Después de año y medio desde su separación, la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin están cerca de finalizar su proceso de divorcio. A pesar de que se había anunciado que sería a partir del 5 de junio, coincidiendo con el cumpleaños de su hija Irene, cuando se llevaría a cabo el proceso debido a su mayoría de edad, en realidad, las negociaciones se detuvieron hasta después del verano debido a las demandas económicas de Urdangarin. "Aunque no tienen prisa, se espera que todo esté resuelto antes de noviembre", según fuentes cercanas a la pareja citadas por Vanitatis. No obstante, la fecha de la firma se mantendrá en secreto.
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La firma del divorcio se llevará a cabo en Barcelona en lugar de Ginebra, ya que su matrimonio está regido por el Código Civil de Cataluña, que da prioridad a la separación de bienes y no considera las capitulaciones prematrimoniales. Además, según el acuerdo, los gastos de Juan Valentín, Pablo, Miguel e Irene serán cubiertos por la Infanta debido a la limitada pensión de Iñaki Urdangarin como resultado de su situación legal por el caso Nóos (463 euros mensuales), en comparación con los ingresos de ella (30,000 euros mensuales) por su trabajo en la Fundación Aga Khan (AKF) en Ginebra.
"El rey Juan Carlos continuará asumiendo en principio los gastos de educación de sus nietos", al igual que lo hace con los hijos de la Infanta Elena.
La disparidad de ingresos también llevará a que la Infanta brinde apoyo económico de manera modesta a Urdangarin, permitiéndole mantener una relación sin complicaciones con sus hijos sin preocuparse por cuestiones financieras. Aunque se menciona la posibilidad de que reciba alrededor de 5,000 euros mensuales, esta cifra es considerablemente menor que los 25,000 euros que se mencionaron inicialmente. Según informes de Vanitatis, "Iñaki quería más, pero la infanta se mantuvo firme y finalmente él aceptó las condiciones".
El acuerdo de divorcio también incluye la continuación de la escolta de Urdangarin y un acuerdo de confidencialidad que le prohíbe revelar detalles sobre el caso Nóos, su relación con la familia real o su vida personal con la Infanta. Esto implica que no podrá publicar las memorias que comenzó a escribir durante su tiempo en prisión y por las cuales podría haber recibido alrededor de dos millones de euros.
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Una decisión adicional es que la pareja conservará la propiedad de su única vivienda, un sencillo y funcional piso cerca de la playa de Bidart, alejado de los lujos, lo que permitirá a la Infanta Cristina continuar manteniendo su relación con los Urdangarin, ya que, como señala su entorno, "son su familia".
JCCL