SOCIEDAD
L´OSSERVATORE ROMANO

El Papa en Indonesia: "Escuchar a los demás crea la fraternidad de una nación"

En su visita de cortesía al jefe de Estado indonesio, el Papa Francisco pronunció un discurso pidiendo por la armonía y el respeto entre las religiones.

El Papa Francisco pidió por la paz en el inicio de su larga gira por Asia y el Pacífico.
El Papa Francisco pidió por la paz en el inicio de su larga gira por Asia y el Pacífico. | reperfilar

En la mañana del miércoles 4 de septiembre, el Papa Francisco ha pronunciado el primer discurso en su gira por Indonesia. Lo hizo en Yakarta, capital del país, durante el encuentro con las autoridades, representantes de la sociedad civil y del cuerpo diplomático, celebrado en el complejo presidencial tras la visita de cortesía al jefe de Estado indonesio. Con esta edición de L'Osservatore Romano se publica en forma completa y oficial el texto de las palabras del Pontífice en respuesta al saludo que le dirigió el presidente Joko Widodo.

En su alocución, el Papa Bergoglio expresó entre otras consideraciones que "la armonía en el respeto a las diferencias se logra cuando cada opinión particular tiene en cuenta las necesidades que son comunes y cuando cada etnia y confesión religiosa actúa con espíritu de fraternidad, persiguiendo el noble objetivo de servir al bien de todos. El ser conscientes de que se está participando en una historia compartida en la que cada uno brinda su propia contribución, y donde la solidaridad de cada cual hacia el conjunto es fundamental, ayuda a identificar las soluciones adecuadas, a evitar la polarización de las diferencias y a transformar la confrontación en colaboración eficaz. Este sabio y delicado equilibrio entre la multiplicidad de culturas, las diferentes visiones ideológicas y las razones que fundamentan la unidad, debe ser defendido continuamente contra cualquier desajuste. Se trata de un trabajo artesanal, repito, un trabajo artesanal que corresponde a todos, pero de manera especial a la tarea que realiza la política, cuando se propone como fin la armonía, la equidad, el respeto de los derechos fundamentales de los seres humanos, el desarrollo sostenible, la solidaridad y la consecución de la paz, tanto en el seno de la sociedad como en la relación con los demás pueblos y naciones. Y aquí reside la grandeza de la política. Ya lo dijo un sabio, que la política es la forma más elevada de la caridad. Esto es maravilloso. A fin de favorecer una armonía pacífica y constructiva que garantice la paz y unifique los esfuerzos para vencer los desequilibrios y bolsas de miseria que aún persisten en algunas zonas, la Iglesia desea incrementar el diálogo interreligioso. De este modo, se podrán eliminar los prejuicios y se fomentará un clima de respeto y de confianza mutua, factores imprescindibles para afrontar los retos comunes, entre los cuales, el de contrastar el extremismo y la intolerancia, que —tergiversando la religión— intentan imponerse sirviéndose del engaño y la violencia. En cambio, la cercanía, el escuchar la opinión de los demás, eso crea la fraternidad de una nación”.

La confraternidad judeo musulmana radicada en Buenos Aires fue recibida por el Papa Francisco en medio de su gira por Asia

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La gira papal comenzó con el esperado encuentro interreligioso en la mezquita Istiqlal de Yakarta el jueves 5 de septiembre en su peregrinación a Indonesia. El Pontífice llegó allí en coche desde la Nunciatura Apostólica, su residencia en la capital indonesia, y tras visitar con el Gran Imán el "Túnel de la Amistad" que conecta el edificio de oración para los fieles del Islam con la catedral católica de Nuestra Señora de la Asunción, se dirigió con el líder religioso musulmán a la carpa donde tuvo lugar el encuentro.

