El misterio de qué sucedió con Adolf Hitler, en apariencia eterno y difícil de resolver, podría tener una nueva arista de investigación que, finalmente, lleve a una conclusión final. O al menos, eso es lo que alega el agente retirado de la CIA, Bob Daer, quien aseguró que “existe muchísima evidencia” que respalda que el dictador alemán fingió su muerte en 1945 y escapó a Argentina.
Los dichos de Daer van, de hecho, totalmente en contra de la versión oficial, que sostiene que Hitler se suicidó junto a su pareja Eva Braun, en Alemania. Sin embargo, el agente retirado, que trabajó 21 años como espía para la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, sostiene que los documentos que fueron recientemente desclasificados por el presidente Donald Trump podrían revelar posibles vínculos entre el dictador y el gobierno argentino, que -según sus sospechas- habría estado “escondiéndolo”.

De hecho, y en coincidencia con la medida de Trump, el gobierno argentino anunció recientemente que va a desclasificar archivos relacionados a los nazis que se refugiaron en nuestro país. En este sentido, el exagente dijo que esos documentos podrían revelar los esfuerzos por construir un Cuarto Reich en Sudamérica, según pudo saber el medio Daily Mail. A su vez, Baer vinculó a oficiales argentinos en el apoyo a los nazis y en esquemas de lavado de dinero.
Mediante un informe, Baer señaló la posible participación del gobierno de Juan Domingo Perón en la construcción de un refugio para criminales nazis en Misiones, descubierto en 2015 cerca de las ruinas jesuíticas. También mencionó el apoyo del expresidente argentino a un proyecto de fusión nuclear dirigido por un científico nazi en la Isla Huemul. Baer, conocido por su trabajo en la serie Hunting Hitler de History Channel, consideró el hallazgo del búnker en Misiones como el “más interesante” hasta el momento en relación con estas teorías.
¿Cómo lo escondieron?
En diálogo con un medio británico, Baer explicó que se invirtió una gran suma de dinero en la edificación de un complejo que incluía instalaciones de plomería y electricidad en una zona completamente aislada. “Si fueras a esconder a Hitler, allí es donde lo harías”, afirmó. Además, destacó que hasta el gobierno de Dwight Eisenhower, presidente de Estados Unidos entre 1953 y 1961, consideraba posible la supervivencia del líder nazi.
Sin embargo, la versión sostenida por la mayoría de los historiadores indica que Adolf Hitler y su pareja, Eva Braun, se suicidaron el 30 de abril de 1945 en el búnker de Berlín. Sus restos fueron encontrados pocos días después y las autopsias revelaron la presencia de cianuro, aunque algunos testigos aseguraron que Hitler también se disparó con un arma.

En el año 2000, Moscú presentó una exposición con archivos secretos que incluía un fragmento de cráneo presuntamente perteneciente al dictador, pero sin pruebas de ADN que lo confirmaran. Ocho años más tarde, el arqueólogo Nick Bellantoni descartó que los restos fueran de Hitler, tras analizar una muestra del cráneo que, según sus estudios, pertenecía a una mujer de entre 20 y 40 años. Las autoridades rusas rechazaron sus conclusiones.
En 2016, el médico forense francés Philippe Charlier realizó nuevas pruebas sobre piezas dentales y el cráneo, y sostuvo que los restos sí correspondían a Hitler, afirmando que había muerto en Berlín en 1945. Para Baer, las contradicciones y dudas forman parte de “uno de esos grandes misterios en la historia para los que nunca habrá una respuesta completa”. Aunque versiones sobre su posible escape a Sudamérica reaparecen con frecuencia, contrastan con el consenso académico que se mantiene desde hace décadas.
TC / ds