SOCIEDAD
El gobierno británico expuesto

Operación Vegetariana: el mortal experimento de ántrax en la Segunda Guerra Mundial

Una isla con un pasado cargado de bombas, secretos de estado, incendios y múltiples matanzas de animales.

La "Isla de ántrax" o Isla de Gruinard en Escocia
La "Isla de ántrax" o Isla de Gruinard en Escocia | Cedoc Perfil - Wikipedia.org

La Segunda Guerra Mundial dejó a su paso sufrimiento y destrucción, pero poco se habla sobre los oscuros experimentos que se llevaron a cabo vinculados con la guerra bacteriológica. El ántrax, una de las armas biológicas más temidas, se convirtió en el principal protagonista de estos experimentos que revelan una faceta oculta del conflicto y el papel inquietante de los científicos en el desarrollo de dicho componente.

Frente a la costa oeste de Escocia radica una isla con un pasado cargado de bombas, incendios y matanzas de animales. Es conocida como la “Isla del Ántrax”, un destino poco concurrido para quienes deciden visitar el país.

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Ántrax virus

El inicio: la Operación Vegetariana

Todo comenzó en 1942, en un escenario inquietante para la mayor parte de Europa ante la amenaza de una posible invasión alemana. Frente al temor de que los nazis hubieran desarrollado una bomba biológica, el entonces primer ministro británico, Winston Churchill, decidió que el ántrax podría ser su principal aliado. Es por ello que reunió un equipo experto de científicos y les ordenó que encontraran la manera de usarlo como un arma potente y destructora. 

Bajo la dirección de Paul Fildes, el entonces jefe del departamento de biología de Porton Down, una instalación militar en Wiltshire, la llamada Operación Vegetariana había comenzado. Entre muchos destinos, la Isla Gruinard, de 2 kilómetros cuadrados, fue el predilecto. Luego de hacer la compra por 500 libras a sus propietarios Molly Dunphie y su marido, el coronel y confidente de Churchill, Peter Dunphie, el equipo comenzó el operativo.

Cabe destacar que parte de esta historia no había salido a la luz hasta 1962, 20 años después, donde la curiosidad del periodista de la BBC, Fyfe Robertson, lo llevó a descubrir este experimento que provocó decenas de animales muertos. Lo que realmente pasó fue descubierto 50 años después luego de que el Ministro de Defensa desclasificara un impactante y explícito video. El historiador escocés Rory Scothorne explicó a BBC Mundo que el verdadero objetivo militar era “probar la viabilidad del ántrax como arma y probar los efectos”.

Vestidos con monos de tela, respiradores, guantes y protectores para el cabello los científicos de Porton Down hicieron lo suyo: guardaron las bombas de ántrax con mucho cuidado y se dirigieron al norte en compañía de 80 ovejas, las cuales fueron metidas en una hilera de cajas individuales con el propósito de asegurarse de que todas recibieran la nube de ántrax con la que fueron bombardeadas posteriormente.

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Isla Gruinard

Resultados y consecuencias

Tres días después, los cadáveres fueron incinerados o enterrados bajo toneladas de escombros luego de que un acantilado de la isla fuera volado. “Vi una nube que corría por encima de la tierra y se acercaba a estos animales, que estaban atados en fila... era ántrax”, revivió un testigo ocular que declaró 20 años después a la BBC, testimonio expuesto en “The Mystery of Anthrax Island” un documental de John MacLaverty para dicha cadena de noticias.

El experimento fue todo un éxito. “Sin embargo, después del test decidieron que el ántrax no era un arma efectiva contra la población humana. Si bien potencialmente podría verse como un arma económica porque podría afectar la tierra y la agricultura, había armas biológicas más efectivas para ser usadas contra personas”, señaló Scothorne.

“La bacteria forma esporas. Si están en el aire y las respiras y entran en tu sistema respiratorio, llegan a tus pulmones y las pequeñas semillas germinan en bacterias, las bacterias empiezan a crecer y te causa la muerte. Es bastante letal”, explicó la microbióloga Clare Taylor en el documental. El ántrax no sólo es mortal, incluso con tratamiento médico, sino que sus esporas pueden permanecer entre 40 y 50 años en la tierra, según Taylor.

