Los tatuajes aumentan el riesgo de cáncer de piel de una persona entre un 33% y un 62%, según un nuevo estudio danés publicado en la revista BMC Health.
El estudio también arrojó que existiría un mayor riesgo de cáncer en los tatuajes más grandes. En estos casos, se duplica el riesgo, y casi triplican su riesgo de linfoma, o cáncer de los ganglios linfáticos.
Además, el informe demostró que cuando la tinta del tatuaje se inyecta en la piel, las partículas de tinta pueden migrar y acumularse dentro de los ganglios linfáticos.
“Podemos ver que las partículas de tinta se acumulan en los ganglios linfáticos, y sospechamos que el cuerpo las percibe como sustancias extrañas”, señaló en un comunicado de prensa el investigador Henrik Frederiksen, profesor clínico de la Universidad del Sur de Dinamarca.
Y agregó: “Esto podría significar que el sistema inmunitario está constantemente tratando de responder a la tinta, y aún no sabemos si esta cepa persistente podría debilitar la función de los ganglios linfáticos o tener otras consecuencias para la salud”.
Para este estudio, los investigadores analizaron datos de un estudio en curso de gemelos daneses. Compararon a casi 2.400 gemelos seleccionados al azar nacidos entre 1960 y 1996, así como a 316 gemelos en los que un gemelo había sido diagnosticado con cáncer. Al comparar los patrones de tatuajes con los diagnósticos de cáncer, los investigadores encontraron que las personas con tatuajes tienen una mayor incidencia de cáncer de piel y linfoma.
El análisis mostró que los tatuajes más grandes que la palma de una mano aumentaban el riesgo de cáncer de piel en casi 2,4 veces, y el linfoma en 2,8 veces.