Preocupa cada vez más la adicción a las redes sociales, sobre todo en los jóvenes. Esta problemática afecta mayormente a los padres de los chicos que manifiestan que sus hijos no sueltan el teléfono ni siquiera para cenar.
Si bien esta adicción no está oficialmente registrada como una enfermedad, especialistas de la salud aseguran que el consumo excesivo de redes sociales e internet genera en el cerebro un aumento de la dopamina, provocando placer y, por ende, la necesidad de seguir con la actividad.
Según el estudio que realizó Unicef, el 60% de los estudiantes se van a dormir con el celular a la pieza. En consecuencia, esto da lugar a la desatención de los adultos responsables.
Para poder mejorar esta situación, es importante que los padres regulen la cantidad de horas que sus hijos pasan delante de las pantallas.
La recomendación que brindan los especialistas en el tema es no superar las tres horas diarias y verificar que no hayan televisores ni computadoras en las habitaciones.