SOCIEDAD
a una semana del hecho

Explosión en Córdoba: vecinos reclaman más apoyo económico

Damnificados del incidente en el depósito de químicos aún no pueden volver a sus casas o sus trabajos. Temen por los saqueos.

Taller de chapa y pintura. Entre los autos de alta gama, la maquinaria y la infraestructura, calculan que las pérdidas alcanzan los $ 5 millones.
| Paul Amiune

Desde Córdoba

“Fue como estar en Gaza”, dice con tono pausado Javier Martín (50), uno de los vecinos del barrio Alta Córdoba, al norte de la capital provincial, que el pasado 6 de noviembre fue testigo directo de la explosión que se produjo en el depósito de la empresa química Raponi.
Más de una semana después, los vidrios rotos de su casa reflejan las consecuencias que produjo el estallido en las construcciones de la “zona cero”, como denominaron los peritos al lugar. Y si bien la casa de Martín (a veinte metros del lugar) fue catalogada entre las de “daño medio”, otras quedaron completamente destrozadas, al punto que tres ya fueron demolidas. Otros cuatro propietarios, en tanto, presentaron un amparo para frenar la demolición de las suyas mientras consideran el valor de sus bienes. En tanto, el dueño del depósito sigue detenido, y aún quedan dos heridos internados (un adolescente de 15 años, que se recupera, y una mujer de 64).

“Sentí el ruido como el de un soplete, en el patio de mi casa, seguido por pirotecnia, y de golpe se hizo un silencio, como si todo se hubiera apagado, ahí fue la tremenda explosión”, relata Martín, que dice que se salvó gracias a los árboles de su casa, que amortiguaron el grueso de las esquirlas que caían y le permitieron salir ileso. “El fogonazo me pegó en la cara y pensé que me quemaba por completo; las esquirlas que cayeron destrozaron mi casa, y el estruendo demolió vidrios, ventanas”, agrega. Sin embargo, pese a que tiene paredes comprometidas, su casa no corre riesgo de derrumbarse.

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Otro de los locales afectados es El Rey de la Pizza, que se había inaugurado hace sólo dos meses. Tras la explosión debió cerrar, ya que gran parte de sus instalaciones quedaron destruidas. “Ahora estamos tratando de reparar las cosas que se rompieron. El estallido fue tremendo: una luz naranja iluminó el cielo, y una ráfaga de madera, hierros y mucho calor se metió de lleno en el negocio, rompiendo todo lo que teníamos”, cuenta Claudio Martin, dueño del local.

Ese día tenían la puerta abierta, y sintieron cómo la onda expansiva entraba con toda la fuerza en la pizzería. “De milagro no hubo heridos, pero se destruyeron puertas, hornos, mesadas y varios electrodomésticos que teníamos”, detalla con resignación, ya que su situación se vio muy perjudicada al tener que cerrar el local, su principal fuente de ingreso.
Además, dice que, en caso de que lo repararan, las calles cerradas por la policía harían imposible el paso a los clientes. “Usé la plata de una indemnización para poner este local hace poco, y ahora, al no poder trabajar me quieren desalojar por no pagar el alquiler”, finaliza con mucha preocupación.

Por su parte, Guillermo Sartarian, dueño de uno de los talleres de chapa y pintura más reconocidos del barrio, dice que las pérdidas que calcula por la explosión superan los cinco millones de pesos, entre maquinaria, automóviles e infraestructura, costos que, dice, son imposibles de afrontar, por lo que no sabe si podrá volver a abrir.
El día de la explosión en el taller no había nadie, por lo que no hubo heridos, pero sí tenían varios autos de alta gama, como un Mercedes-Benz que estaba listo para entregar al día siguiente.

“Pido ayuda al Ministerio de Trabajo para que les dé una solución a las nueve familias que vivían de este taller. Nos ofrecen 20 mil pesos, pero es una cifra insignificante para lo que representan los costos que llevará esto. A esta gente hay que indemnizarla por el tiempo en que ya no podrán trabajar”, comenta, casi desesperado. También pide que la policía se quede en el barrio: “Las aberturas están rotas y tenemos muchas cosas de valor en el local. Le pedimos a la policía que se quede porque la zona está muy difícil”, dice.

 

Investigan el caso del depósito de garrafas de General Rodríguez

Un depósito de garrafas de gas explotó también esta semana, en la madrugada del jueves, y provocó un incendio en la localidad bonaerense de General Rodríguez. No se reportaron víctimas mortales ni heridos, aunque sí daños materiales en viviendas de la zona, donde los vecinos vieron volar las garrafas del depósito, que pertenece a la empresa Total Gas y está ubicado en la Ruta Nacional 5, a pocas cuadras del centro comercial.
Diez dotaciones debieron trabajar en el siniestro, que si bien aún no se determinó qué lo provocó, una de las hipótesis que deslizó el propio intendente, Juan Pablo Anghileri, es que habría sido intencional. “La versión que tenemos es que el fuego se inicia en un camión estacionado en la planta. La denuncia que hacen los empleados de la planta es que hace tres días tiraron pirotecnia dentro del depósito. Hablaban de que pudo ser algún empleado despedido, pero hay que ser cauto y deberá ser investigado”, sostuvo en declaraciones a la agencia de noticias DyN.