Dos estudios experimentales en Estados Unidos arrojaron resultados alentadores para el futuro de los xenotrasplantes, que podría resultar una alternativa viable ante una crisis por la escasez de órganos, responsable de miles de muertes evitables cada año.
En uno de los estudios se realizó un trasplante de riñón de cerdo genéticamente alterado a un hombre de 57 años con muerte cerebral. El órgano en el cuerpo del hombre se mantiene en funcionamiento hace más de un mes.
En este caso el riñón no fue rechazado. Produce orina y asumió las funciones de un riñón humano, como filtrar toxinas. Por eso, los investigadores seguirán el funcionamiento del riñón durante un segundo mes.
Por otra parte, investigadores de otra universidad publicaron un estudio de un paciente de más de 50 años que también había tenido muerte cerebral y sufría de enfermedad renal crónica. Le trasplantaron dos riñones de cerdo sometidos a 10 alteraciones genéticas a principios de este año. Los riñones no fueron rechazados y siguieron funcionando durante siete días.
Los científicos admitieron que son necesarias investigaciones futuras en receptores humanos vivos para determinar la función renal del órgano trasplantados a largo plazo.
Sin embrago, resaltaron que el xenotrasplante puede ser una posible solución viable a una crisis de escasez de órganos, responsable de miles de muertes evitables cada año.