Fue un personaje que en sus sesenta y cuatro años de vida ofreció varias versiones profesionales de sí mismo. Y a su vez, en contradicciones unas con otras. Quizá por eso, a partir de que se informó de la muerte de Jorge Lanata, hubo quienes se transformaron en viudas abrazadas a una imagen de Lanata; otros lo recordaron como un periodista con logros y también miserias periodísticas, y otros optaron por el silencio como forma de respeto ante el inevitable hecho que es la muerte.
La velocidad de este presente argentino quizá vuelva a poner el foco en Lanata, si la disputa económica que hace no mucho tiempo tuvo como protagonistas a su actual mujer y a las dos hijas del periodista se reedita y, sobre todo, se mediatiza.
Afectos. Jorge Ernesto Lanata nació el 12 de septiembre de 1960 en Mar del Plata, pero los primeros años de su vida los pasó en la localidad de Sarandí, partido de Avellaneda. De familia de clase media-baja, vivió junto a sus padres adoptivos, detalle que él recién tuvo conocimiento cuando cumplió 55 años. Quienes lo criaron fueron su tía y su abuela, porque su madre perdió la movilidad por completo, producto de una operación cerebral por cáncer. El periodismo pareció atraerlo desde chico y ese recorrido podría tener como punto de partida Colmena, un diario del colegio secundario San Martín. Luego Lanata pasaría a formar parte del –también diario– Ciudad de Avellaneda. A los 14 años, llegó incluso a redactar cables informativos para Radio Nacional 6. Durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983), Lanata trabajó primero como mozo en un bar, y en 1977 ingresó como redactor para la revista Siete Días. Durante aquel año, ingresó a la Cooperativa de Periodistas Independientes, editora de la revista El Porteño, de la que él se desempeñó como jefe de redacción. Durante la transición democrática de 1983, estuvo en el informativo de Radio Belgrano, donde también tuvo a su cargo las investigaciones del programa Sin anestesia, conducido por Eduardo Aliverti.
En acción. Pero es con el lanzamiento de Página/12, en mayo de 1987, cuando ese diario y la figura de Lanata marcan una bisagra en la forma de informar, investigar y sus tapas un sello de identidad. A partir de ese momento, con el tiempo, Lanata suma programas de radio propios como fueron Hora 25 y RompeCabezas; abre la revista Veintiuno, también Ego, le seguirá su ingreso a la televisión en AméricaTV, y nuevos programas de radio y demás. Hasta que en 2012 ingresa al Grupo Clarín con un programa en radio y luego en la televisión.
Antes de esa etapa donde aparece un Jorge Lanata que es la antítesis profesional delperiodista de Página/12 o de los programas en Rock&Pop Radio, Lanata hizo investigaciones especiales para PERFIL (segunda etapa) sin tener escritorio en la redacción, que por entonces funcionaba en Chacabuco al 300, a metros de la Legislatura porteña. Fue durante esa etapa en PERFIL cuando Lanata comienza a construir la idea de volver a la gráfica diaria para finalmente lanzar en mayo de 2008 Critíca de la Argentina, a cuya redacción sumó periodistas de PERFIL. Ese regreso tuvo su fin en abril de 2010 y dejó un doloroso recuerdo para sus periodistas. Años después Lanata, como estrella de Grupo Clarín, ofreció el último papel de su carrera como periodista.