PROTAGONISTAS
"Un depredador sexual"

Un magnate de la moda y amigo del príncipe Andrés fue sentenciado por abusos sexuales

El empresario canadiense Peter Nygard atacó a mujeres de entre 16 y 28 años en una habitación de lujo en la sede de su empresa en Toronto desde 1980. Mantuvo una gran amistad con el príncipe británico, caído en desgracia por su relación con el pedófilo Jeffrey Epstein.

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Peter Nygard, el fundador de una de las marcas de ropa más grandes de Canadá. | Bloomberg

Peter Nygard, el fundador de una de las marcas de ropa más grandes de Canadá y amigo del príncipe Andrés de Gran Bretaña, fue sentenciado este lunes a 11 años de prisión por cuatro cargos de agresión sexual a mujeres y una niña en Toronto.

El empresario canadiense podría ser liberado en aproximadamente seis años y medio con crédito por el tiempo pasado en prisión preventiva, o antes si se le concede la libertad condicional.

Nygard, de 83 años, es "una historia de éxito canadiense que salió muy mal", dijo el juez del Tribunal Superior de Ontario, Robert Goldstein, al dictar sentencia. Lo definió como "un depredador sexual" y agregó que "Nygard usó su riqueza, poder y perfil para aprovecharse de sus víctimas".

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El juez destacó en su sentencia un alto nivel de "violencia, degradación y (la) duración de estas agresiones sexuales, (así como) las manipulaciones utilizadas para llevar a las víctimas a (su) apartamento privado" en Toronto.

Nygard tampoco moderó su comportamiento a lo largo de los años, señaló el juez.

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Los fiscales habían solicitado que Nygard fuera encarcelado durante al menos 15 años, mientras que la defensa, citando su avanzada edad y su mala salud, instó a liberarlo en un plazo de dos años.

Según la acusación, Nygard atacó a mujeres jóvenes de entre 16 y 28 años en una habitación de lujo en la sede de su empresa en Toronto desde los años 1980 hasta mediados de los 2000. 

Una de las denunciantes dijo que Nygard no la dejaba salir de su suite privada, lo que dio lugar al cargo de confinamiento.

Otras dijeron que se sentían atrapadas en la suite y describieron puertas que debían abrirse con un código en el teclado o presionando un botón cerca de la cama.

"Las acciones que tomó Nygard impactaron mi vida de una manera debilitante", dijo una de las demandantes. "No me sentía segura de que me vieran. Por eso no confiaba en los hombres y no tuve relaciones duraderas con nadie durante toda mi vida. Ahora, con 63 años, me entristece profundamente la falta de amor en mi vida".

 

La amistad de Nygard con el príncipe Andrés, caído en desgracia por su relación con Jeffrey Epstein

Conocido amigo del príncipe Andrés -hermano del rey Carlos III-, a quien solía hospedar en su villa de Las Bahamas, Nygard fue condenado por utilizar su estatus de mayor fabricante de ropa femenina de Canadá para agredir sexualmente a mujeres y niñas.

Su detención y posterior juicio planteó nuevos interrogantes sobre el príncipe británico, de 64 años, que tuvo que renunciar a su estatus como miembro de la monarquía después de develarse su amistad con el pedófilo convicto Jeffrey Epstein.

El extravagante modista solía organizar lujosas fiestas en sus casas en las Bahamas (un parque infantil de inspiración maya con volcanes falsos) a las que asistió el príncipe Andrés con su familia.

The Times informó que el príncipe Andrés visitó el resort caribeño de Nygard, Nygard Cay, acompañado por su ex esposa Sarah Ferguson, en 2000, poco después que el modista fuera acusado de abuso sexual de menores en Canadá.

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Era en Nygard Cay donde el magnate organizaba  lo que él llamaba "Fiestas de mimos", en las que elegía chicas para tener sexo y luego las obligaba a tener relaciones sexuales o les ofrecía dinero en efectivo.

