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Judíos y musulmanes: el día en que sucedió el milagro del agua y el aceite

En un año que cierra con las tensiones en Medio Oriente al rojo vivo, el Papa Francisco invitó al Vaticano a un judío y un musulmán que viven en Buenos Aires, porque quería tener un ejemplar del libro que escribieron, "Salaam Shalom". Una utopía basada en hechos reales que podría inspirar a Netflix.

Marwan Gill con Papa Francisco en el Vaticano diciembre 2024
Marwan Gill con Papa Francisco en el Vaticano diciembre 2024 | Gtlza. Comunidad Musulmana Ahmadía en Argentina

Desde que llegó a la Argentina, en 2017, Marwan Sarwar Gill se hizo notar. No sólo porque su tremenda altura permite sospechar al menos que hay algo en él que no parece terrenal sino porque siempre viste el Taqiyah, el gorro con el que los musulmanes cubren piadosamente su cabeza, un hábito que le impide pasar desapercibido fuera de sus círculos habituales. 

Marwan Sarwar Gill es un referente inevitable cuando queremos ahondar en el universo islámico, un terreno resbaladizo para la mayoría de los argentinos. 

Imám y presidente de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Argentina, el teólogo islámico acaba de regresar de su tercera visita al Vaticano, especialmente invitado por el Papa Francisco.

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El agua y el aceite 

Su mansedumbre ya lo hizo famoso en 2019, cuando fue invitado a compartir una oración interreligiosa junto a un rabino y un sacerdote católico. Los tres conmemoraron dos días muy tristes, el 17 de marzo de 1992 y el 18 de julio de 1994, cuando la Embajada de Israel y la seda de la AMIA sufrieron sendos ataques terroristas en Buenos Aires.

Para los musulmanes, Jesús efectivamente vivió y fue un profeta, pero llegó a viejo, murió de muerte natural en Cachemira y su tumba se encuentra allí"

El imám, que nació en Alemania, pero pertenece a una familia de origen paquistaní, rezó públicamente por las víctimas, expresó entonces sus condolencias a los familiares y aclaró que su credo “promueve la libertad de religión como derecho humano básico”. “La palabra ‘Islam’ procede del árabe y significa ‘paz’”, recordó.

Franja de Gaza
Judíos y musulmanes. Así se vive en la Franja de Gaza, un conflicto que trajo el presente una rivalidad que viene de lejos.

Curiosamente y a pesar de su pacifismo extremo, la Comunidad Ahmadía, originaria de India (1889), quedó en jurisdicción pakistaní en 1947 y fue víctima de una cacería en los años 80. Durante la dictadura de Muhammad Zia-ul-Haq, fue declarada “no musulmana” y, acusada de herejía, a punto tal que si alguien pronunciaba el típico saludo musulmán (Assalamu Alaikum) iba preso durante dos o tres años. En plena era del terror, el Reino Unido ofreció asilo religioso a los ahmadíes y, desde entonces, se encuentra en Londres la sede central de ese credo.

Así que los musulmanes ahmadíes saben cuánto se sufre por odio. También los judíos, qué duda cabe. 

 

El agua y el aceite, en Roma

Tiempo después de ese encuentro de fe tripartita en Buenos Aires, el chileno Miguel Steuermann, director de Radio Jai (la emisora que es la voz de la colectividad en los países de habla hispana) y prosecretario de la Cámara de Comercio Argentino-israelí invitó a Marwan Gill a realizar juntos un programa radial sobre eso que tanto costaba conseguir: vivir en paz.

La emisión semanal, denominada Salaam Shalom (el saludo característico de musulmanes y judíos, respectivamente), tuvo un éxito inesperado y terminó de abrazarlos. Tuvo tanta repercusión que llevó a la dupla primero hasta IRF Summit, la cumbre internacional de la libertad religiosa, en Washington, y luego hasta Roma. 

“Estamos al borde de que una guerra regional se convierta en una mundial”, aseveró un Imán musulmán

Y fue así: entre los 15 millones de fieles ahmadíes que habitan el mundo, pocos meses después, el Papa Francisco eligió a Marwan Sarwar Gill como representante de la Comunidad Musulmana Ahmadía para asistir a la beatificación del Papa Juan Pablo I. Esa fue la primera vez que pisó oficialmente la Iglesia que fundó Pedro, a pedido de Jesús, nacido en un pueblo judío.

El 11 de febrero de este año que está a punto de concluir, el “John Lennon argentino” que no cesa de imaginar un mundo mejor, pisó por segunda vez la Santa Sede, invitado esa vez por el Sumo Pontífice para asistir a la beatificación de la santiagueña Mama Antula. 

