El príncipe Frederik de Luxemburgo, hijo menor del príncipe Robert de Nassau y la princesa Julie de Nassau, falleció el último viernes a los 22 años a causa de una enfermedad mitocondrial rara conocida como PolG, un trastorno genético que afecta la producción de energía en las células y provoca el deterioro progresivo de múltiples órganos.
La noticia fue confirmada por la familia real a través de un comunicado oficial, en el que sus padres expresaron su dolor y recordaron con emoción los últimos momentos de vida del joven príncipe.
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El emotivo comunicado de la familia real
La Casa Real de Luxemburgo compartió un mensaje en el que se detalla cómo Frederik, a pesar de su delicado estado de salud, tuvo la fortaleza de despedirse de su familia en el Día de las Enfermedades Raras, fecha en la que perdió la vida.
"El príncipe Robert de Luxemburgo y la princesa Julie de Nassau compartieron la desgarradora noticia a través de su Fundación PolG de que su hijo menor, el príncipe Frederik de Nassau (nacido el 18 de marzo de 2002), falleció trágicamente. Frederik padecía una enfermedad mitocondrial", informaron.
En el comunicado, sus padres relataron los últimos instantes que compartieron con él: "El viernes pasado, en el ‘Día de las Enfermedades Raras’, nuestro amado hijo nos llamó a su habitación para hablar con él por última vez. Frederik encontró la fuerza y el coraje para despedirse de cada uno de nosotros por turnos".
Además, destacaron su carácter alegre y su inquebrantable sentido del humor: "Después de regalarnos a cada uno de nosotros nuestras despedidas, algunas amables, algunas sabias, algunas instructivas, nos dejó colectivamente con una última broma familiar de larga data. Incluso en sus últimos momentos, su humor y su compasión lo obligaron a dejarnos con una última risa."
La inspiradora vida de Frederik de Luxemburgo
El príncipe Frederik, perteneciente a la dinastía Nassau, fue diagnosticado con PolG a los 14 años. A partir de entonces, se dedicó a concientizar sobre las enfermedades genéticas raras y fundó la Fundación PolG, una organización destinada a investigar y apoyar a quienes padecen esta condición.
Sus padres lo describieron como un joven con una gran capacidad para la empatía y la resiliencia: "Frederik nació con una capacidad especial para la positividad, la alegría y la determinación. Cuando era pequeño, siempre decía que si había un hijo nuestro por el que nunca tendría que preocuparme, era él. Tenía habilidades sociales como ningún otro, un sentido del humor asombroso, una inteligencia emocional y una compasión fuera de serie."
Además, en un conmovedor recuerdo, su padre contó que en su última conversación, Frederik le hizo una pregunta que marcó el momento: "La última pregunta de Frederik para mí fue: ‘Papá, ¿estás orgulloso de mí?’. Apenas había podido hablar durante varios días, por lo que la claridad de estas palabras fue tan sorprendente como profundo fue el peso del momento. La respuesta fue muy fácil... Frederik sabe que es mi superhéroe."
Su legado y el mensaje de su familia
El príncipe Frederik dejó un impacto duradero en su familia y en la comunidad médica a través de su lucha por la concienciación sobre las enfermedades mitocondriales.
"Con la ayuda de nuestro superhéroe, esperamos convertir nuestro profundo dolor en resultados positivos y, de ese modo, seguir su ejemplo inquebrantable. ¡Su mensaje más importante es el de la esperanza, la compasión y la resiliencia! Estamos todos muy orgullosos de vos, Frederik. ¡Descansá en paz eterna!", concluyeron sus padres en el comunicado.
El joven noble creció entre Londres y Ginebra, donde estudió en prestigiosas instituciones educativas. A pesar de las dificultades de su enfermedad, continuó con su formación académica y dedicó sus esfuerzos a visibilizar las enfermedades raras, dejando un legado que trascenderá más allá de su corta vida.