La mansión del magnate se utilizó para promocionar su marca de ropa, con fiestas a las que asistieron celebridades y políticos como Oprah Winfrey, el presidente Bush padre, Robert De Niro y Sir Sean Connery.

En esos momentos, el empresario –que amasó una fortuna de 620 millones de dólares– también fue fotografiado con las hijas del duque de York, la princesa Beatriz y la princesa Eugenia, que eran menores de edad.

Durante el juicio, Lisa Haba, abogada que representa a casi 60 mujeres que lo demandaron en Estados Unidos, dijo que Nygard es "peor que Epstein", que se suicidó en 2019 mientras esperaba el juicio por tráfico sexual y conspiración.

 

Desde las fiestas para amigos ricos en Las Bahamas hasta la caída de su imperio de la moda

Nygard fue condenado en noviembre de 2023 por utilizar su condición de director de uno de los mayores fabricantes de ropa femenina de Canadá para agredir sexualmente a tres mujeres y a una niña de 16 años entre 1988 y 2005.

Durante su juicio, se supo que las había invitado a sus oficinas canadienses con el pretexto de obtener lucrativas oportunidades de modelaje u otras oportunidades, solo para encontrarse atrapadas en una suite en el último piso con un jacuzzi donde se aprovechó de ellas.

Las mujeres describieron cómo conocieron a Nygard en un avión, en un club nocturno o incluso en un aeropuerto.

Luego él las atraía con entrevistas de trabajo falsas, prometiéndoles conexiones o trabajo en la industria de la moda, y los invitaba a recorrer su oficina antes de llevarlos a su dormitorio privado.

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Las cinco mujeres dijeron que sus reuniones con Nygard terminaron en una actividad sexual a la que no dieron su consentimiento.

Dentro del dormitorio había "una cama gigante... y una barra y puertas, puertas sin tiradores y con cerraduras automáticas controladas por Peter Nygard", dijo al tribunal la fiscal Ana Serban.

La suite contaba también con estatuas desnudas inspiradas en las ex mujeres de Nygard, una pista de baile subterránea con cámaras ocultas y una sala de karaoke donde Nygard veía a mujeres casi desnudas bailar hasta el amanecer.

Los hechos fueron descritos por un asistente de Nygard al libro Predator King, de la periodista de investigación Melissa Cronin, como "una gran orgía".

El caso judicial marcó una caída espectacular para un hombre que una vez vendió blusas y pantalones en importantes tiendas departamentales y supervisó 170 de sus tiendas homónimas en Canadá y Estados Unidos.

También organizó lujosas fiestas en sus casas de las Bahamas (un parque de juegos de inspiración maya con volcanes falsos) y en Los Ángeles.

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En el apogeo de su éxito, Nygard cenó con la reina Isabel II y se codeó con líderes políticos y estrellas de Hollywood.

Se había jactado durante mucho tiempo de su ascenso desde sus humildes comienzos como un joven inmigrante finlandés que construyó un imperio de la moda y amasó una fortuna personal valuada en 850 millones de dólares canadienses (620 millones de dólares estadounidenses).

Pero todo se vino abajo en 2020, cuando la policía allanó su sede corporativa en Manhattan y su empresa se declaró en quiebra poco después.

Su detención en Canadá ese mismo año se produjo después de que un denunciante publicara imágenes que incluían a una joven de 17 años bailando en un tubo de striptease en el avión Boeing 727 privado de Nygard. Uno de sus acusadores canadienses llamó a Nygard "un monstruo".

En Estados Unidos, los fiscales alegan que Nygard utilizó fondos de la empresa para organizar "fiestas de mimos" donde se drogaba a niñas menores de edad y jóvenes y se las agredía sexualmente si no cumplían con sus demandas sexuales.

Nygard, que también enfrenta todavía juicios por cargos separados en las provincias canadienses de Manitoba y Quebec, dijo que no podía recordar a cuatro de las cinco mujeres en el caso y afirmó que nunca habría actuado "de esa manera".

ds