 

Confraternidad religiosa judios, cristianos y musulmanes en el vaticano

Y hace pocos días, sucedió el tercer encuentro intramuros romanos, esta vez junto a Miguel Steuermann, su compañero de aventuras radiales y embajador para la Paz de la Coalición Humanitaria Internacional y el Consejo Universal para la Paz. 

¿El motivo? Luis Almagro, Secretario General de la Organización de Estados Americanos, fue a contarle al Santo Padre lo que esta vez habían tramado juntos el judío y el musulmán “argentinos”. El Papa, viendo que el agua y el aceite podrían al fin juntarse, pidió que ellos mismos le alcanzaran un ejemplar del libro que acaban de publicar, Salam / Shalom la paz es el camino (Areté).

Es evidente que sus mensajes de tolerancia llegaron al mundo en el momento oportuno para encender una llamita de esperanza. Con tantos conflictos y frentes de guerra abiertos, el Papa Francisco, el jugador número 12 de la Selección Nacional, lo pescó al vuelo. En simultáneo, durante esos días reiteró una vez más públicamente su pedido de paz en Medio Oriente, preocupado por la situación de los habitantes en Gaza.

Marwan Gill visita al Papa Francisco 20240220
Papa goloso. En el primer encuentro, el musulmán le obsequió al Santo Padre una caja de alfajores.

Si en el primer encuentro, Marwan Gill le regaló al Santo Padre una caja de alfajores Havanna, en esta última ocasión, además de un ejemplar de Salam / Shalom la paz es el camino, le retribuyó la invitación obsequiándole algo muy especial: un mate de aluminio con el sello de la Comunidad Musulmana Ahmadía Argentina. 

Negro por fuera, el bien más preciado de los argentinos –además de la pelota- tiene grabado en la cara externa una leyenda que nos haría bien recordar: “amor para todos, odio para nadie”. 

 

El milagro del agua y el aceite

A diferencia de los sunnitas y shiitas, los Ahmadíes son los únicos musulmanes que creen que su Mesías ya llegó. Además son muy preciosistas en el uso de determinados vocablos. Pacifistas al extremo, condenan todo tipo de violencia y piden que no se asocie el terrorismo con el islamismo. 

“Hay partes de Occidente que intentan en la actualidad usar el Islam como causa y origen de todo mal. (…) Estas personas creen que los musulmanes destruirán toda su civilización. (...) No hace falta ser historiador para concluir que el escudo de la religión ha sido uno de los instrumentos más potentes para manipular a las masas (…) Nos aflige el secuestro del Islam por un grupo pequeño pero peligroso”, dice Marwan Gill en una de las cien páginas que el volumen dedica a los devotos de Alá.

“Repudio como musulmán cualquier ataque contra civiles”

En ellas, el musulmán explica todo lo que a un occidental le puede servir para comprender mejor esa religión “oriental”, la segunda con más seguidores: las fuentes confiables del Islam, la verdadera historia del profeta Muhammad (que no sabía leer ni escribir), porqué el Corán es enciclopédico, porqué Medina y Meca son ciudades sagradas, qué es un jalifato, el mundo musulmán dividido, etc.

Jihad es uno de los términos más usados y peor usados, porque se percibe como sinónimo de guerra santa o algo bíblico y en el Islam significa una lucha enorme contra su propio ego, sus malos impulsos, sus malos deseos. Muchas veces se saca de contexto”, explica Marwan Gill a esta cronista.

Confraternidad religiosa en el Vaticano
El Presidente Javier Milei y Marwan Gill se conocieron durante la canonización de Mama Antula.

 

Judíos y musulmanes

Contrariamente a lo que pueda pensarse, el Islam y el cristianismo confluyen en algunas esquinas. Coinciden con el Antiguo Testamento en que Dios creó el mundo; María es una figura muy valorada y varias veces mencionada en el Corán; fue incluso el Angel Gabriel quien, en idioma árabe, reveló el Corán al profeta Muhammad (sa), cuando éste tenía 40 años. 

Para los musulmanes, Jesús efectivamente vivió y fue un profeta, pero llegó a viejo, murió de muerte natural en Cachemira y su tumba se encuentra actualmente en el santuario de Roza Bal (India). 

Desde Adán hasta Muhammad, hubo 124.000 profetas, pero el Mesías final es Muhammad (a quien Occidente refiere como Mahoma, traducción que para el imám es incorrecta). 

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La diferencia entre Jesús y Muhammad es que éste es un profeta definitivo (“el único mensajero con una audiencia universal y un mensaje atemporal”) y que el Islam sería el "homo sapiens” de la evolución espiritual y moral de la humanidad. Así, el Islam no reemplaza a las otras religiones monoteístas sino las completa. Desde esta perspectiva, “el pueblo elegido” no es una colectividad determinada sino la humanidad entera. 

Las sonrisas entre el Papa Francisco y Javier Milei fueron la nota de la gran cita vaticana por Mama Antula.
El presidente Milei fue recibido por el Papa el día de la canonización de Mama Antula.

