"Ha llegado el momento. Fräulein Braun y yo acabaremos con nuestras vidas esta tarde", le dijo Adolf Hitler a su secretario privado, el 30 de abril de 1945 al mediodía. Solo unas horas después, su cuerpo aún ardía en el jardín de la cancillería, mientras su cómplice, Josef Goebbels, ponía a dormir con cianuro a sus pequeños hijos.
Estas son algunas de las revelaciones de un libro historiadores británico Jonathan Mayo y Emma Craigie, quienes relatan minuto a minuto el último día de vida de Hitler en su búnker de Berlín, desde su boda bajo bombardeos con Eva Braun hasta la celebración del primer ministro británico, Winston Churchill.
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El día antes de morir, Hitler ordenó la ejecución de su cuñado
El 29 de abril, solo unas horas antes de casarse con Eva, Hitler ordenó la ejecución de su cuñado, Hermann Fegelein, que fue enterrado en una tumba improvisada en la cancillería.
"Por el bien de su hermana menor, Gretl, que espera un hijo de Fegelein, Eva suplicó por su vida. Pero Hitler estaba furioso" con Fegelein, dicen los autores.
"Fegelein, un oficial de caballería adscrito al búnker, fue detenido la semana pasada después de huir; Además, lo atraparon con dinero, joyas y una mujer que no era su esposa".
Al final, Eva cedió ante la postura de su prometido. "Tú eres el Führer".
Hitler ordenó que su cuerpo y el de Eva fueran "quemados inmediatamente"
En los primeros minutos del 29 de abril, Hitler comenzó a dictar su testamentos, nombramientos y otras disposiciones a una de sus secretarias, Traudl Junge.
"Mi esposa y yo elegimos la muerte para escapar de la vergüenza del abandono y la rendición. Es nuestra voluntad que nuestros cuerpos sean quemados inmediatamente".

A continuación, le pidió tres copias mecanografiadas de sus últimas voluntades y corrió a reunirse con el nuevo jefe de la Luftwaffe, Robert Ritter von Greim.
"Durante media hora despotricó sin pausa, gritando sobre el fracaso, las mentiras, la corrupción y la traición", dice el libro.
"Luego se desplomó sollozando en un sillón… y declaró que la guerra estaba perdida. Era la primera vez que realmente lo admitía".
Hitler sigue ultimando los preparativos para su muerte con sus asistentes
Poco después, Hitler le dijo a su ayuda de cámara Heinz Linge, de 32 años, que tenía un trabajo para él.
"Deberías poner dos mantas en mi habitación y conseguir suficiente gasolina para dos cremaciones", le ordenó.
"Me voy a pegar un tiro aquí, junto con Eva Braun", le explicó. "Envolverás nuestros cuerpos en mantas de lana, los llevarás al jardín y los quemarás allí", agregó.
Por estas horas, el jefe de la propaganda nazi, Josef Goebbels, su esposa Magda y sus hijos (Helga, Hilde, Helmut, Holde, Hedda y Heide, de entre cuatro y 12 años) se instalaron en el Fuhrerbunker.
"Cuando los niños llegaron aquí hace una semana, les dijeron que Alemania estaba a punto de ganar la guerra y que pronto se unirían a las celebraciones de la victoria", afirma el libro.
"No tienen idea de que sus padres los han traído aquí porque la derrota es inminente. O que planean matarlos a todos y acabar con sus propias vidas", asegura.

A la 1 de la mañana, Hitler y Eva se casaron en una pequeña ceremonia. Ella, que era 24 años más joven que el líder nazi, vestía de negro. "Además de convertirse en Frau Hitler, el sueño de Eva es convertirse en actriz de Hollywood", sostienen los autores.
"Cuando el Jefe haya ganado la guerra, podré desempeñar mi propio papel en la película de la historia de nuestra vida", dijo Eva una vez.
Antes de declararlos marido y mujer, el juez pidió pide a los novios que confirmen que son de "descendencia aria pura y libres de cualquier enfermedad hereditaria que los excluya del matrimonio".
Según los autores, Hitler mintió: "Tenía dos formas de anomalía genital: un testículo no descendido y una rara afección llamada hipospadias peneano, en la que la uretra se abre en la parte inferior del pene o, en algunos casos, en la parte inferior del perineo".
A la 1:30 de la madrugada, los recién casados regresaron a sus habitaciones privadas para tomar champán, té y sándwiches con el personal superior.
Goebbels: "No veo el sentido de seguir viviendo si el Führer está muerto"
Alrededor de las 4.15 de la mañana, Goebbels se quebró hablando con la secretaria Junge, a quien le estaba dictando su testamento: "¡El Führer quiere que me vaya de Berlín, Frau Junge!"
