El domingo, en horas cercanas al mediodía, el papa Francisco protagonizó su última aparición pública, en la que se mostró débil, en silla de ruedas dada su imposibilidad de movilizarse por sus propios medios, según los presentes en la Plaza de San Pedro y aquellos que lo siguieron por televisión.
Cabe destacar que hace menos de un mes había salido del hospital donde había estado muy grave.
Luego de la ceremonia, el sumo pontífice fue trasladado a la residencia de Santa Marta, en donde sufrió la crisis sanitaria que derivó en su deceso a los 88 años. Al momento, no existe información de que haya existido o se haya intentado una internación de urgencia.
Según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el sumo pontífice murió como consecuencia de un “colapso cardiovascular irreversible” y una “apoplejía cerebral” (derrame cerebral).
El informe médico, difundido a través de Vatican News, fue elaborado por el profesor Andrea Arcangeli, director de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, quien realizó un electrocardiograma tanatológico para confirmar las causas del deceso.