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MURIÓ EL PAPA FRANCISCO

El Papa Francisco, el hijo de inmigrantes que abogó por los derechos de los refugiados: "La exclusión es pecaminosa"

Durante su tiempo al frente de la Iglesia Católica, Jorge Bergoglio se pronunció en numerosas ocasiones a favor de los inmigrantes, exigiendo políticas que los protejan y subrayando que "no se les puede dar la espalda".

Francisco Bergoglio
Papa Francisco | Archivo de NA

A lo largo de más de una década al frente de la Iglesia Católica, el Papa Francisco supo demostrar su apoyo a los migrantes a través de diversos gestos y declaraciones. Desde viajes a lugares que no fueron visitados por pontífices previos hasta rechazos públicos a políticas antimigratorias como las del presidente Donald Trump, Jorge Mario Bergoglio (quien es hijo de un inmigrante italiano y una madre descendiente de italianos) no tuvo problema en sentar una postura firme respecto a esa temática, llegando a considerar incluso "pecaminosa" la "exclusión de los migrantes".

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Ya al inicio de su papado mostró su opinión sobre los migrantes. En esa línea, en julio de 2013, tan solo cuatro meses después de ocupar su cargo, se dirigió a la isla de Lampedusa en lo que fue su primera visita pastoral fuera de Roma, donde hizo un llamado a la solidaridad para aquellos refugiados que ponen en riesgo su vida atravesando los mares para llegar hasta Europa e incluso oró por aquellos que perdieron la vida en el intento.

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Francisco Bergoglio
En la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado del 2022, el Papa pidió que los migrantes, refugiados y desplazados "puedan vivir en paz y con dignidad" y criticó la construcción "de muros contra hermanos y hermanas".

Antes de encontrarse con los inmigrantes, el Papa abordó una embarcación de los guardacostas italianos y arrojó una corona de flores al mar en homenaje a quienes fallecieron intentando cruzar el Mediterráneo desde el norte de África. Luego, se dirigió al muelle donde arriban las embarcaciones tras un peligroso y extenuante recorrido, y ofició una misa a la que asistieron miles de habitantes de la isla, turistas e inmigrantes.

Nuestra indiferencia nos hace culpables. En este sentido, les propongo algunas palabras que provocan en la conciencia de todos, inspirándonos a cambiar realmente ciertas actitudes. ´Adán, ¿dónde estás?´ es la primera pregunta que Dios dirige al hombre. Y la segunda es ´¿dónde está tu hermano?´”, manifestó en aquel entonces.

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"Renovemos nuestro compromiso de construir el futuro según el proyecto de Dios: un futuro en el que cada persona encuentre su lugar y sea respetada; donde los migrantes, refugiados, desplazados y víctimas de la trata puedan vivir en paz y con dignidad", convocó Bergoglio en 2022.

Incluso el 19 de junio de ese año, en la víspera del Día Mundial del Refugiado, había lanzado un mensaje al mundo y a los gobiernos para que tuvieran una especial consideración con la situación de las familias refugiadas. "No podemos dar la espalda a estas familias o a nuestros hermanos y hermanas refugiadas. Se nos ha llamado para que los ayudemos, para que seamos compresivos y mostremos hospitalidad con ellos. Que la gente y las instituciones del mundo entero les ayuden" apuntaba.

Unos meses después, en septiembre de 2013, instó a la Iglesia a involucrarse activamente en la problemática, proponiendo que los conventos vacíos fueran utilizados como refugios para quienes lo necesitan. Al respecto, durante una visita a la sede en Roma de una organización jesuita dedicada a la asistencia de refugiados, hizo un llamado a los religiosos: "Queridísimos religiosos y religiosas: los conventos vacíos no sirven a la Iglesia para transformarlos en hoteles y ganar dinero. Los conventos vacíos no son nuestros, son para la carne de Cristo que son los refugiados”. Dos años después, ante la falta de respuesta de la comunidad eclesiástica, reiteró su petición y exhortó a las "parroquias, comunidades y religiosas y monasterios" de Europa a abrir sus puertas a las familias migrantes.

Francisco Bergoglio
En la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado del 2023, Francisco pidió que las personas migrantes sean "libres de elegir" si desplazarse o no y tengan "derecho a permanecer en la propia tierra".

En los últimos años, su postura se mantuvo igual. Por ejemplo, en octubre de 2022, condenó con dureza la “exclusión de los migrantes”, calificándola de “repugnante”, “criminal” y “pecaminosa” durante la canonización de los italianos Giovanni Battista Scalabrini y Artémides Zatti. En su homilía, recordó que Scalabrini (1839-1905), obispo de Piacenza y fundador de la Congregación de los Misioneros de San Carlo, sostenía que la migración no debía verse solo como un problema, sino también como parte de un designio divino.

