Colombia y la Unión Europea protagonizan la guerra de las papas fritas. El bloque Europeo alerta que el país suramericano incumple con las obligaciones impuestas por el fallo de la Organización Mundial de Comercio.
En el cual se estableció que las barreras aduaneras colombianas a los congelados europeos eran inconsistentes con las leyes comerciales internacionales.
Por otro lado, el argumento de Colombia es que más o menos desde 2017 los congelados europeos se venden por debajo de su costo, una figura desleal conocida en la jerga como dumping .
Según algunos datos oficiales, por esos años, las importaciones de las marcas de papas a la francesa investigadas se vendían un 34,1% por debajo de los precios de los productos nacionales.
Colombia estableció un porcentaje aduanero y para eso eligió a las empresas más importantes donde se dispuso un margen del 44% para Países Bajos, del 8% para Bélgica y del 3,21% para Alemania.
Según cifras de la Federación Colombiana de productores de papa, en 2022 se importaron 110 mil toneladas de papas a la francesa y el año pasado esa cifra se redujo a 70 mil.
Estos números fueron bien recibidos por los sectores agrícolas locales, sobre todo por las ventajas que tienen los agricultores europeos, y la comercialización de sus productos a través de grandes empresas.
Colombia se enfrenta ahora a la presión creciente de Bruselas, mientras la Organización Mundial de Comercio revisa punto por punto el cumplimiento del fallo del 2022.