La bomba de ántrax nunca se utilizó y las esporas letales permanecían en la isla brutalmente contaminada, devastada por los incendios, abandonada y declarada oficialmente como peligrosa para cualquier visita. Tras el procedimiento, los militares establecieron una cuarentena por tiempo indefinido y empapelaron la isla con señales de advertencia, pero sin incluir al ántrax como principal amenaza hasta después de 24 años.

Una de las principales consecuencias se descubrió seis meses después del experimento, cuando siete vacas, dos caballos, tres gatos y entre 30 y 50 ovejas murieron, ya que la isla Gruinard queda cerca de la costa Escocesa, detalle que lo científicos no tuvieron en cuenta a la hora que llevar a cabo el procedimiento, lo que provocó que la nube contaminada con ántrax tocara el suelo escocés.
Scothorne señaló que “enviaron agentes al norte para analizar todo y pagaron compensaciones a los granjeros, pero tenían una tapadera para lo sucedido. Les dijeron que las compensaciones venían del gobierno griego, porque el ántrax procedía de un barco griego que pasó cerca de ahí y que infectó la zona, en lugar de decir que fue un experimento del gobierno británico. De esta manera podían eludir la responsabilidad por lo sucedido”.

La historia permaneció oculta a la población durante décadas, aunque todos sabían ciertos rumores sobre la “isla de la muerte” pero nadie se atrevía a visitarla.

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Isla Gruinard

El grupo clandestino que cambió la historia

Según recuerda Scothorne, “la gente sabía que la isla estaba contaminada, pero no se contaba con los medios. Hubo un momento en el que el gobierno se planteó descontaminar la isla”, pero los costos para llevar a cabo dicho proceso eran altos y no existía una gran presión para hacerlo.

Sin embargo todo cambió en 1981, cuando el Comando Dark Harvest del Ejército Ciudadano Escocés (DHC) decidió extraer un trozo de tierra contaminada de la Isla Gruinard y enviarla a las instalaciones de Porton Down. Su misión se hizo pública en una carta enviada a los periódicos donde afirmaron poseer 136 kilos de tierra contaminada. Luego de que los análisis científicos confirmaran el ántrax en la tierra proveniente de la isla escocesa, el gobierno británico no tuvo más opción que aceptar la moción de limpiar Gruinard.

El grupo clandestino Dark Harvest cumplió con su objetivo: exponer al dicho gobierno. “Expusieron uno de los mayores secretos de la historia del siglo XX. Expusieron que el gobierno había estado probando armas químicas en tierra escocesa y lo hicieron de una manera que pudieron herir a gente”, aseguró el historiador y añadió que el grupo nunca fue atrapado por la policía, y el gobierno, poco después, envió científicos a la isla para que ésta vuelva a ser habitable.

Un final feliz con sorpresa

Gracias a los avances tecnológicos el gobierno británico descubrió que se podía realizar la limpieza por tan solo 500.000 libras (US$ 607.000). El plan para descontaminar Gruinard estaba en marcha y tenía como principal aliado al compuesto químico formaldehído y una solución de agua salada. Esos dos componentes permitieron limpiar las cantidades mortales de ántrax que poseía el suelo y, luego de muchas muestras de tierra analizadas, el 24 de abril de 1990 el Ministerio de Defensa la declaró libre de la sustancia.

Sin embargo, todo cambió cuando Dark Harvest dio a conocer en su último comunicado que la tierra contaminada no procedía de la isla, sino de la costa justo enfrente de la misma. “Todavía a día de hoy no sabemos si la tierra provino de la isla o de tierra firme. Los científicos que la analizaron dijeron que coincidía con la tierra de la isla, pero la tierra de la isla también podría ser tierra de tierra firme”, declaró Scothorne.

Agregó que no saben a “ciencia cierta” de donde proviene y que “si la tomaron de tierra firme, eso significaría que la tierra de tierra firme estaba contaminada”. En palabras del historiador, ellos no saben quién lo hizo ni quienes eran los integrantes del grupo y las autoridades nunca analizaron el suelo de tierra firme “a pesar de que el propio gobierno sabía que era posible que estuviera contaminada la tierra de la costa escocesa”.

En un documento del Ministerio de Defensa en mayo de 1982 se expusieron las razones: “sería extraordinariamente caro analizar toda la zona que podría estar infectada”.


AT