenes en aquel entonces. Sin embargo, pidió asilo ante la Comité de Elegibilidad para los Refugiados (CEPARE). Entonces aseguró que "nunca había cometido delitos contra la paz, contra la humanidad, ni atrocidad alguna", y que la justicia de su país lo juzgó en ausencia, por lo que se le otorgó el status.
Tras veinte años prófugo, otros veinte como refugiado en Argentina y más de 40 desde que es buscado por la justicia italiana, el actual Gobierno argentino le retiró el reconocimiento como refugiado político a Bertulazzi, motivo por el que fue capturado en su domicilio, en la Ciudad de Buenos Aires.
Las Brigadas Rojas en Italia
La formación de las Brigadas Rojas (BR) tuvo lugar en el contexto de las luchas sociales de finales de la década de 1960, en particular en los ambientes estudiantiles de extrema izquierda. Su fundador en aquel entonces fue el estudiante de Sociología Renato Curcio, oriundo de Brescia, quien ahora tiene 82 años.
La agrupación se gestó en el marco de huelgas obreras que sacudieron a las fábricas (Pirelli y Siemens en particular) y el "temor" a un golpe de Estado de la derecha en Italia, como la dictadura de los coroneles en Grecia y la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile. Tenían como objetivo llegar al poder mediante la lucha armada y la subversión de todas las instituciones del Estado.
Las primeras acciones se limitaban a incendiar los automóviles de diversos jefes de las grandes compañías de Milán, así como a miembros del Movimiento Social Italiano (MSI). Sin embargo, las manifestaciones poco a poco aumentaron su violencia, hasta llegar al secuestro, la agresión física y la muerte de magistrados, policías, periodistas y dirigentes industriales y políticos.
El primer secuestro adjudicado a las BR es el del Juez instructor Mario Sossi en 1974, cuando la organización alcanzó su mayor difusión. Uno de los fundadores, Mario Moretti, contó que fue “la primera gran acción armada contra el estado y tuvo un grandísimo efecto”.
Y añadió: “Fue un enfrentamiento real, vivido y visible, pequeño pero emblemático, contra el verdadero estado, contra la magistratura, contra la policía y contra los carabineros. Fascinó a muchos, y tuvo un eco extraordinario en la prensa. Fue con Sossi con el que conquistamos el terreno de los medios”.
En 1977 se unió Bertulazzi, conocido bajo el alias de Stefano, y actuó bajo la división genovesa de la agrupación. Según la Justicia italiana, formó parte del secuestro del ingeniero naval Piero Costa en enero de 1977, cuyo rescate de diez millones de liras permitió financiar el operativo para capturar al ex primer ministro italiano Aldo Moro.
El brutal secuestro y asesinato de Aldo Moro
Una tormenta de plomo cayó en las inmediaciones de la parroquia de Santa Chiara, en un barrio residencial de las afueras de Roma, aquel jueves 16 de marzo de 1978. Aldo Moro, ex primer ministro italiano y líder de la Democracia Cristiana se encontraba partiendo de la iglesia a las 9 de la mañana cuando fue interceptado y capturado por un convoy de las Brigadas Rojas.
Como era habitual, el hombre se detenía cada mañana en la misa de Santa Chiara y después partía junto a su comitiva de seguridad para continuar con los quehaceres del día. Sin embargo, esta vez, los dos autos que componían la escolta debieron parar repentinamente cuando un Fiat 128 con matrícula diplomática se detuvo frente a ellos y se desató lo peor.
Una lluvia de fusiles se abatió sobre los vehículos, ametrallados por una decena de miembros de la guerrilla de Brigadas Rojas, varios de ellos disfrazados de pilotos de Alitalia. Los cinco escoltas no lograron ni desenfundar las armas, fueron masacrados, y solo Moro permaneció ileso, pero fue capturado en el momento.
Dos días después, el diario "Il Messaggero" recibió la primera llamada de las BR, que indicaba dónde encontrar el primer comunicado de la organización. En aquel sobre aseguraban que Moro se sometería al juicio del "Tribunal del Pueblo” e iba acompañado de una polaroid del hombre al que definieron como “estratega de este régimen democristiano que desde hace 30 años oprime al pueblo italiano".
El 7 de junio de 1968 se llevó a cabo la primera acción armada de la ETA
El secuestro abrió un debate ético en la política italiana, que se fue acentuando conforme se fueron conociendo las decenas de cartas que el ex primer ministro italiano escribió desde su cautiverio, donde pedía al gobierno una negociación para ser liberado. No obstante, el grueso de su partido se negó. Tan solo el Vaticano, los socialistas y algunos amigos personales de Moro querían dialogar con las Brigadas para liberarlo.
Luego de 55 días de idas y venidas, comunicados por parte de las BR y la negativa del gobierno a negociar con los terroristas, Moro fue encontrado muerto el 6 de mayo de ese mismo año en el maletero de un Renault 4 rojo, abandonado en el centro de Roma.
Aunque se sabe que el autor material del asesinato fue Mario Moretti, el caso Moro sigue siendo un misterio para los italianos, porque en el mismo hay muchos elementos que no quedan claros. Lo cierto es que su secuestro significó un punto de inflexión y a partir de entonces, el Estado decidió derrotar por medio de la ley al grupo, y las fuerzas de seguridad lanzaron un importante operativo en contra de la organización, sobre todo con la ayuda de “arrepentidos”.
En la década del 80 la BR quedó desmembrada y con la mayoría de sus miembros en prisión. Hasta que en mayo de 1999 atentaron contra el asesor en materia laboral del gobierno italiano Massimo Dantona. Luego, en marzo de 2002, mientras se sustanciaban los juicios contra exbrigadistas, una columna juvenil de ese grupo terrorista volvió a atacar. Esa vez mató a quemarropa a Marco Biaggi, en Bolonia, ataque que fue reivindicado por los acusados.
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