Aunque Marc Jacobs ya no es el director artístico de la firma Louis Vuitton, esta idea que la marca de Bernard Arnault relanza le pertenece al mencionado diseñador norteamericano. Fue Jacobs quien hizo debutar a Takashi Murakami en la firma francesa y con el ingenio del japonés se hizo una reinterpretación caleidoscópica del icónico monograma. Esa fue la primera vez en la historia de la compañía que se reconfiguró el ícono que la identifica internacionalmente.
Murakami nació en Tokio el 1º de febrero de 1962 y se hizo famoso fuera de su país por la combinación del arte tradicional japonés, la ciencia ficción, el animé y los personajes kawaii, los que a menudo representó en motivos repetitivos y plasmó en pinturas, esculturas y películas que encarnan la intersección de la cultura pop, la historia y el arte.
De los personajes del “universo Murakami”, sin duda tres son los que tienen más protagonismo. Mr. DOB, Kaikai y Kiki. Estos son el resultado de las ideas, los pensamientos y los sentimientos del creador japonés, y conjugan la cultura japonesa y la sociedad de consumo más actual. Se dice que Mr. DOB es su álter ego y puede adquirir la apariencia inocente e infantil en unas obras y en otras, la de un ser deforme, desgarrado y malvado. DOB es el acrónimo de “dobojite, dobojite” una frase creada por este artista y en japonés coloquial significa “¿por qué?, ¿por qué?”. Éste es el concepto clave del personaje, un ser que todo el tiempo cuestiona su entorno.
No es úncio. A veinte años de esa alianza creativa, Takashi Murakami volvió a “la casa” francesa para una reedición alegre y celebratoria que reimagina y actualiza la colección original que se lanzó en la etapa de Marc Jacobs. Conformada por más de doscientas creaciones, este renovado proyecto actúa como una vitrina contemporánea de un vínculo creativo perdurable, definido por la visión artística, impresionantes logros de la artesanía tradicional y tecnología de vanguardia. A su vez, la mencionada empresa francesa destaca el atractivo atemporal de esta propuesta.
Cabe recordar que Murakami no es el único artista japonés que LV convocó para una alianza creativa como esta. Fue también el genio de Marc Jacobs quien rescató a Yayoi Kusama y posibilitó una revisión de ella como artista plástica, a la vez que la reconvirtió en una artista más cotizada de lo que era.