El sumo pontífice lamentó que “hoy tenemos el Mediterráneo, que es el mayor cementerio del mundo” y cuestionó cómo se trata a quienes logran llegar a destino: "Hoy pensamos en nuestros emigrantes, en los que mueren. Y los que pueden entrar, ¿los recibimos como hermanos o los explotamos?". También hizo mención a la crisis migratoria en Europa, señalando que “hay una migración que nos hace sufrir mucho y nos mueve a abrir el corazón: la migración de ucranianos que huyen de la guerra”.

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"Un viaje marcado por la tristeza": la visita a la isla Lesbos por la devolución de inmigrantes

Otro de los casos en los cuales Francisco salió a la defensa de los migrantes fue el del campo de refugiados de Moria, el mayor de la isla de Lesbos, en Grecia, y uno de los principales focos de la crisis migratoria en Europa. Hasta marzo de 2016, el lugar funcionaba como un centro abierto bajo la administración de los servicios de asilo griegos, ofreciendo alojamiento temporal y asistencia sanitaria. Sin embargo, esto cambió con el acuerdo firmado ese año entre la Unión Europea y Turquía, que autorizaba la devolución de inmigrantes que llegaran a Grecia, lo que provocó una oleada de deportaciones.

Por ese motivo, el Papa, invitado por Bartolomé I, el patriarca de Constantinopla y líder espiritual de los ortodoxos, así como por el presidente griego, decidió visitar el sitio "para reunirse con los migrantes acogidos allí", denunciar la política de devolución de los refugiados y dar su apoyo a los sirios que estaban siendo expulsados de Europa. “Hemos venido para atraer la atención del mundo ante esta grave crisis humanitaria, para implorar una solución (...) Todos sabemos por experiencia con qué facilidad algunos ignoran los sufrimientos de los demás o, incluso, llegan a aprovecharse de su vulnerabilidad", expresó frente al puerto de Mitilene, a la par que envió un mensaje de apoyo a los refugiados: “No estáis solos. ¡No perdáis la esperanza!”.

Papa Francisco con imigrantes
"Las tres personas a las que se debe una atención especial: la viuda, el huérfano y el migrante", manifestó Francisco.

Durante su discurso, reconoció la difícil situación de los refugiados y destacó la importancia de escuchar sus historias: “Hemos venido sencillamente para estar con vosotros y escuchar vuestras historias”. Luego, recordó el motivo que llevó a muchos de ellos a huir: “Muchos de vosotros os habéis visto obligados a huir de situaciones de conflicto y persecución, sobre todo por el bien de vuestros hijos, por vuestros pequeños. Conocéis el sufrimiento de dejar todo lo que amáis y, quizás lo más difícil, no saber qué os deparará el futuro. Son muchos los que, como vosotros, aguardan en campos o ciudades con la esperanza de construir una nueva vida en este continente”. Finalmente, pidió permiso para hacer un llamamiento en su nombre: “Esperemos que el mundo preste atención a estas situaciones de necesidad trágica y verdaderamente desesperadas, y responda de un modo digno de nuestra humanidad común”.

“Muchos de los refugiados que se encuentran en esta isla y en otras partes de Grecia están viviendo en unas condiciones críticas, en un clima de ansiedad y miedo, a veces de desesperación, por las dificultades materiales y la incertidumbre del futuro”, denunció el sumo pontífice, ante lo que realizó un “vehemente llamamiento a la responsabilidad y la solidaridad” internacional. “Europa es la patria de los derechos humanos”, advirtió, “y cualquiera que ponga pie en suelo europeo debería poder experimentarlo”.

Papa Francisco con imigrantes
Para Francisco, "solo una cultura social y política que incluya la hospitalidad gratuita puede tener futuro".

Sumado a esto, criticó a quienes anteponen los propios miedos a la necesidad del prójimo. “La preocupación de las instituciones y de la gente es comprensible y legítima, pero no debemos olvidar que los emigrantes, antes que números son personas, son rostros, nombres, historias. Por desgracia, algunos, entre ellos muchos niños, no han conseguido ni siquiera llegar: han perdido la vida en el mar, víctimas de un viaje inhumano y sometidos a las vejaciones de verdugos infames”, manifestó.

