PROTAGONISTAS
"BRISA DE CÓNCLAVE"

Raymond Burke, el cardenal que lidera la facción ultraconservadora opositora al Papa Francisco

El estadounidense es uno de los críticos más feroces del pontífice argentino y apuntado como uno de los favoritos para reemplazarlo en el cargo. Se opuso abiertamente a cualquier suavización de la política de los católicos hacia las personas LGBTQ, el divorcio, el aborto y el papel de las mujeres. Muchos lo consideran el "enemigo" número 1 de Francisco.

El cardenal Raymond Burke
El cardenal Raymond Burke | CEDOC

El mayor crítico del papa Francisco, un abogado tradicionalista y antivacunas, podría convertirse en el primer pontífice nacido en Estados Unidos, ya que se encuentra entre los favoritos para reemplazar al actual jefe de la iglesia católica.

Se trata del cardenal Raymond Leo Burke, de 76 años, que desde 2013 lidera la poderosa facción de la curia que se opone a las opiniones progresistas del papa sobre casi todos los temas controvertidos que enfrenta la Iglesia Católica.

Opositor al aborto, al divorcio, al matrimonio entre personas del mismo sexo y a la inclusión de mujeres en la liturgia eclesiástica, el tradicionalismo de Burke se extiende incluso hasta apoyar la Misa Tridentina, que data del siglo XVI y se pronuncia en latín.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Francisco enfrenta una virulenta oposición interna por las reformas que emprendió dentro de la Iglesia desde su elección como papa en 2013. Se enfrentó tanto con Burke que lo despojó de su papel como jefe de los tribunales católicos, el panel que elige a los jueces, e incluso de su apartamento gratuito en Roma.

La salud del papa Francisco: un historial de cirugías, dolencias crónicas y hospitalizaciones

El declive de la salud del Papa Francisco levantó el perfil del cardenal Burke

El estado de salud de Francisco, que padece una doble neumonía, "sigue siendo crítico pero estable", según anunció el Vaticano este martes 25 de febrero, en el 12º día de su hospitalización, subrayando que el pontífice había trabajado durante el día.

"El estado clínico del Santo Padre sigue siendo crítico pero estable", indicó la Santa Sede en un breve comunicado, en el que agregó que "el pronóstico permanece reservado" pero que "después de recibir la eucaristía, reanudó su trabajo".

La hospitalización del Papa, líder espiritual de 1.400 millones de católicos y Jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano, reabrió las interrogantes sobre su capacidad para desempeñar sus funciones. El derecho canónico no prevé ninguna disposición en caso de un problema grave que pueda afectar a su lucidez.

También reavivó las especulaciones sobre la posibilidad de que Francisco renuncie, aunque dijo varias veces que ese momento aún no llegó. En el medio, varios cardenales, el máximo rango en la jerarquía de la Iglesia, hablaron sin tabúes sobre una eventual renuncia.

Nacido en un pueblo rural de Wisconsin, el cardenal Burke es un experto de derecho canónico

Leo Raymond Burke 20231128
El cardenal estadounidense Raymond Burke es uno de los críticos más feroces del pontífice argentino y apuntado como uno de los favoritos para reemplazarlo en el cargo.

Una de las figuras más señaladas como "papable" es el cardenal Burke, que al ser menor de 80 años cumple con el requisito para ser apto para votar o convertirse en papa. El propio Francisco tenía 76 años cuando asumió el cargo.

Nacido en 1948 en un pueblo rural del estado de Wisconsin, Raymond Leo Burke es el menor de los seis hijos de Thomas y Marie Burke, ambos de ascendencia católica irlandesa, y creció en una granja lechera hasta que a su padre le diagnosticaron cáncer cerebral en 1955.

Burke ingresó al Seminario de la Santa Cruz en La Crosse y se desempeñó como párroco y maestro de escuela secundaria allí después de ser ordenado cura en 1975. En ese tiempo, estudió derecho canónico en la Universidad Gregoriana de Roma.