Cuando Muhammad fue gobernante en Medina, garantizó la libertad religiosa y concedió a los no musulmanes el mismo status social que a sus propios seguidores.

“Durante el reinado musulmán en España, algunos judíos tuvieron el nivel de ‘Visir’ (canciller), como el conocido Samuel ibn Nagrella, que alcanzó el cargo más alto de la corte o Ibn Hasdai en Zaragoza. Y uno de los personajes más conocidos fue Maimónides, un judío nacido en Córdoba, considerado uno de los mayores estudiosos de la Torá. Trabajó como médico, filósofo, astrónomo y rabino, y fue un referente para filósofos y científicos judíos y musulmanes”, ejemplifica el libro que el Papa ya tiene en sus manos.

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El judaísmo es la primera religión monoteísta de la humanidad y lo prueba la tabla con Los 10 Mandamientos. Sin embargo, la irrupción del catolicismo con términos como “la Nueva Alianza” favoreció “el reeemplazo” del judaísmo como pueblo elegido. 

“Las maneras de reafirmar ese reemplazo fueron establecidas a partir del Deicidio, la negación, la búsqueda de conversión voluntaria o forozosa de los judíos para ser salvos, la persecución y una infinidad de políticas de la iglesia para evangelizar, hacerse universal y rechazar sus orígenes judíos”, resume Miguel Steuermann, la pluma judía de este volumen. 

Menciona además que el Corán legitima al judaísmo (la Torá profetiza la llegada de Muhammad, descendiente directo de Ismael, el hijo del profeta Abraham) mientras los hadices (tradiciones sobre Mahoma) hablan mal de los judíos, a la par que fueron expulsados de Medina, luego maldecidos y siglos después, culpados de ocupar Palestina, oprimir a los musulmanes y también, conspirar mundialmente contra ellos. Una doble vara que se reitera desde el siglo VII. 

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Con todo, cincuenta páginas de Salam / Shalom arrojan luz –y tensión dramática- sobre los nudos históricos esenciales para comprender el judaísmo. 

Desde el relato del triángulo “amoroso” entre Abraham, Sara y Agar que fueron el origen de “una familia disfuncional” en la que no faltaron sexo, celos, envidia, reproches, caprichos, apariciones divinas y promesas (sí, no es una telenovela turca; todo eso está en el Génesis), hasta el liderazgo de Moisés, las diez plagas, la huida de Egipto, el milagro del Mar Rojo, la entrega de la Torá en el Monte Sinaí (idem; guionistas de Netflix, sepan dónde buscar inspiración para construir miniseries perdurables).

Los últimos tramos de Salam / Shalom La paz es el camino están dedicados a explicar a legos las más esenciales prácticas y fuentes del judaísmo (Tanaj, Torá, Talmud, Guemará, Moré Nebujim, Mishné Torá, etc) que dilucidan temas tan complejos como la naturaleza de Dios, el castigo, la conversión y cuáles fueron los momentos de mayor tensión en la relación entre judíos y musulmanes.

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El mejor ejemplo de que la cofraternidad entre judíos y musulmanes no es imposible es que Steuerman comenzó a escribir este libro en “su cuarto” dentro de la mezquita Fatzl, la más antigua de Washington, cuando tanto él como Marwan Gill fueron invitados allí para hablar sobre la utopía de la mancomunidad interreligiosa, en el Desayuno de Plegaria Nacional Anual. 

Esa hospitalidad mutua se repitió en cada una de las mezquitas que visitaron, en donde el judío tuvo su propio cuarto y su comida kosher, sin que a cambio le pidieran convertirse. 

Imam Marwan Gill

Este modus operandi se repite en cada uno de los viajes que comparten para contar que, si el Mar Rojo un día se abrió en dos, también sucede el milagro del acercamiento del agua y el aceite

“Poder ofrecer un mensaje el viernes, en la plegaria musulmana de la Yuma en la mezquita, y que el Imám haga lo propio en la sinagoga, durante Shabat, es un grito de esperanza entre tanta sordera”, reflexiona Steuermann y deja pensando.

Occidente y Oriente parecen dos galaxias que se miran con recelo, hablan en otro idioma, comen, visten, rezan y sueñan otras cosas. Sus valores son distintos y existe el temor de chocar. (…) ¿No sería mejor convivir como hacen un hombre con una mujer sabiendo y aceptando sus diferencias y aspectos complementarios?”, se pregunta Miguel Steuermann, el 50% del factotum de este milagro.

Es probable que para cuando suceda el cuarto encuentro con nuestro Papa Francisco, el otro 50% de esta ficción 100% basada en hechos reales, el Imám Marwan Gill ya sea más argentino aun y casi tan milagroso como el Gauchito Gil.