"Israel está listo para una operación muy intensa en la frontera con Líbano", anunció el primer ministro Benjamin Netanyahu donde el intercambio de fuego es casi diario contra Hezbolá.
Por su parte, Estados Unidos advirtió que "el conflicto sólo dañaría la seguridad israelí que llevaría a una mayor pérdida de vidas de ambos lados y dañaría enormemente la seguridad y estabilidad general en la región", dijo el vocero del Departamento de Estado, Matthew Miller.
A los hebreos se los acusa de usar fósforo blanco una sustancia que puede causar fuegos, horribles quemaduras, daño respiratorio, fallos de órganos y hasta la muerte.
Mientras tanto, sigue el desplazamiento de tanques israelíes en la frontera con la Franja de Gaza. Y los soldados rastrillan la ocupada Cisjordania.
Los cadáveres yacen en el suelo y los palestinos heridos son trasladados de urgencia al hospital gazatí. Mientras los mediadores estadounidenses, qataríes y egipcios buscan reanudar las conversaciones sobre una tregua y un acuerdo de liberación de rehenes.
En medio de la escasez de gas, los palestinos reciclan cajas vacías de municiones del ejército israelí para venderlas como leña para cocinar en un campamento improvisado en la ciudad de
Khan Yunis. Y se lamentan, "el ejército las usó para volar nuestras casas y ahora la compramos con dinero".
