Hace escasos días, la casa real de Noruega confirmó una noticia preocupante: el estado de salud de la princesa Mette-Marit empeoró. Desde que fue diagnosticada en 2018 con fibrosis pulmonar crónica, se sabía que la enfermedad avanzaría con el tiempo. Ahora, casi seis años después, la situación de la esposa del príncipe Haakon se complicó, lo que la obligó a modificar su agenda oficial.
Sin embargo, en medio de varias controversias mediáticas, la princesa asistió al Mundial de Esquí junto a la realeza sueca. Allí se mostró radiante, pero expresó su preocupación por su enfermedad con declaraciones impactantes a la prensa internacional.
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Mette-Marit habló sobre su estado de salud
Este fin de semana, a pesar de la delicada situación, la princesa decidió enfrentar a la prensa tras un acto oficial y explicar en sus propias palabras cómo se encuentra: "Me duelen mucho los pulmones. Tengo que descansar para poder seguir con mis compromisos", declaró con sinceridad.
El comunicado oficial del Palacio detalló que Mette-Marit presenta síntomas diarios, lo que afecta su capacidad para cumplir con sus funciones. "La enfermedad crónica ha progresado. Necesita más descanso y su rutina diaria está cambiando más rápidamente que antes. Esto significa que los cambios en su programa oficial pueden producirse con más frecuencia y con menos antelación", informaron.
Su presencia en el Mundial de Esquí junto a la realeza sueca
A pesar de su estado de salud, Mette-Marit asistió al Campeonato del Mundo de Esquí Nórdico FIS 2025 en Trondheim, donde ejerció de anfitriona junto a Haakon para los príncipes herederos de Suecia, Victoria y Daniel, quienes viajaron con sus hijos, Estelle y Oscar. Las imágenes del evento reflejaron el afecto entre Victoria y Mette-Marit, quienes fueron fotografiadas compartiendo un emotivo abrazo.
Un momento delicado para la princesa
El empeoramiento de su enfermedad no es el único problema que enfrenta Mette-Marit. La princesa también atraviesa una crisis familiar, ya que su hijo, Marius Borg, fue acusado de violación, violencia de género y otros delitos, lo que generó una crisis institucional dentro de la casa real. Ahora, su agenda será menos predecible y se ajustará según su evolución, con cambios más frecuentes y con menor antelación.