Tras más veinte años de negociaciones, la presidenta de la comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto a los presidentes de Argentina, Brasil, Uruguay, y Paraguay, anunciaron en Montevideo, la firma del histórico Acuerdo regional del Mercosur con la Unión Europea (UE). Un pacto comercial que aumentará las inversiones en el país al igual que las exportaciones, con gran impacto en economías y trabajo locales.
La UE eliminará los aranceles para un 92% de las exportaciones pertenecientes al Mercosur; y por su parte, el bloque sudamericano suprimirá aranceles para el 91% de las importaciones que se realicen desde la UE.
Sin embargo, el Acuerdo deberá ser ratificado por el Parlamento del Viejo Mundo y por los congresos de los cuatro miembros plenos del Mercosur. Si se aprueba permitiría a los países sudamericanos exportar carne, azúcar, o arroz. Mientras que la Unión Europea enviaría vehículos, maquinaria, y productos farmacéuticos.
De llevarse adelante este convenio, se trataría de la consolidación de un mercado de bienes y servicios de más de 700 millones de consumidores que se beneficiarán de una oferta más diversa y de mayor calidad a precios más competitivos. Gratificará principalmente a los productos cítricos, de mar y cárnicos.
Por su parte, Alemania y España promovieron para que se acelere la firma. Pero todavía genera tensiones en Italia y Polonia. Mientras que Francia lidera la oposición por preocupaciones económicas y ambientales. En ese punto se suman los grupos ecologistas.
El Acuerdo Mercosur- Unión Europea llevó 25 años de negociación y garantizará la estabilidad de las reglas de acceso a la vez que evitará las medidas discriminatorias o proteccionistas.
