Gaspar Kahan apareció en las redes de pronto, aunque venía trabajando desde hacía rato. Oriundo de Maschwitz (provincia de Buenos Aires), empezó imitando los móviles televisivos de CQC y, por recomendación de su madre, se enteró de que en un colectivo cultural cercano estaban haciendo radio. La de Gaspar fue la escuela de varios: la televisión como espectador y las cooperativas radiales como activista, dos polos de la misma cuestión: los medios de comunicación.
“Yo veía mucha televisión, pero a escondidas”, dice a PERFIL.
—¿Por qué a escondidas?
—Me mandaron a una escuela Waldorf, y mi viejo es del mundo del teatro, y yo veía por ejemplo a Tinelli y le parecía una porquería. Pero a mí me interesaba mucho el show.
—¿Veías otras cosas?
—Sí, Peter Capusotto y sus videos, y todos los programas que giraban que en un momento habían armado una grilla en torno a los de Tinelli.
—Bueno, y “CQC”.
—Es que no los vi en vivo. Llegué a CQC por YouTube y me fascinó el formato.
Vilarizado. La irrupción en las redes sociales de Gapo – como se lo conoce– fue a través de recortes de los móviles que hacía en la calle. Y pronto esos móviles empezaron a constituir un formato de larga duración: el Random Calle. Ahí Gapo habla con personas que encuentra y la conversación está despojada de toda coyuntura. El disparador tiene que ver con cómo está el interlocutor, hacia dónde va, cómo viene de amores...
—Y hay más interés que burla.
—Siempre estás en el baile entre la boludeada y el interés. Pero en Random Calle no hay burla,esa es la esencia. Se busca un personaje y el interés, y eventualmente la risa surge sin forzarla.
Durante la pandemia Gapo empezó a hacer informes desde su casa. Entre otros tópicos, se focalizó en los conflictos en torno a la vía navegable troncal de la Cuenca del Plata, la ruta fluvial que se extiende por los ríos Paraná y Paraguay, que permite la conexión entre los puertos de Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Durante un tiempo, Gapo también trabajó en El destape, matriz a la que volvió, con su Después transfiero, su programa diario en la radio-streaming Re FM.
En la época de El destape, le pidieron sumar treinta minutos de crudo, de los que usarían solo cinco. “Empecé a usar algunos fragmentos para mí. Subí un par a Tik Tok y de pronto se viralizó”.
—El formato apareció solo.
—Le fuimos encontrando la cuestión de los personajes. No buscábamos el formato y se armó solo. Lo mejor es cuando no buscás; suena hippie pero es real. Al tener que recolectar treinta minutos, encontré eso que me servía.
—El año pasado fue el boom algorítmico. ¿Te puso contento?
—Sí, claro. Para lograr capitalizar el trabajo necesitaba que se empiece a ver.
—¿Reconocés cuándo la gente es espontánea y cuándo es consciente del show?
—Sí, pero no es fácil. Los mejores son cuando surge esa espontaneidad.
—Y de pronto hiciste una colaboración con Nathy Peluso. Imagino que se complicó que no los reconozcan.
—Sí, pero tomamos una buena decisión: fuimos a un barrio donde había gente más grande, donde ella quizá no es una ídola reconocible fácilmente.
—¿Quién contactó a quién?
—Increíblemente ella a nosotros. Es fan de los clips. Nos habló, nos invitó al show y al poco tiempo la productora nos dice que querían hacer un contenido con nosotros. Yo no lo podía creer.
—¿Te pareció que le sumaba al formato hacerlo colaborativo?
—Y, con Nathy (Peluso) todo suma. Y quizás haga otros especiales con más gente. Lo importante es que el Random es la gente que te encontrás, no quien hace la nota. En el caso de Nathy, ella fue la protagonista, y en ese caso específico, eso está muy bien.
—¿Recibiste propuestas de otros canales de streaming o de radio?
—Sí, Andy Kusnetzoff, Luzzu y Re, un canal que por entonces recién empezaba.
—Y vos elegiste Re.
—Sí, porque mi prioridad era divertirme y ahí podía hacer lo que quisiera. Y no me interesaba tanto la exposición.
—¿Y cómo fue la experiencia?
—Era la primera vez que hacía un programa diario y los primeros tres meses fueron difíciles. Pero cuando nos acomodamos, se puso muy divertido. Eso sí, nos veían treinta personas. Pero si te hablo de ese programa, te hablo del proceso y del aprendizaje: trabajar con amigos fue muy lindo e investigué cómo me llevaba con el rol de líder En esos sentidos fue un éxito. Además, El destape paga bien y en blanco.
—¿El disfrute debería estar en toda fórmula de éxito?
—Si querés generar comunidad, te diría que sí.
—Cerraste la temporada de “Random” a mitad de noviembre, llevaste un poco lejos la cuestión del disfrute.
—Es que la calidad del formato depende de las ganas que tenga de hacerlo. Y en eso soy intransigente. Y justo nos contactaron de YouTube y me recomendaron seguir durante enero porque, parece, el algoritmo te favorece. Pero con Nacho, el editor, estábamos cansados y si seguíamos, no quedaría tan bueno. Así que priorizamos la calidad.
Youtubers y apuestas online
P.F.
El debate y sobre todo la solución a la ludopatía no está cerrada. La adicción al juego y las apuestas online tiene en los adolescentes un público cautivo y abundan los casos de jóvenes que, por apostar online, terminan teniendo una deuda que para ellos o sus progenitores resulta un problema mayúsculo. La facilidad con la que se puede accedar a este vicio online es otra de las causas que hacen difícil una solución. En medio de todo esto, youtubers y streamers tienen auspicios de sitios de apuestas. Gapo cuenta su experiencia.
—¿Se te acercó alguna marca para auspiciarte?
—La primera fue una de apuestas online: me ofrecieron mil dólares por un video. Y la verdad, al principio acepté. Hice el video y les pregunté: ¿Lo subo mañana? Y me pidieron subirlo el lunes porque era una mejor fecha para apostar. Entonces, tuve ese fin de semana para pensar y entender que no querían promocionar una marca, sino especular con quienes apuestan.
—Qué bueno que lo cuentes así.
—Sí. También pensé que quienes tienen esa marca (como auspicio) solo tienen esa sola y no te contactan otras.