PROTAGONISTAS
DESCLASIFICADOS POR TRUMP

Los archivos secretos de JFK desclasificados hablan de la pista australiana y una conexión soviética

Los documentos muestran cartas del ex jefe del espionaje australiano a la CIA en las que le pide censurar los resultados de una investigación de la Comisión Warren. También hablan de la "posible conexión" de la URSS en el asesinato, un caso que sigue alimentando teorías conspirativas más de 60 años después.

John Kennedy
John Kennedy | AFP

Un lote de documentos secretos sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy en 1963, desclasificados ahora por los Archivos Nacionales de Estados Unidos, despertó interrogantes sobre por qué el jefe de la inteligencia de Australia estaba a favor de mantener clasificada la investigación.

Después de que el presidente Donald Trump firmara el 23 de enero una orden ejecutiva que dispone la publicación sin censura de los documentos relacionados con los asesinatos de Kennedy, los Archivos liberaron este martes notas manuscritas y mecanografiadas obtenidas por la CIA durante la Comisión Warren, una investigación ordenada por el sucesor de Kennedy, Lyndon Johnson.

Entre ellas se encuentran cartas del ex jefe de la Organización Australiana de Inteligencia de Seguridad (ASIO), Sir Charles Spry, al director de la CIA, Richard Helms, en octubre de 1968, en la que argumenta a favor de mantener clasificada una investigación sobre un posible vínculo de Canberra con el complot de asesinato.

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"La carta de Sir Charles a usted recomienda no desclasificar el documento de la Comisión Warren", según un memorándum de William Nelson, el jefe de la División del Lejano Oriente, a Helms en noviembre de 1968. "Se refiere a nuestra investigación de llamadas telefónicas anónimas a la Embajada de Canberra antes y después del asesinato del presidente Kennedy. Considero que los puntos expuestos por Sir Charles en su carta son válidos y, en consecuencia, recomiendo que no se proceda a la desclasificación... en un futuro previsible".

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Helms se puso entonces en contacto con Sir Spry para confirmar que no había "en este momento" ninguna intención de publicar la carta, en la que enumeraba su preocupación de que la prensa cuestionara la presencia de la CIA en Canberra.

"La publicación de estos hechos provocaría una serie de preguntas por parte de la prensa y el Parlamento, lo que sería contrario a los intereses de seguridad nacional", dijo Helms, que también advirtió que podrían surgir preguntas sobre la investigación de ASIO sobre las llamadas telefónicas anónimas y los resultados de las mismas.

Entre los documentos desclasificados también hay memorandos que indican una investigación de la CIA sobre la presencia de un presunto agente ruso en Australia. Un cable de la CIA enviado a Sydney en 1963 hace referencia a una "conversación telefónica que incluyó... posible conexión del gobierno soviético con el asesinato [sic]".

El memorándum también menciona a una persona de interés que llamó a la embajada el 23 de noviembre de 1963, afirmando ser un conductor polaco de un vehículo ruso. "La información tocó varias áreas, incluida la posible conexión soviética que suministró dinero a individuos en Estados Unidos para asesinar al presidente", dijo un comentario en el documento.

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Según la versión oficial, Kennedy fue asesinado el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas, por el exfrancotirador de los marines Lee Harvey Oswald, que desertó a la Unión Soviética (URSS) en 1959 pero regresó a Estados Unidos en 1962. Oswald fue asesinado a tiros dos días después de matar al presidente por el dueño de un club nocturno, Jack Ruby, durante un traslado de presos a la cárcel.

La Comisión Warren que investigó el asesinato del carismático presidente determinó que fue cometido por Oswald, y que actuó solo. Pero esto no consiguió apagar las teorías de la conspiración, que especulan con un complot y la lenta divulgación de los archivos gubernamentales las alimentó.

Los Archivos Nacionales de Estados Unidos publicaron en las pasadas décadas millones de páginas de registros sobre el homicidio del entonces presidente Kennedy en noviembre de 1963, pero miles de documentos permanecían bajo secreto a pedido de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de la policía federal (FBI), por razones de seguridad nacional.

Muchos de los registros que ya fueron publicados eran documentos de inteligencia sin procesar, incluidos resultados de reportes de agentes del FBI siguiendo pistas improductivas. La mayor parte de lo que contenían dichos documentos ya era conocido, como que la CIA, obsesionada con el comunismo, ideó varios planes para asesinar al líder cubano Fidel Castro.

Cientos de libros y películas, como la de Oliver Stone de 1991 "JFK", alimentaron las conspiraciones. Apuntan el dedo acusador contra los rivales de la Guerra Fría, la Unión Soviética o Cuba, la mafia e incluso al vicepresidente de Kennedy, Lyndon Johnson.

ds