Israel logró la mayor operación de inteligencia del siglo, al intervenir todos los aparatos de comunicación por radio, conocidos como "buscapersonas" de los miembros del grupo terrorista Hezbollah y los hizo explotar a distancia.
El servicio de la inteligencia hebreo logró sobrecalentar sus baterías y que miles de dispositivos estallaran en los bolsillos de y cinturas de cada terrorista por todo el Líbano.
Se reportan al menos 1200 extremistas heridos, y 500 muertos. El embajador de Irán, en el Líbano, tenía un telefóno inalaámbrico que también detonó y se recupera con heridas leves.
La oposición siria, informó que varios miembros del personal de Hezbollah fueron evacuados y que uno de los artefactos explotó dentro de un automóvil que circulaba por la capital Damasco, como resultado de ciberataque.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, incluyó el frente libanés entre los objetivos de la guerra, para favorecer el retorno de los civiles del norte del país, desplazados por los combates con el movimiento Hezbollah en la frontera con Líbano. Esta facción no da descano y bombardea el norte de Israel, que responde contra el sur del Líbano.