Este es un viaje marcado por la tristeza. Es un viaje triste. Nosotros vamos a encontrarnos con la catástrofe humanitaria más grande desde la II Guerra Mundial. Esperemos que el mundo preste atención a estas situaciones de necesidad trágica", indicó ante la prensa al arribar a la isla. Si bien recordó que “en los viajes apostólicos” siempre está presente “la alegría de encontrar a la gente”, sostuvo que la visita a Lesbos contiene inevitablemente una gran carga de amargura: “Veremos a mucha gente que sufre, que no sabe adónde ir, que ha debido huir… Y también iremos también a un cementerio: el mar. Tanta gente allí ahogada…”.

La forma en la que se debe tratar a los refugiados: "acoger razonable" e "integración"

Durante una conferencia de prensa en 2018, fue consultado por el caso del barco Diciotti, en el que 177 refugiados estuvieron diez días sin poder desembarcar por orden del entonces ministro del Interior, Matteo Salvini. En esa ocasión, le preguntaron si tuvo alguna participación en la resolución del hecho, ante lo que respondió que no y atribuyó el mérito al "buen don Aldo" Buonaiuto, de la Fundación Juan XXIII, así como a la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) y al cardenal Gualtiero Bassetti.

Sin embargo, también compartió su postura respecto a los refugiados. "Acoger migrantes es algo antiguo como la Biblia. En el Deuteronomio, en los mandamientos, Dios manda esto: Acoger al migrante, 'al extranjero'. Es algo antiguo, que está en el espíritu de la revelación divina y también en el espíritu del cristianismo. Es un principio moral", sostuvo.

Francisco Bergoglio
"El solo recibir a los inmigrantes y dejarlos en la calle es horrible, es una falta de respeto enorme", dijo sobre la política de la Unión Europea respecto a los inmigrantes.

Además, explicó que no basta con recibir a los migrantes en el país, sino que debe ser un "acoger razonable". "Y esto vale en toda Europa. ¿Cuándo me he dado cuenta de cómo debe ser esta actitud razonable? Cuando hubo un atentado en Zaventem [Bélgica]: los chicos, los guerrilleros que hicieron el atentado en Zaventem eran belgas, pero hijos de inmigrantes no integrados, segregados. Es decir, fueron acogidos por el país pero dejados ahí, e hicieron un gueto: no fueron integrados. Por eso he subrayado esto, es importante", precisó.

Para ello, ejemplificó con los exiliados argentinos de la última dictadura cívico-militar. "Cuando fui a Suecia hablé de integración, y lo sabía porque durante la dictadura en Argentina, desde 1976 a 1983, muchos, muchos argentinos y también uruguayos huyeron a Suecia. Y ahí, enseguida el gobierno los tomaba, les hacía estudiar la lengua y les daba trabajo, los integraba", describió.

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"Europa se olvidó de que sus hijos se fueron a América del Sur, y también nos olvidamos de que Europa está hecha de inmigrantes", planteó.

Y agregó: "Un pueblo que puede acoger, pero no tiene posibilidad de integrar, mejor que no acoja. Ahí está el problema de la prudencia. Y creo que este es precisamente el problema del diálogo hoy en la Unión Europea. Se debe continuar hablando: las soluciones se encuentran (...) Este es el trabajo con los migrantes. Está la apertura del corazón a todos, sufrir; después, la integración como condición para acoger; y después la prudencia de los gobernantes para hacer esto".

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Finalmente, advirtió sobre el destino que enfrentan muchos migrantes cuando son devueltos a sus países de origen. “Yo lo he visto, tengo una grabación clandestina, de qué es lo que le sucede a aquellos que son enviados de vuelta y son tomados por los traficantes: es horrible, las cosas que hacen a los hombres, a las mujeres y a los niños”, denunció. Por ese motivo, insistió en la necesidad de reflexionar detenidamente antes de proceder con deportaciones, ya que muchos de los repatriados terminan siendo víctimas de torturas y explotación en manos de traficantes de personas.

El rechazo a las políticas migratorias de Donald Trump

Su último posicionamiento que trascendió fue en contra del plan del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de deportar masivamente a migrantes irregulares, lo cual tildó como una "desgracia". "Si es verdad, será una desgracia, porque hace pagar a los pobres desgraciados que no tienen nada la factura del desequilibrio", declaró el jesuita durante una entrevista con la cadena de televisión italiana Nove, antes de que el mandatario confirmara su promesa de campaña. "Así no se resuelven las cosas", añadió el pontífice.

