Con La habitación de al lado, Pedro Almodóvar se alzó con el León de Oro que le entregó Isabelle Huppert, la actriz francesa que fue presidenta de la 81ª edición del Festival de Venecia. The room next door es su largometraje número veinticuatro y el primero en inglés. En ese idioma sí rodó dos mediometrajes, La voz humana –con Tilda Swinton–, y Extraña forma de vida, con Ethan Hawke y Pedro Pascal.
La habitación de al lado está ambientada en las afueras de Nueva York, y narra la decisión de una veterana periodista (Tilda Swinton) de suicidarse a causa de un cáncer incurable, y ella pide a una vieja amiga (Julianne Moore) que la acompañe en esos últimos días. “Despedirse de este mundo dignamente es un derecho fundamental”, declaró Almodóvar al recibir el premio. “La eutanasia no es un asunto político, sino humano. Sé que este derecho atenta contra cualquier religión o credo que tenga a Dios como única fuente de vida (…) Yo les pediría a los practicantes de cualquier credo que respeten y no intervengan en decisiones individuales al respecto”. La muerte es para Almodóvar un enigma: “No puedo entender que algo que está vivo tenga que morir. La muerte está en todas partes, pero es algo que nunca acabé de entender”.
Premios. Este León de Oro supone el regreso de Almodóvar al podio de este glamoroso festival donde, en 1988, ganó el premio al mejor guion por Mujeres al borde de un ataque de nervios. A esta altura Almodóvar es el director español más conocido internacionalmente, autor de una obra que contribuyó decisivamente a cambiar la imagen artística del país a lo largo de décadas, y también incluso, a potenciar el atractivo –sobre todo–de Madrid como destino turístico.
Por otro lado, los otros dos premios más esperados, el de mejores protagónicos, lo recibieron el francés Vincent Lindon por su papel en Jouer avec le feu (Jugar con fuego); y Nicole Kidman por su jugado personaje en Babygirl, de la directora neerlandesa Halina Reijn.
