La aviación israelí volvió a golpear los suburbios en el sur de Beirut, y la difícil tarea de rescatar a las víctimas.
Ocurrió mientras Hezbolá se adjudicaba la responsabilidad por las operaciones en Cesarea y el ataque del sábado a la casa del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
"Si no logramos alcanzarlo esta vez, aún tenemos muchos días por delante", dijo el vocero del grupo islamista pro iraní.
Desoyendo las amenazas, las tropas hebreas recorrían palmo a palmo, el territorio enemigo mostrando su poderío. El lunes pasado atacaron alrededor de 300 objetivos de Hezbolá en Líbano, durante 24 horas.
Mientras que las sirenas sonaron en la ciudad portuaria de Haifa, al norte de Israel por un misil interceptor, para contrarrestar los cohetes disparados desde el sur libanés contra una base naval, poco después de decir que había atacado posiciones en los suburbios de Tel Aviv
