El 4 de diciembre de 2009, Luis Alberto Spinetta transformó el Estadio José Amalfitani en un escenario épico donde reunió a las bandas y músicos que marcaron su carrera. El concierto “Spinetta y las Bandas Eternas”, con más de cinco horas de música, fue un repaso por sus 40 años de trayectoria, ofreciendo al público un recorrido íntimo, emotivo y monumental. A 15 años de aquella noche inolvidable, el legado renace con la publicación de los ensayos previos y una edición especial en vinilo.
50 datos sobre los 50 años de Artaud, considerado el mejor disco del rock nacional
Antes de aquella noche histórica, Spinetta preparó el espectáculo en las salas del Saldías Polo Cultural, donde ensayó durante meses junto a los músicos que lo acompañarían. Estos ensayos, que ahora se publican por primera vez, revelan momentos únicos: el abrazo conmovedor con Fito Páez, las risas y la complicidad con David Lebón, y la pasión con la que cada integrante se sumó al proyecto. Fue allí donde se gestó la magia que luego deslumbraría a más de 40.000 espectadores.
La noche que cambió la historia del rock argentino
A las 21:40, Spinetta abrió el espectáculo con “Mi elemento”, iniciando un recorrido musical que abarcó todas sus etapas: la crudeza de Pescado Rabioso, la sofisticación de Spinetta Jade, la emotividad de Almendra y la sutileza de Invisible. En total, el público fue testigo de 52 canciones que narraron la historia del Flaco y su impacto en el rock nacional.
En el escenario no solo estuvieron los miembros originales de sus bandas, sino también íconos como Charly García, con quien interpretó la mítica “Rezo por vos”, Gustavo Cerati, quien lo acompañó en una desgarradora versión de “Té para tres”, y Fito Páez, con quien cantó “Las cosas tienen movimiento”. Cada aparición arrancó aplausos y lágrimas, convirtiendo la velada en una experiencia única.
Además de su propio repertorio, Spinetta rindió homenaje a sus héroes musicales. Cantó “Necesito un amor” junto a sus hijos Dante y Valentino, tributo a Javier Martínez; “El Rey lloró” de Lito Nebbia; y “Adónde está la libertad” de Pappo. Estas interpretaciones fueron una muestra del respeto del Flaco hacia quienes definieron la música nacional.
El cierre fue particularmente emotivo. Ricardo Mollo se unió para interpretar “8 de octubre”, un tema dedicado a los estudiantes fallecidos en la tragedia del colegio Ecos, una causa que Spinetta abrazó con fuerza. La despedida llegó a las 3:30 de la madrugada con “No te alejes tanto de mí”, dejando al público en un estado de éxtasis y melancolía.
El renacimiento del legado
El 4 de diciembre de 2010, un año después del concierto, se lanzó una edición de lujo que incluía tres CD, tres DVD y dos libros de fotos, consolidando el evento como un tesoro para coleccionistas. Esta recopilación fue reeditada en 2012, con un diseño renovado por el propio Spinetta antes de su fallecimiento.
En 2024, en el marco del 15° aniversario, se anuncia por primera vez una edición en vinilo, con discos de acetato de 180 gramos. Este lanzamiento incluye todo el material registrado esa noche, permitiendo que el legado de Spinetta siga resonando en nuevas generaciones.
“Spinetta y las Bandas Eternas”: un legado que trasciende el tiempo
El impacto de este concierto va más allá de la música. Fue una celebración de la historia del rock argentino, una reunión de talentos inigualables y un testimonio de la genialidad de Spinetta. La publicación de los ensayos, junto con la edición en vinilo, reafirman el lugar del Flaco como una figura eterna en el arte argentino.
Luis Alberto Spinetta no solo fue un músico; fue un visionario que construyó un universo sonoro único, y “Spinetta y las Bandas Eternas” sigue siendo el eco de ese universo, 15 años después.