Hoy considerado uno de los principales expertos del derecho canónico, Burke fue nombrado arzobispo de San Luis en 2004 hasta que en 2008 Benedicto XVI lo convocó a Roma para convertirse en prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, el tribunal más alto de la Iglesia.

"Vaticano III": cómo es Gemelli, el hospital romano donde está internado el Papa Francisco

El cardenal Burke se opuso al Papa Francisco desde el principio: "La Iglesia es como un barco sin timón"

En 2010, Burke fue nombrado cardenal por Benedicto XVI y desde entonces cultivó una imagen de tradicionalista de línea dura, enfrentándose con el reformista Francisco un año después de su elección. En diciembre de 2013, Francisco se negó a renovar su membresía en la Congregación de Obispos, un panel que ayuda al papa a seleccionar nuevos obispos.

"Uno tiene la impresión, o se interpreta de esta manera en los medios de comunicación, de que piensa que estamos hablando demasiado sobre el aborto, demasiado sobre la integridad del matrimonio entre un hombre y una mujer", respondió Burke. "Pero nunca podemos hablar lo suficiente de eso".

En 2014 se manifestó indignado cuando la conferencia del Sínodo del Vaticano sobre la Familia propuso relajó el enfoque papal hacia la homosexualidad. "Muchos me expresaron sus preocupaciones. En este momento tan crítico, hay una fuerte sensación de que la Iglesia es como un barco sin timón", dijo. "Se sienten un poco mareados porque sienten que el barco de la iglesia ha perdido el rumbo".

Francisco respondió la afrenta destituyendo a Burke del Tribunal Supremo y lo nombró patrono de la Soberana Orden Militar de Malta, un papel meramente ceremonial. El cardenal le dijo a BuzzFeed que el Papa lo había "degradado", pero Francisco explicó que planeaba hacer el cambio meses antes y que no estaba castigando al purpurado.

En 2016, Burke apoyó públicamente a Donald Trump en la campaña presidencial de EEUU predicando que el magnate republicano "defendería los valores de la Iglesia". "Comprende bien lo que es importante para nosotros", le dijo el cardenal al diario Daily Express.

El papa Francisco sufre una insuficiencia renal y continúa en estado "crítico", dijo el Vaticano

"En primer lugar, estoy convencido de que se preocupará por la defensa de la vida humana desde su concepción y desplegará todas las acciones posibles para contrarrestar el aborto", agregó Burke.

En 2017, Francisco redujo al cardenal Burke de a una figura prácticamente decorativa en la Orden de Malta por su complot para expulsar a un alto funcionario que autorizó la compra de condones para el pueblo de Birmania. Más tarde se confirmó que Burke estaba "suspendido de facto".

Ese mismo año, en Roma aparecieron carteles que difundían noticias falsas sobre el Papa y, según publicó el periodista Christopher Lamb en la BBC, Burke era uno de los responsable de esa campaña difamatoria.

Francisco "enfrenta resistencia a su reorganización del Vaticano y está enfureciendo a los creyentes del ala más tradicional de la Iglesia", dijo Lamb. "A la vanguardia de la oposición al papa Francisco se encuentra el cardenal estadounidense Raymond Burke, un rigorista con las reglas… que ha dedicado gran parte de su vida a estudiar las leyes de la Iglesia y quiere asegurarse de que se cumplan".

Burke condenó abiertamente a los sacerdotes pedófilos cuando la crisis envolvió a la Iglesia, pero culpó repetidamente al feminismo y la homosexualidad. En 2015 dijo que era culpa del "feminismo radical que ha atacado a la Iglesia y a la sociedad desde la década de 1960".

La lucha del cardenal Burke contra el "feminismo radical" y la "plaga de la agenda homosexual"

Leo Raymond Burke 20231128
"Como una cuestión de deber, el Papa puede ser desobedecido", dice el cardenal Burke.

Dos años después, Burke y el cardenal alemán Walter Brandmueller afirmaron que la "culpa principal" del escándalo fue "la plaga de la agenda homosexual", no los propios sacerdotes. Dijo que los curas acusados de pedofilia abusaron de niños que "estaban feminizados y confundidos sobre su propia identidad sexual".