Después de la investidura del republicano, Bergoglio esperó que el jefe de Estado contribuya a una sociedad "más justa" y "sin lugar para el odio". "Inspirado por los ideales de la nación, tierra de oportunidades y de acogida para todos, espero que bajo su liderazgo el pueblo estadounidense prospere y se comprometa a construir una sociedad más justa en la que no haya lugar para el odio, la discriminación o la exclusión", escribió en un mensaje dirigido al magnate y publicado por el Vaticano.

Francisco Bergoglio
El Papa Francisco sostuvo que las deportaciones masivas de migrantes irregulares de Estados Unidos constituyen una "importante crisis" que, según él, "lastiman la dignidad" de las personas y que "terminarán mal".

"Al mismo tiempo, mientras nuestra familia humana se enfrenta a numerosos retos, por no mencionar el azote de la guerra, pido a Dios que guíe sus esfuerzos en la promoción de la paz y la reconciliación entre los pueblos", agregó el pontífice argentino. "Con estos sentimientos, invoco sobre usted, su familia y el amado pueblo estadounidense la abundancia de las bendiciones divinas", concluyó.

Sumado a esto, cuando se comenzaron a llevar a cabo las deportaciones masivas, Francisco condenó el accionar del Gobierno de Estados Unidos, lo que describió como una "importante crisis" que, según él, "lastima la dignidad" de las personas. En una carta a los arzobispos estadounidenses, pidió "no ceder ante las narrativas que discriminan y hacen sufrir innecesariamente a nuestros hermanos migrantes y refugiados".

Francisco Bergoglio
Papa Francisco: "Los nacionalismos cerrados manifiestan en última instancia esta incapacidad de gratuidad, la errónea convicción de poder desarrollarse al margen de la ruina de los demás y de que cerrándose a los demás estarán más protegidos".

"He seguido con atención la importante crisis que está teniendo lugar en los Estados Unidos con motivo del inicio de un programa de deportaciones masivas", escribió. En el documento, publicado por el Vaticano, el Papa reconoció "el derecho de una nación a defenderse y mantener a sus comunidades a salvo de aquellos que han cometido crímenes violentos o graves mientras están en el país o antes de llegar".

Pero al mismo tiempo, advirtió de que el "acto de deportar personas que en muchos casos han dejado su propia tierra por motivos de pobreza extrema, de inseguridad, de explotación, de persecución o por el grave deterioro del medio ambiente, lastima la dignidad de muchos hombres y mujeres, de familias enteras". También "los coloca en un estado de especial vulnerabilidad e indefensión", remarcó.

Francisco Bergoglio
"El Reino de Dios se realiza con ellos, sin excluidos. Es también gracias a estos hermanos y hermanas que las comunidades pueden crecer a nivel social, económico, cultural y espiritual; y compartir las diferentes tradiciones enriquece al Pueblo de Dios", planteó el Papa.

"Esta cuestión no es menor: un auténtico estado de derecho se verifica precisamente en el trato digno que merecen todas las personas, en especial, los más pobres y marginados", continuó en la misiva. "Esto no obsta para promover la maduración de una política que regule la migración ordenada y legal. Sin embargo, la mencionada 'maduración' no puede construirse a través del privilegio de unos y el sacrificio de otros", subrayó.

Según el Papa, “una cosa es desarrollar una política para regular la migración legalmente, y otra es expulsar a las personas únicamente por su estatus”. “Lo que se construye sobre la base de la fuerza, y no sobre la verdad de que la dignidad es igual para todos los seres humanos, comienza mal y terminará mal”, alertó.

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"La acogida (una de las citas de la Encíclica) es una expresión de amor, de ese dinamismo de apertura que nos impulsa a prestar atención al otro, a buscar lo mejor para su vida".

A raíz de la carta a los arzobispos, Tom Homan, nombrado zar fronterizo por el propio Trump, reaccionó rápidamente. "Quiero que se centre en la iglesia católica y arregle eso y nos deje a nosotros la vigilancia fronteriza", manifestó a periodistas en la Casa Blanca. "¿Quiere atacarnos porque garantizamos la seguridad de nuestras fronteras? Hay un muro alrededor del Vaticano ¿verdad? No podemos tener un muro alrededor de Estados Unidos", soltó, molesto.

Francisco, quien recibió a Trump en el Vaticano en su primer mandato en 2017, ya había criticado las políticas antimigrantes del republicano. En febrero de 2016, al ser preguntado por la postura antinmigración del entonces aspirante a la Casa Blanca, afirmó: "Cualquiera, sea quien sea, que solo quiera construir muros y no puentes, no es cristiano". El Papa también calificó el año pasado de "locura" las actitudes antimigrantes y criticó a figuras católicas estadounidenses de derechas por sus posturas excesivamente conservadoras.

MB/ ds

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