El suministro eléctrico se restableció en la mitad de La Habana, tras cuatro días de un apagón nacional en Cuba por la falla de la central termoeléctrica Antonio Guiteras.
La impaciencia de la población se manifestó con "cacerolazos" en el barrio Santos Suárez, mientras que otros prefirieron desparramar basura en el centro de la capital de la isla. Mientras tanto, el país lucha contra una inflación altísima y escasez de alimentos, medicinas, combustible y agua.
Vestido con uniforme militar, el presidente Miguel Díaz Canel, advirtió que su gobierno "no tolerará intentos por alterar el orden público. Los autores serán procesados severamente", y agregó que "los manifestantes actuaron apañados por los operadores extranjeros de la contrarrevolución cubana".
Además, dijo que "la crisis obedece a la dificultad para comprar el combustible que necesita el sistema eléctrico debido al embargo que Estados Unidos aplica contra la isla, desde 1962".
Los cubanos sufren desde hace tres meses, prolongados apagones. Se suspendieron las clases y las actividades laborales hasta el miércoles, y solo funcionarán los hospitales y los servicios vitales para la población.
En pleno colapso energético, el huracán "Oscar" tocó tierra el domingo pasado con categoría 1. En la provincia cubana de Guantánamo, cerca de la ciudad de Baracoa, pero durante la noche, se degradó a tormenta tropical.
Las autoridades informaron que en la ciudad de Baracoa se registraron algunos daños en techos, y caídas de postes y árboles.