Otro de los grandes enfrentamientos públicos de Francisco y Burke llegó cuando el estadounidense se unió a otros tres cardenales conservadores -Carlo Caffarra, Walter Brandmüller y Joachim Meisner- que desafiaron su doctrina enviándole una serie de "dubia" (dudas, en latín) tras la publicación de una exhortación sobre la familia, "Amoris Laetitia".

"No es un documento magistral", es decir que no atañe el magisterio de la Iglesia, pese a que la exhortación firmada por el pontífice es el fruto de dos consultas a los obispos de todo el mundo, dijo indignado el purpurado.

Los cuatro cardenales cuestionaron que Francisco pidiera ser flexibles con los miembros "imperfectos" de la iglesia, como los que se divorciaron y se volvieron a casar, y le pidieron que "resuelva las dudas que son causa de desorientación y confusión".

Burke endureció su postura después de que Francisco no respondiera, amenazando con "corregir formalmente" al papa en múltiples ocasiones. "Es algo que claramente es bastante raro. Pero si no hay respuesta a estas preguntas, entonces yo diría que se trataría de tomar un acto formal de corrección de un error grave", dijo.

La salud del papa Francisco sigue "en peligro", en medio de críticas de la corriente "anti Bergoglio"

Después de afirmar públicamente que "como una cuestión de deber, el Papa puede ser desobedecido", Burke siguió cuestionando el papel de Francisco en los siguientes años.

En su batalla contra el matrimonio de los sacerdotes y un mayor papel de las mujeres en la liturgia, Burke afirmó que la Iglesia estaba siendo "feminizada" y que el "feminismo radical" que "atacó a la Iglesia y a la sociedad desde la década de 1960 dejó a los hombres muy marginados".

Cuando el matrimonio entre personas del mismo sexo cuando el tema se debatía en Estados Unidos, el cardenal instó a los católicos a no votar por ningún político que lo apoyara: "Solo hay un lugar de donde provienen este tipo de mentiras, a saber, Satanás", dijo. "Es una situación diabólica que tiene como objetivo destruir a las personas, las familias y, finalmente, nuestra nación".

Respecto del aborto, otro de los temas que enfrentó al papa y el cardenal, Burke llegó a pedir a los obispos estadounidenses que negaran la comunión a los políticos católicos que apoyaban el derecho a la interrupción del embarazo, como Joe Biden, a quienes señaló.

Durante la pandemia de Covid, Burke se opuso abiertamente a las vacunas y dijo que eran parte de un plan siniestro para "avanzar en su malvada agenda" para ayudar a otra teoría de conspiración, el "Gran Reinicio".

Siguiendo las conspiraciones difundidas por seguidores de Donald Trump, dijo que las vacunas contenían microchips que permitían a las personas "ser controladas por el Estado en lo que respecta a la salud y a otros asuntos que solo podemos imaginar".

Cuando Burke enfermó de Covid y tuvo que ser hospitalizado, el papa dijo: "En el colegio de cardenales hay algunos negacionistas. Uno de ellos, pobre, se contagió con el virus".

El Papa Francisco dijo que no ve al cardenal Burke como un "enemigo"

Tanto Francisco como Burke dijeron varias veces que no se consideran "enemigos", a pesar de sus enfrentamientos. El papa dijo en 2017 que no ve al cardenal estadounidense "como un enemigo" después del altercado público surgido de las ‘dubia’ del año anterior.

Cuando en 2023 Burke volvió a desafiar a Francisco sobre las bendiciones para las parejas del mismo sexo y la comunión para los católicos divorciados, el papa negó un informe que decía que llamó "enemigo" a Burke durante una reunión con los jefes de departamento del Vaticano.

Sin embargo, los jefes llegaron a la conclusión de que Burke había usado sus privilegios contra la iglesia y el Papa lo despojó de su apartamento gratuito en Roma y de un salario mensual de 5.000 euros.

Christopher Lamb escribió que Burke vivía "en un gran apartamento justo al lado de la gran avenida construida por Mussolini que conduce a la Plaza de San Pedro desde el río Tíber. Es aquí desde donde dirige su operación para promover lo que él llama ‘claridad doctrinal’".

