Frenada casi por completo la mayor parte de la actividad comercial en los barrios porteños, salvo el rubro gastronómico a partir de la actividad de los deliverys, esta semana se presentó un proyecto de Ley que tiene por objetivo impulsar la apertura de los comercios barriales, en especial, aquellos que prestan algún tipo de servicio al vecino. Según la normativa impulsada por el diputado Sergio Abrevaya (GEN), la propuesta apunta a exceptuar del cumplimiento del “aislamiento social preventivo y obligatorio y de la prohibición de circular, al personal afectado a determinadas actividades y servicios que funcionan en los barrios, o a las personas que habiten en áreas geográficas específicas y delimitadas, bajo determinados requisitos”.
La propuesta de Abrevaya comenzó a circular por los diferentes despachos esta semana y sería tratada en el recinto de la Legislatura porteña en la sesión de este jueves 30 de abril. Según pudo averiguar PERFIL, la iniciativa contaría con el visto bueno del bloque oficialista, por lo que se desprende su aprobación.
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Para el legislador de la ciudad, los comercios barriales son los que más cumplen con las normativas vigentes del aislamiento. Los vecinos que los utilizan no requieren un desplazamiento de gran extensión, sino que lo hacen en el ámbito de la cercanía a sus hogares, evitando la utilización del transporte público. En este sentido, rubros como zapaterías y bazares pueden cumplir con un protocolo estricto de atención al público, o delivery y de horarios no superpuestos, organizado siempre por el Estado.
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“Se debe cuidar la salud de la población y salvar la mayor cantidad de vidas posibles, pero también se debe reactivar la economía en los barrios. Además, es una buena oportunidad para trabajar con los sectores en el Consejo Económico y Social de la Ciudad”, manifestó el legislador del GEN. “Con más de 40 días de aislamiento, ya funcionamos con las prevenciones sanitarias establecidas por los sanitaristas. Usamos tapabocas, tomamos distancia social, nos higienizamos al entrar a casa, somos precavidos. Ahora, como en muchos países del mundo, tenemos que empezar de a poco a reconstruir el aparato productivo/comercial/económico de la ciudad bajo estos parámetros”, completó.