"Me ordenó que ocupe un puesto directivo en el nuevo gobierno. Pero no puedo. No puedo irme de Berlín. ¡No puedo dejar el lado del Führer! No veo el sentido de seguir viviendo si el Führer está muerto".

"Por primera vez en mi vida, debo negarme categóricamente a obedecer una orden del Führer. Mi esposa y mis hijos se unen a mí en este rechazo", dijo.
Su testamento terminó con la promesa de "poner fin a una vida que ya no tendrá valor para mí si no puedo gastarla al servicio del Führer y a su lado".
A las 5:00, Hitler y su esposa se retiraron a sus habitaciones en el búnker, pero a todos les resultó difícil conciliar el sueño.
"A medida que se acerca el amanecer, se intensifica el bombardeo ruso de la ciudad. Muchos edificios están en llamas y los rusos se encuentran ahora a sólo unos cientos de metros del búnker", dice el libro.
Al amanecer los habitantes del búnker se entregaron "a una orgía de borrachera y libertinaje antes de que la muerte se los reclamara".
Eva Braun: "Quiero ser un hermoso cadáver"
Mientras almorzaban, al mediodía del 29, Hitler habló francamente sobre su suicidio con Eva y algunos de los hombres de confianza que le quedaban.
"Nunca caeré en manos del enemigo, vivo o muerto", les dijo. Y explicó: "Estoy dando órdenes de que quemen mi cuerpo para que nadie pueda encontrarlo jamás".
"La mejor manera es pegarse un tiro en la boca. Tienes el cráneo destrozado y no notas nada. La muerte es instantánea", teorizó Hitler.
Pero su esposa, que estaba horrorizada, respondió: "Quiero ser un hermoso cadáver. Voy a tomar veneno. Me pregunto si duele mucho. Tengo mucho miedo de sufrir durante mucho tiempo. Estoy dispuesta a morir heroicamente, pero al menos quiero que sea indoloro".

"Los sistemas nervioso y respiratorio se paralizan en cuestión de segundos", le explicó Hitler para tranquilizarla.
Para reforzar su teoría, a las 15:00 Hitler ordenó envenenar con cianuro a su perra, Blondi.
"Uno de los médicos de la Cancillería del Reich, Werner Haase, aplasta una cápsula de cianuro dentro de su boca con unos alicates. Blondi cae de lado ‘como alcanzada por un rayo’", dice el libro.
"Hitler viene a inspeccionar el cuerpo. Quiere comprobar por sí mismo si las cápsulas de cianuro realmente funcionan". Después, ordenó ejecutar a los cuatro cachorros para enterrarlos con su madre.
Dos pistolas y dos pastillas de cianuro: Hitler organizó cada detalle de su suicidio
A las 22:00 Hitler se sentó a la mesa en la sala de conferencias del Führerbunker para enterarse de las novedades que llegaron desde Roma: la muerte de su amigo y aliado Benito Mussolini, quien fue baleado y luego colgado de los tobillos.
Solo un par de horas después, unos 25 guardias y sirvientes de la Cancillería del Reich fueron convocados al Führerbunker, donde Hitler les comunicó su intención de suicidarse antes de ser capturado por los rusos.
"No quiero que me presenten como si fuera una exposición en un museo", les pidió antes de agradecerles por su fidelidad y de liberarlos de sus obligaciones.
A continuación, se reunió con el Dr. Haase, a quien le expresó su deseo de morir exactamente en el mismo momento que Eva. Juntos organizaron el momento final: que Hitler debía tener dos pistolas, en caso de que una se atasque, y dos cápsulas de cianuro, en caso de que una falle. Eva también tendrá dos cápsulas.
Según lo planificado con el Dr. Hasse, el Führer debía colocarse una cápsula en la boca y sostener la pistola a la altura de las cejas en ángulo recto, con la boca apoyada en la sien. Luego debía disparar y morder la pastilla simultáneamente.
Tras una noche de intensos bombardeos, a las 7:00 del 30 de abril Hitler subió al jardín de la cancillería para ver el sol por última vez, pero se encontró con el jardín destruido por las bombas y el bloqueado por el humo de los ataques.
"No quiero acabar en alguna exhibición de cera de Moscú"
A las 12:30 del mediodía, Hitler llamó a Martin Bormann, su secretario privado, para decirle: "Ha llegado el momento. Fräulein Braun y yo acabaremos con nuestras vidas esta tarde".
"Es hora de conseguir gasolina", le dijo a su ayudante Otto Günsche. "La necesitamos ahora, con urgencia. No quiero acabar en alguna exhibición de cera de Moscú".
Sobre las 14.45, los habitantes y empleados del bunker nazi se reunieron a petición de Hitler, que quería despedirse personalmente.