Burke juró permanecer en Roma incluso si tenía que pagar para su propio alojamiento. "Está claro que el papa no me quiere en ninguna posición de liderazgo, que no me ve como el tipo de persona que quiere que dé una dirección fuerte a las cosas. Pero nunca he tenido la impresión de que piense que soy su enemigo", dijo el cardenal al New York Times.

Y explicó: "Cuando vi lo que juzgué como direcciones dañinas en la Iglesia, cuando vi toda esta discusión en el sínodo sobre la familia que cuestionaba los fundamentos de la enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad humana, tuve que hablar porque era mi deber".

La medida del Papa de retirarle a Burke sus privilegios, "no tiene precedentes en la era de Francisco", dijo el periodista británico Christopher White en el National Catholic Reporter.

"Parece que el Papa percibe a Burke como alguien que fomenta un culto a la personalidad, centrado en el tradicionalismo o ideales regresivos. Esta medida parece dirigida a limitar la influencia de Burke cortando sus vínculos con Roma", agrega White.

Un "ambiente precónclave" reina en El Vaticano, con reuniones secretas sobre el sucesor del papa

Desafiando peligrosamente 2.000 de tradición y privilegios, algunos el Roma justifican la oposición al Papa y en los últimos tiempos -especialmente desde que la salud de Francisco se debilitó- se fue asentando en El Vaticano un ambiente "precónclave", alentado por Burke y los otros opositores a Francisco.

El mismo papa había reconocido en una entrevista en 2021 que "siempre que un papa está enfermo corre brisa o huracán de cónclave". "Todavía estoy vivo, aunque algunos me querían muerto", dijo ese año tras una operación de colon. "Incluso hubo encuentros entre prelados que pensaban que el pontífice estaba más grave de lo que se dijo. Preparaban el cónclave. ¡Paciencia!"

Si bien hacer campaña abiertamente para ocupar el primer puesto católico podría hacer que un cardenal sea expulsado de la Iglesia y excomulgado, los principales de la curia romana están manteniendo conversaciones secretas para decidir sobre el sucesor, incluso desde mucho antes de que Francisco fuera internado.

"No solo creo que las conversaciones políticas comenzaron, creo que han estado ocurriendo durante bastante tiempo", dijo John Allen, editor del sitio web de noticias católicas Crux. "Sabemos con certeza que a mediados de la década de 1990, un grupo de cardenales se organizó y tuvo reuniones periódicas para tratar de asegurar un sucesor liberal de Juan Pablo II".

Este grupo, apodado "la Mafia de San Galo", estaba compuesto por figuras católicas de alto rango que se reunieron con el propósito de elegir a un papa liberal. Aunque los planes de este grupo se vieron frustrados con la elección de Benedicto XVI, "se salieron con la suya cuando él se retiró y el papa Francisco fue elegido", dice el experto.

"Creo que si esperas a que el Papa se enferme para empezar a tener estas conversaciones, es demasiado tarde", dijo Allen, quien cree que, en esta ocasión, son los cardenales conservadores los que esperan que sea elegido alguien que represente sus intereses.

"No podría darles los nombres de los conservadores que se están reuniendo esta vez y teniendo estas conversaciones, pero les garantizo que están ahí y les garantizo que estas conversaciones han estado ocurriendo durante un tiempo. Sé de al menos un cardenal que dirigía algunas de esas conversaciones, pero ya falleció", dijo.

Citado por el periódico británico The Times, un alto funcionario de la Santa Sede comparó la política del Vaticano con "una corte renacentista" dividida en pequeñas facciones o camarillas, cada una de ellas tratando de ganarse el favor del Papa.

El funcionario dijo que las maniobras para la elección del próximo papa pueden incluir el uso de tácticas turbias, como el despliegue de información sobre los "pecados" de los cardenales rivales. Casi todos los cardenales con chances de ser elegidos tienen "algún tipo de pecado, ya sea dinero, un novio o un hijo secreto", dijo.

ds