El intenso intercambio de disparos del domingo amenaza en desencadenar en una guerra total que podría implicar a Estados Unidos, Irán, y grupos armados de toda la región. "Este ataque no es el final de la historia", declaró el primer ministro hebreo, Benjamin Netanyahu.
Por su parte, Hezbollah, dijo que "la defensiva fue para vengar el asesinato de uno de sus principales comandantes".
La situación podría entorpecer los esfuerzos por forjar un alto al fuego en Gaza, informó uno de los grupos, pero la última ronda de conversaciones sobre una tregua no llegó a buen puerto, porque Israel y Hamás, rechazaron las nuevas condiciones hebreas planteadas por los mediadores en el cairo.
Igualmente, los equipos de trabajo permanecerán en la capital de Egipto para reunirse con conciliadores de Estados Unidos, Qatar y Egipto, con la esperanza de abordar los desacuerdos restantes y alcanzar un acuerdo definitivo y aplicable.
Hamas acusa a Netanyahu de imponer nuevas exigencias y de no tomarse en serio la posibilidad de un alto al fuego.
El primer ministro israelí insiste en que la guerra en Gaza continuará hasta la "total aniquilación de Hamás, independientemente de que se alcance o no un acuerdo de alto al fuego".