Eva Braun se acercó a Heinz Linge y le dijo: "Muchas gracias por todo lo que has hecho por el Führer. Si ves a mi hermana Gretl, por favor no le cuentes cómo murió su marido".
Hundido en la desesperación, Goebbels intentó por última vez convencer a Hitler de no suicidarse.
"Mein Führer, todavía es posible escapar. Puedes supervisar la guerra desde Obersalzberg... Mein Führer, le ruego que lo considere", le dijo.
Hitler le respondió: "Ya conoces mi decisión. No voy a cambiarla. Por supuesto, usted y su familia pueden abandonar Berlín".
Cuando las puertas se cerraron para que Hitler y su esposa pudieran matarse a solas, "alguien puso un disco y un grupo de soldados y enfermeras empiezan a bailar".
La música sólo es interrumpida por el grave llanto de Magda Goebbels, quien le rogó a gritos a Hitler que se fuera de Berlín: "Ella le ruega que abandone la capital (porque si él se va, su marido también aceptará irse) y ella y sus hijos podrán marcharse. Su negativa es brusca. Ella sale de la habitación llorando".
Disparos en la habitación de Hitler y Eva Braun
A las 15:30, se oyen dos disparos desde la habitación de Hitler.
Diez minutos después, relatan los autores, los encontraron "sentados uno al lado del otro en el sofá. Hay dos pistolas a los pies de Hitler, la que disparó y la que mantuvo como reserva".
"Se disparó en la sien derecha y su cabeza está inclinada hacia la pared. Hay sangre en la alfombra, sangre en el sofá azul y blanco", describen.
"Eva está sentada a la derecha de Hitler. Tiene las piernas apoyadas en el sofá; sus zapatos están en el suelo. En la mesa baja frente a ellos está la pequeña caja de latón en la que guardaba su frasco de cianuro. El veneno le deformó la cara".
A las 15.40, Heinz Linge y Martin Bormann ingresan en la habitación y encuentran a Hitler y a su esposa sentados uno junto al otro en el sofá. Vieron dos pistolas a los pies de Hitler: la que él disparó y la que guardó como reserva.
Se constató que Hitler se disparó en la sien derecha y había sangre en la alfombra, sangre en el sofá azul y blanco. Eva Braun estaba sentada a la derecha de Hitler con las piernas dobladas sobre el sofá.
A las 15:50, con la ayuda de tres guardias de las SS, Linge subió el cuerpo de Hitler, envuelto en una manta, por las escaleras hasta el jardín de la Cancillería. El ayudante de Hitler, Otto Günsche, colocó el cuerpo de Eva junto al de Hitler a unos tres metros de la puerta del búnker.
Günsche y Linge vertieron gasolina sobre los cuerpos y encendieron el fuego con la ayuda de Goebbels. Una bola de fuego envolvió los cuerpos al cerrar la puerta tras él. Los presentes alzaron los brazos y gritaron "¡Heil Hitler!" desde la escalera.
"He cumplido la última orden del Führer. Su cuerpo ha sido incinerado", dijo Otto Günsche antes de dar órdenes a dos oficiales de las SS de que entierren los restos. En el estudio de Hitler, Linge se deshizo de la alfombra manchada de sangre, medicinas, documentos y ropa.
Unos minutos después, las granadas de los soviéticos que tomaron Berlín destrozaron el sitio del enterramiento de Hitler. El oficial de las SS Ewald Lindloff volvió a enterrarlos en un cráter reciente en los alrededores de la Cancillería.
Tres horas después, Josef y Magda Goebbels se suicidaron ingiriendo cianuro en el jardín de la Cancillería. Unos minutos antes, habían acostado en las camas a sus hijos, donde se les suministró morfina. Por encargo del matrimonio, el médico de la Cancillería Ludwig Stumpfegger había triturado una cápsula de cianuro entre los dientes de cada niño.
El anuncio de la muerte de Hitler
La muerte de Adolf Hitler se anunció en la radio a las 22:30 del 1 de mayo. "Ha caído en su puesto de mando, luchando hasta el último aliento contra el bolchevismo y por Alemania", dijo el locutor.
"Así que… este es el fin de ese bastardo", dijo Stalin en Moscú. Sus soldados en Berlín habían encontrado los cuerpos calcinados de la familia Goebbels. Los restos de Hitler y Eva tardaron una semana más en ser encontrados. El dictador fue identificado gracias a una mandíbula bien conservada.
El 16 de julio de 1945, Winston Churchill visitó la Cancillería y dijo mientras hacía su clásica señal de victoria: "Esto es lo que nos habría pasado si ellos hubieran ganado la guerra".
ds