Un violento temporal de viento, lluvia y granizo se desató ayer en diferentes barrios de la ciudad de Rosario y sus alrededores. El fenómeno dejó un saldo de techos volados, árboles caídos y cortes de luz, entre otras consecuencias. En algunos puntos, la caída de granizo duró aproximadamente 15 minutos, acumulándose hasta el punto de dar la apariencia de una nevada. Según datos oficiales, se registraron fuertes vientos de aproximadamente 115 km/h de velocidad y cayeron unos 70 mm de agua.
Pero lo que realmente llamó la atención a los residentes y autoridades de la zona, y en especial a habitantes de la localidad santafesina de Funes, fue la magnitud del granizo que cayó sobre superficie ya que convirtió tanto a Rosario como a esa localidad en una verdadera postal de Bariloche. Calles y veredas cubiertas de granizo que se asemejan a las típicas postales de la localidad rionegrina.
La fuerte granizada de ayer, en tanto, no fue un hecho aislado, ya que se sumó al temporal que golpeó fuerte en Rosario el jueves por la tarde, que también provocó la caída de árboles, y largos cortes de energía en diferentes zonas de la ciudad.
Para el intendente de la ciudad, Pablo Javkin, “la cantidad de precipitaciones en febrero y marzo triplicó el promedio de años anteriores, lo que evidencia un cambio en los patrones climáticos de la región”. También pidió a los ciudadanos estar atentos a las alertas meteorológicas, ya que, aunque no siempre se cumplen, cuando lo hacen, los fenómenos pueden ser muy severos.
Según pudo precisarse, el hecho climático se desencadenó durante las primeras horas de la mañana al conformarse un frente de “tormentas del tipo supercelular”, que si bien tiene una corta duración, es de una gran intensidad. Este tipo de tormentas se generan a partir de la gran cantidad de humedad que se venía acumulando en las nubes días anteriores. Y fue de tal magnitud el fenómeno, que varias horas después de ocurrido, personal de la municipalidad seguía removiendo “la nevada de granizo” que tapó las calles y avenidas locales.
En este sentido, el intendente de Funes, Roly Santacroce, por caso, señaló a los medios locales que “fue un hecho nunca visto en la región”, al tiempo que pedía a los lugareños circular con precaución.
Otras zonas. Pero más allá de Rosario y Funes, la tormenta de granizo también afectó a localidades como Casilda, Pujato, San Lorenzo, Roldán y Granadero Baigorria, en la zona sur de la provincia de Santa Fe. En este caso, y según el Centro de Monitoreo Meteorológico y Climático (Cmmyc), se confirmó que esa misma celda fue la que llegó también hasta la zona norte y noroeste de Rosario.
En el caso puntual de Casilda, por ejemplo, un tornado la azotó el jueves por la tarde y provocó daños materiales, caída de árboles y postes de alumbrado, y la magnitud del viento hizo que sea más complicado el panorama. Situaciones, en definitiva, que obligaron a las autoridades municipales a suspender las clases durante la jornada de ayer. “La ciudad quedó devastada”, aseguró el intendente, Guillermo Franchella.
Ubicada a 67 kilómetros al sureste de Rosario, sufrió las consecuencias del temporal que en apenas 40 minutos causó innumerables destrozos en distintos puntos de la ciudad. El evento climático extremo provocó el anegamiento de calles, voladura de techos y caída de árboles, además de un corte parcial de energía en algunos barrios. Por momentos, el viento superó los 110 km/h.
Apenas finalizó el evento meteorológico, personal de Defensa Civil, junto con Bomberos y otras fuerzas de seguridad y emergencias, iniciaron un operativo preventivo para brindar apoyo a los vecinos más afectados.
El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, se puso a disposición de la intendencia local y, a su vez, instó a los vecinos a “no circular, salvo en casos de emergencia”.