En la primera Feria de Editores (FED)celebrada en 2013, en FM La Tribu, participaron quince editoriales. Con su crecimiento pasó por Centro Cultural Konex, luego al Parque de la Estación y hace unos años al Complejo Art Media. “Es el espacio de encuentro entre las pequeñas editoriales, los actores de valor del mundo del libro y las lectoras y lectores”, describe a PERFIL Víctor Malumian, organizador de la FED, junto a Hernán López Winne, con quien comparte la gestión de Ediciones Godot.
Terminada la edición 2024, se puede exponer una numeralia que refleja el costado más optimista de este proyecto: en los cuatro días que duró la FED, se vendieron 75.163 ejemplares entre más de 330 editoriales, de las que sesenta son del exterior, y treinta, de otras provincias. Por otro lado, 24.600 lectores visitaron la feria. “A diferencia de años anteriores, la concurrencia más estable se mudó al jueves y viernes. Lo cual descomprimió mucho la fila de espera. Las editoriales comentan que la venta del segundo ejemplar era muy difícil, el bolsillo está muy golpeado”, explica Malumian. “De todas formas, es un público que tiene al libro en muy alta estima en su cabeza, y prefiere recortar otro consumo, pero llevarse el libro recomendado durante una gran conversación con otra persona”.
—Se habla de una crisis del libro y, sin embargo, la sensación es que la FED es cada vez un éxito más grande. ¿Es así? ¿Qué balance hacés de la feria?
—Nosotros sentimos que fue un éxito, las editoriales expresan lo mismo, lo cual no significa que todo sea risas. A nivel asistencia crecimos; el apoyo de las lectoras y lectores más fieles está intacto y de hecho creció. Si miramos los números finales, la venta quedó un poco por debajo del año pasado, pero contra lo que es el panorama general son muy buenas. La feria no escapa al contexto del país. Algunas editoriales vendieron más que en 2023, otras igual o un poco menos. Pero el balance es muy positivo.
—Hubo un acercamiento no solo a las infancias sino también a la juventud o, en todo caso, al lenguaje más digital. ¿Cómo funcionó esa incorporación?
—La relación con la literatura infantil está desde hace un buen tiempo. La comunicación digital tomó otro impulso gracias al trabajo mancomunado con varias bookfluencers que pensaron recorridos temáticos, podcasts y otras acciones que estuvieron buenísimas.
—Los invitados nacionales son una muestra concreta de la potencia literaria e intelectual del país. ¿Hay algún invitado que sueñes con que participe, de acá o de afuera?
—Si es por soñar, hace tiempo que nos gustaría traer a (Slavoj) Žižek (N de R: filósofo y psicoanalista esloveno). Más allá de una autora o autor puntual, me gustaría que se diera un cambio donde cada vez más autoras y autores literarios apuesten con sus libros a las editoriales independientes. Varias editoriales han demostrado que tienen todo para promocionar y mover grandes cantidades de libros. Uno de los problemas que tenemos es que la capa de editoriales medianas, salvo contadas excepciones, ha desaparecido, y la brecha entre editoriales grandes y pequeñas es enorme.
—¿En qué se diferencia la FED de la Feria del Libro?
—La Feria Internacional de Buenos Aires es una gran feria que tenemos que valorar cada vez más. Es única en América Latina y tenemos mucha suerte de que se desarrolle en nuestra ciudad. La FED es la feria pensada a la medida de las pequeñas y medianas editoriales, y en base a eso se desprenden todas las decisiones, cómo se eligen las charlas, cómo se piensan los stands o la duración.
—¿Hay algún modelo de feria que les sirve de referencia para hacer la FED?
—Nos sentimos hermanos de La Furia en Chile. Hace más de una década que recorremos este camino cruzando aprendizajes y miradas sobre el entramado cultural.
