“Creo que lo único importante de lo que hacemos los periodistas es compartir lo que sabemos con la audiencia de la manera más sencilla posible y acompañarlos”, dijo Mónica Cahen D’Anvers tras recibir el diploma con el título de “académica honoraria de la Academia Nacional de Periodismo. “Lo que pasa es que nos tenemos que olvidar un poco de nosotros mismos y acordarnos de para qué estamos”. Una frase directa al ego, uno de los defectos de algunos periodistas. Y ella sabe muy bien de los que habla: es una profesional que en una época, de tan famosa que era, “perdió su apellido” y para muchos argentinos no era Mónica Cahen D’Anvers sino “Mónica Presenta”. Tiempo después fue “Mónica y César”,debido al éxito que ella y César Mascetti –parejas en la pantalla y en la vida–supieron gestar como conductores de Telenoche, el noticiero del prime time de El Trece. Ese ciclo semanal tenía tanto éxito que “la jubilación” inesperada que el canal les dio a ambos al sacarlos de la conducción y la pantalla, se vivió como un duelo para los televidentes. Quizá, ése fue el momento de mayor rating sostenido de ese noticiero, algo que sucesivas duplas nunca más pudieron igualar.
En ese mismo acto también se sumó como académico honorario a Fernando Bravo, para muchos cara de dos ciclos muy recordados de la televisión cuando solo había cuatro canales: Veinte mujeres, que condujo por Mónica Gutiérrez en Canal 7 (por entonces Argentina Televisora Color) ; y Siglo XX Cambalache, por Telefe y junto a Teté Coustarot. Hoy es una de las voces de radio Continental.
En ausencia, Joaquín Morales Solá, flamante presidente de esta entidad, nombró académico honorario a Jorge Lanata, por una trayectoria profesional que incluye ser cofundador del diario Página12, y fundador del diario Crítica de la Argentina, también de revistas como Ego y Veintitrés, además de conductor de ciclos periodísticos televisivos y radiales que representan el colorido recorrido político de Jorge Lanata a través del tiempo.