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CORONACIÓN DE CARLOS III

La unción: cómo fue el rito más sagrado de la coronación de Carlos III que nadie pudo ver

La coronación retomó elementos con siglos de historia y, aunque fue modernizada, en algunas parte, conservó el misterioso momento en que ungen al monarca con óleo consagrado en Jerusalén. Esta vez, por pedido del rey, el aceite fue vegano.

Coronación Carlos III
Coronación Carlos III | Agencia Afp

La esplendorosa coronación del rey Carlos III y la reina Camilla fue vista por millones de personas en todo el mundo, pero lo que las cámaras no mostraron fue el momento de la unción, que fue velado a la vista de asistentes y televidentes.

La unción del rey fue la parte más sagrada de la ceremonia de coronación, tan sagrada que, siguiendo la tradición, se ocultó cuando de la vista del público mediante una pantalla, una especie de biombo, especialmente fabricada para esta ocasión.

La coronación de Carlos III en vivo

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Cuando se coronó a la reina Isabel II, madre de Carlos, en 1952, cuatro caballeros sostuvieron sobre ella un dosel de tela dorada y las cámaras de la BBC transmitieron, durante esos instantes, imágenes del altar de la Abadía de Westminster.

Siguiendo la tradición, el Arzobispo de Canterbury, Justin Welby, aplicó sobre la cabeza, las manos y el pecho del rey óleos consagrados en una ceremonia la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén por el patriarca ortodoxo de Jerusalén, Teófilo III, la figura cristiana de más alto rango en Tierra Santa.

Por pedido del rey, el óleo de la unción es, por primera vez en la historia, vegano, ya que en las anteriores unciones reales se utilizó ámbar gris procedente de intestinos de ballena.

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El aceite utilizado no contenía elementos animales, sino aceite de oliva -proveniente de las aceitunas recolectadas cerca de la tumba de la abuela materna de Carlos en Jerusalén- perfumado con sésamo, rosa, jazmín, canela, neroli, azahar, benjuí y ámbar.

Sus credenciales espirituales son, por lo tanto, irreprochables, aunque es el aloma lo que fue diferente esta vez.

Sus ingredientes, incluidos los extractos de animales, se remontan a un médico católico francés, Theodore de Mayerne, que produjo el óleo para la coronación de Carlos I en 1626. Sin embargo, nadie sabía las cantidades correctas.

El aceite sagrado se llama 'crisma', pero es más conocido como uno de los regalos de los Reyes Magos: la mirra. Sus orígenes como aceite de unción se remontan al Libro del Éxodo en la Biblia.

Después de asistir a la ceremonia de consagración en Jerusalén, el arzobispo Welby dijo: “Desde que comencé a planificar la Coronación, mi deseo fue que se produzca un nuevo Aceite de Coronación utilizando aceite de oliva del Monte de los Olivos”.

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“Esto demuestra el profundo vínculo histórico entre la Coronación, la Biblia y Tierra Santa”, relató. “Desde los reyes antiguos hasta nuestros días, los monarcas han sido ungidos con aceite de este lugar sagrado”.

Para garantizar la máxima privacidad del ritual, Carlos optó por una pantalla ilustrada con un árbol cosido a mano con 56 hojas que representan a las naciones de la Commonwealth, además del monograma del rey.

La sostenibilidad, una pasión del rey desde hace mucho tiempo, fue un tema clave del diseño, incluso hasta el uso de postes hechos de un roble arrastrado por el viento de la propiedad real de Windsor plantado originalmente en 1765 e hilo biodegradable especial.

Para el diseño de la pantalla, Carlos III seleccionó al iconógrafo Aiden Hart, miembro de la iglesia ortodoxa griega que creó arte litúrgico e interiores de catedrales para el Papa, los anglicanos y su propia fe durante los últimos 40 años.

“La pantalla está ahí para brindar privacidad a la parte más sagrada de la ceremonia”, explicó el diseñador Nick Gutfreund, director del proyecto. “Anteriormente había un dosel en la parte superior, que no brindaba privacidad real. Ahora esta pantalla de tres lados proporciona privacidad absoluta durante el proceso”.