Traza antigua con banquinas reducidas, espacios verdes deteriorados, sectores sin colectoras y una “mala convivencia” entre el transporte público y el tránsito normal, que la posicionan como una de las de mayor siniestralidad en el ámbito porteño, son algunas de las postales que devuelve la actual traza de la Autopista Dellepiane, la vía rápida que comienza en el cruce de la avenida Teniente General Luis J. Dellepiane con la autopista Perito Moreno y finaliza en la General Paz.
Atento a estas características, que la convirtieron con los años en una vía rápida “lenta”, el Gobierno porteño pensó en su rediseño.
Para ello, impulsó una serie de modificaciones en su traza que apuntan a cambiarle “la cara” a “la Dellepiane”.
Entre las obras que piensa ejecutar la Ciudad figuran desde la construcción de un carril central doble mano exclusivo para el transporte público –el cual se presume que será eléctrico– con conexión al Metrobus de la AU 25 de Mayo, la continuidad de colectoras que están interrumpidas por la traza del Belgrano Sur y nuevos puentes peatonales, y hasta la puesta en valor de los espacios verdes por medio de la creación de un parque lineal a lo largo de toda la traza. Los trabajos también incluyen la instalación del sistema de peaje Free Flow, ya que las cabinas serán removidas.
En el caso puntual del futuro parque lineal, por ejemplo, se estima que tendrá una superficie de 260 mil m2 de espacios verdes y 150 mil m2 de espacios públicos destinados a los vecinos. Los trabajos, además, contemplan la reparación de las veredas de los frentistas de las colectoras.
Por otra parte, y a modo de complemento de los trabajos viales, se incluye el entubamiento de ramales secundarios del arroyo Cildáñez. En este caso serán dos tramos, uno sobre la traza de la misma Dellepiane y otro bajo la calle Zelarrayán.
Según informaron desde el Ministerio de Movilidad porteño, a cargo de Pablo Bereciartua, la obra demandará una inversión de unos 75 millones de dólares, que llegará de la mano de un crédito de la Corporación Andina de Fomento (CAF).
Se prevé que los trabajos estarán terminados durante 2027 y, tal como ocurre en estos casos, serán ejecutados por la estatal porteña Autopistas Urbanas SA (AUSA).
Al respecto, desde la Ciudad adelantan que la obra no afectará la vida diaria de vecinos ni usuarios de esta vía rápida, ya que no será necesario interrumpir el tránsito por los trabajos.
De todas maneras, y ante posibles reclamos vecinales de los frentistas, fuentes cercanas al proyecto se apuraron en aclarar a PERFIL que “la Ciudad a través de la Secretaría de Vínculo Ciudadano mantiene reuniones y conversaciones con vecinos y frentistas de la zona para atender sugerencias y evacuar dudas para mejorar el proyecto”.
De acuerdo con lo que explicaron desde el edificio Lezama, sede de la cartera ministerial, ya comenzaron las primeras intervenciones al respecto. Se trata de obras de ingeniería hidráulica que se relacionan con la continuidad de las colectoras de la autopista en la zona de Lugano. Con respecto a la financiación, en esta primera etapa de obras, los trabajos se financian con fondos propios de CABA, ya que aún la CAF no desembolsó el préstamo previsto para la obra.
“La infraestructura en movilidad es fundamental también para mejorar los índices de seguridad vial en las comunas 8 y 9. Con estas obras vamos a mejorar los accesos y bajadas para reducir los incidentes de tránsito además de generar oportunidades de inversión privada en la zona y sumar áreas verdes”, aseguró Beraciartura a PERFIL.
La Autopista Dellepiane fue inaugurada en 1948 como parte de una avenida de tránsito rápido que llevaba al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, y corre en gran parte sobre la antigua traza de la Avenida Derqui. En 1990 fue transformada en una autopista de tres carriles por sentido, y comunica la Autopista Riccheri con las autopistas 25 de Mayo, Perito Moreno y Héctor J. Cámpora.
Sistema Integral de Movilidad Urbana. Se trata de una propuesta del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que se basa en cuatro ejes: la renovación de la red de subtes y Premetro; los colectivos porteños; transición energética, con la incorporación de los buses eléctricos, y el ordenamiento del tránsito, que incluye, por ejemplo, el rediseño de la AU Dellepiane.
Con esta propuesta, la Ciudad busca favorecer la circulación de los residentes porteños y de quienes se trasladan a diario al ámbito capitalino desde el Gran Buenos Aires.
Más allá de la propuesta en la Dellepiane, entre otras medidas, el plan contempla la compra de 274 vagones de subtes para las líneas A y C, y la renovación completa de la línea B.
En este sentido, se estima que la Ciudad invertirá unos 370 millones de dólares.
Plan de obra
◆ La AU Dellepiane tiene una extensión total de 4,6km.
◆ Unos 140 mil vehículos circulan a diario por los tres carriles por mano que tiene su traza.
◆ Unos 15 mil pasajeros viajan a diario en algunas de las ocho líneas de colectivos que recorren el trayecto de la Dellepiane.
◆ Su recorrido abarca a las comunas 7, 8 y 9.
◆ Entre las edificaciones y espacios relevantes que se encuentran cercanos a su trayecto se encuentran la terminal de buses Dellepiane, UTN, Parque Olímpico, y el Autódromo de Buenos Aires.
Multipago en los “bondis”
C.C.
Desde que la Ciudad se hizo cargo de las 31 líneas de colectivos que tienen recorrido dentro del territorio porteño, en septiembre pasado, se pusieron en marcha una serie de medidas que apuntan a mejorar el servicio urbano de pasajeros.
Una de las medidas es la que se puso en marcha este jueves y permite que los usuarios de colectivos puedan pagar sus viajes con tarjetas de débito y crédito, y con celulares de tecnología NFC, además de la tradicional tarjeta SUBE, de igual modo que ocurre con los viajes en el servicio de subtes.
La primera línea en adoptar esta iniciativa es la 44, que une Barrancas de Belgrano con Pompeya, en el sur de la Ciudad.
En esta primera etapa, la experiencia se hará en 18 colectivos de la línea, para luego cubrir la totalidad de la flota y, posteriormente, avanzar con las demás líneas porteñas.
El Sistema de Movilidad contempla la instalación de más de 6.500 cámaras de seguridad en las unidades de las 31 líneas porteñas, sistema de seguridad vial llamado ADAS, que protegerá a los peatones, una nueva identidad, un ordenamiento más eficiente de los recorridos y la renovación de la flota de los colectivos para que ninguno supere los diez años de antigüedad.