El papa Francisco se mostró ante 600 mil fieles, en Timor Oriental del sudeste asiático. Es casi la mitad de la población del país.
Desafió el calor sofocante, asistió a la ceremonia en la capital Daily donde fue recibido como una estrella de rock. Este pequeño país con un 98% de población católica, es la tercera escala del papa en su larga gira de 12 días, que finalizará en Singapur, después de visitar Indonesia,y Papua Nueva Guinea.
El lunes, su Santidad, se dirigió a las autoridades para celebrar el período de fácil libertad en el país, tras su independencia en 2002.
Les urgió prevenir los abusos contra los jóvenes que causaron escándalos de pederastia, en la iglesia local. Esta nación, gastó doce millones de dólares para renovar su capital antes de la visita del Santo Padre, uno de ellos destinado al altar en el que se sentó el Papa. Esto provocó algunas críticas en Timor Oriental donde grupos de activistas también denunciaron que se derrumbaron algunas casas en la zona donde se celebró la misa.
El gobierno argumentó que estas fueron construidas ilegalmente. Las autoridades también desalojaron a los vendedores ambulantes y las personas sin hogar de la zona, por donde debía pasar el Sumo Pontífice.
