En la noche del viernes, un grupo comando irrumpió en el Club de Campo Lago de Manzanares de Pilar durante dos horas. Los asaltantes sometieron a golpes y amenazas a las víctimas de tres viviendas y escaparon con dinero y objetos de valor.
Según el testimonio de vecinos y fuentes policiales, el grupo llegó al barrio privado a las 21.30 en una camioneta y golpeó a un joven encargado de custodiar el ingreso al country. Al ingresar, atacaron a un segundo empleado de prevención a cargo de la seguridad de las calles internas. Ambos fueron retenidos en la casilla de seguridad ubicada en la entrada.
Con el camino liberado, el grupo comando se dividió en grupos y entró con violencia a tres casas, amenazando de muerte a las víctimas con armas de fuego. Un joven de 21 años declaró que uno de los atacantes advirtió que le cortaría un dedo si no seguía sus indicaciones. Lo golpearon en la cabeza y sufrió una fractura, por lo que fue trasladado al Hospital Austral.
Otra de las víctimas fue arrastrada de los pelos por las escaleras hacia la habitación principal en la planta alta de la vivienda porque los asaltantes aseguraban que ahí encontrarían la caja fuerte. Los delincuentes cubrieron sus rostros con pasamontañas para evitar ser identificados.
Durante el robo, un propietario llegó al country y notó que el encargado de seguridad actuaba de manera extraña. Más tarde se enteraría que uno de los delincuentes estaba amenazándolo con un arma con la espalda para que nadie sospechara lo que estaba sucediendo. También notó que uno de los vehículos estacionados en la entrada de una casa estaba mal ubicado. Era el vehículo de los ladrones.
Con esa misma camioneta, el grupo huyó del barrio cerrado con dinero y joyas por donde ingresó. Las víctimas realizaron la denuncia en el Destacamento Policial Manzanares de la policía de la Provincia de Buenos Aires y la investigación quedó a cargo del fiscal de Pilar Raúl Casal.
Tras el hecho, se dio a conocer que los propietarios del country se presentaron en quiebra y el proceso está a cargo del juez Jorge Sicoli, ante el Juzgado en lo Comercial N°3 de la Capital Federal. Los vecinos y propietarios advierten que la quiebra detuvo el desarrollo inmobiliario del barrio, lo que impide mejorar las medidas de seguridad del predio.
TV / LT