Aquí, tras el saludo del Gran Imán y la firma de la «Declaración Conjunta del Istiqlal 2024», el Papa pronunció el discurso que se publica con este ejemplar. En el mismo Francisco les comunicó que “me agrada recordar que esta mezquita fue diseñada por el arquitecto Friedrich Silaban, que era cristiano y ganó el concurso. Esto prueba que en la historia de esta nación y de la cultura que aquí se respira, la mezquita, como también los demás lugares de culto, son espacios de diálogo, de respeto recíproco, de convivencia armoniosa entre las religiones y las diferentes sensibilidades espirituales. Este es un gran regalo, que están llamados a cultivar cada día, para que la experiencia religiosa sea punto de referencia para una sociedad fraterna y pacífica y nunca motivo de incomprensión y de choque. A este respecto cabe mencionar la construcción de un túnel subterráneo, el túnel de la amistad, que comunica la Mezquita Istiqlal con la Catedral de Santa María de la Asunción. Se trata de un signo elocuente, que permite que estos dos grandes lugares de culto estén no sólo “uno frente al otro”, sino también “comunicados” entre sí. En efecto, este pasaje permite un encuentro, un diálogo, una posibilidad real de «descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de mezclarnos, de encontrarnos […], de participar de esa marea algo caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de fraternidad, en una caravana solidaria, en una santa peregrinación» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 87). Los animo a continuar por este camino: que todos, todos juntos, cultivando cada uno la propia espiritualidad y practicando la propia religión, podamos caminar en la búsqueda de Dios y contribuir a construir sociedades abiertas, cimentadas en el respeto recíproco y en el amor mutuo, capaces de aislar las rigideces, los fundamentalismos y los extremismos, que son siempre peligrosos y nunca justificables”.

El papa Francisco celebró una misa ante 100 mil personas en Indonesia y pidió luchar contra el extremismo y la intolerancia

A última hora de la mañana del jueves 5 de septiembre, el Papa Francisco se ha reunido con las personas asistidas por organizaciones de caridad indonesias en la sede de la Conferencia Episcopal Nacional en Yakarta. Procedente de la mezquita Istiqlal, el Pontífice llegó en coche a las instalaciones, a poco menos de cinco kilómetros de distancia.

Respondiendo al saludo del presidente de los obispos del país asiático y compartiendo los testimonios de dos jóvenes, el Papa dirigió el siguiente saludo a los presentes: “Ustedes son pequeñas estrellas luminosas en el cielo de este archipiélago, ustedes que son los miembros más valiosos de esta Iglesia, sus “tesoros ”, como enseñaba el diácono y mártir san Lorenzo desde los primeros siglos del cristianismo. A este propósito, quiero señalar que comparto plenamente lo que ha dicho Mimi: Dios “ha creado los seres humanos con capacidades únicas para enriquecer la diversidad de nuestro mundo” -lo has hecho muy bien Mimi, gracias-. Y ella misma nos lo ha demostrado, hablándonos de Jesús de un modo maravilloso, llamándolo “nuestro faro de esperanza”. Gracias por esto. Afrontar Juntos las dificultades, dar cada uno lo mejor de sí es un aporte irrepetible que nos enriquece y nos ayuda a descubrir, día a día, cuánto vale nuestro estar juntos en el mundo, en la Iglesia y en la familia. Nos lo ha recordado Andrew, a quien además felicitamos por su participación en los juegos paralímpicos. ¡Muy bien! Démosle un gran aplauso a Andrew. Y otro aplauso también para todos nosotros, que estamos llamados a ser, unidos, “campeones del amor” en las grandes “olimpíadas” de la vida. Un aplauso a todos nosotros. Queridos amigos, todos necesitamos de los demás, y esto no es algo malo; al contrario, nos ayuda a entender cada vez mejor que el amor es lo más importante de nuestra existencia (cf. 1 Co 13,13) y a darnos cuenta de cuántas personas buenas nos rodean. Nos recuerda, además, cuánto nos quiere el Señor, a todos, más allá de cualquier límite y dificultad (cf. Rm 8,35-39). Cada uno de nosotros es único a sus ojos, a los ojos del Señor, y Él no nos olvida nunca. Nunca, recordémoslo, para tener viva la esperanza y para qué de nuestra parte no falte el compromiso para hacer de la propia vida un don para los demás, sin desfallecer jamás (cf. Jn 15,12-13). Gracias. Gracias por este encuentro y por lo que hacen, todos juntos. Los bendigo y rezo por ustedes. Y también ustedes, por favor, no se olviden de rezar por mí. Gracias”.