Si se tiene en consideración la reciente actuación de Javier Milei en el Foro de Davos, Scott Bessent y su marido John Freeman son una peligrosa bomba de tiempo para Cole y Caroline, los hijos que tuvieron por subrogación de vientre. Para el actual presidente argentino, esta pareja sería un ejemplo concreto de esa ideología de género que –como dijo en Davos– “constituye lisa y llanamente abuso infantil: son pedófilos”.
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En cambio, para Donald Trump, Scott Bessent es su hombre como secretario del Tesoro de Estados Unidos, quinto lugar en la línea sucesoria presidencial en ese país. Y su función es manejar las finanzas del estado, un área clave en esta idea de Trump del regreso a la era dorada de Estados Unidos.
En los artículos que registran este hecho, se repite una declaración que el financista dio hace unos años al medio de prensa de la Universidad de Yale, de la que es egresado. “En una determinada región geográfica y en un determinado nivel económico, ser homosexual no es un problema”, decía Scott Bessent. “Lo fantástico es que ahora, la gente del resto de Estados Unidos, ya sea obrero o profesional universitario, tiene acceso a todo. Si me hubieran dicho en 1984, cuando nos graduamos y la gente se moría de VIH Sida, que treinta años después yo estaría legalmente casado y tendríamos dos hijos por gestación subrogada, no lo habría creído”.
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Apoyo en Senado. El pasado 16 de enero –cuatro días antes de la asunción de Trump–, Scott Bessent dio examen ante los senadores de Estados Unidos donde respondió cien preguntas. “Quiero agradecer a todos los que se tomaron el tiempo de estar conmigo estas últimas semanas. Quiero agradecer a mi esposo, John Freeman, quien está aquí hoy, y a mis maravillosos hijos Cole y Caroline, quienes están sentados detrás de mí para darme la mejor lección de civismo”, dijo Bessent antes de comenzar el interrogatorio. También mencionó que hubieron tres personas que él hubiera querido que también estén ahí: su suegra de 98 años, y sus hermana Paige, y Wyn, quien murió hace muy poco.
Soros, ex jefe. Fuera de este armado familiar que parece fuera de lugar en el universo que promocionan Trump y sus acólitos mundiales, Scott Bessent un hombre que de Wall Street que trabajó con el magnate húngaro George Soros cuando éste hizo quebrar al Banco de Inglaterra en 1992. En esa época, Bessent se instaló en Londres y se convirtió en uno de los mayores donantes de la Fundación Princesa de Gales, a la que aportaba veinte mil dólares anuales. Así trabó relacional con el hoy rey Carlos III y en 1999, Bessent fue el anfitrión en Estados Unidos de Camilla Parker-Bowles, a quien incluso él le organizó una comida en su casa de East Hampton., en las afueras de Nueva York.
El propio George Soros invirtió en el fondo de inversiones que Scott Bessent abrió al dejar de trabajar par el magnate. Hoy el elegido por Trump como secretario del Tesoro, tiene una fortuna que los medios financieros ubican en los mil millones de dólares, lo que por ejemplo, le permite vivir en la Pink Mansion, una propiedad histórica de 22,2 millones de dólares en Charleston, Carolina del Sur. También en La Florida tuvo otra propiedad histórica que le compró a Billy Joel –y que antes había sido de Cher–, y Bessent le vendió por 14,5 millones de dólares a Matt Damon y su mujer argentina Luciana Barroso.
La fidelidad de Scott Bessent al proyecto 2025 de Donald Trump quedó clara en las respuestas que dio a las cien preguntas que contestó ante los senadores norteamericanos el 16 de enero de 2025 como parte del examen para que se lo apruebe como secretario del Tesoro de Estados Unidos. También, Bessent respondió con frases para salir del paso cuando se tocaron temas como el cambio climático y sus efectos en la economía; la revisión de los impuestos a los ricos, los nuevos controles para que los millonarios no sigan evadiendo impuestos; o cómo él controlará los intereses que cobran Visa y Mastecard –las más populares en EE.UU.– a sus clientes norteamericanos.
EI / lr