La vicepresidenta Victoria Villarruel salió con los tapones de punta a marcar diferencias con un acuerdo suscripto por la canciller Diana Mondino con su par británico, David Lammy, el pasado 24 de septiembre en Nueva York, en el que avanzaron en reanudar vuelos a las islas Malvinas y en organizar un viaje de familiares de caídos en las islas antes de que finalice 2024, para que puedan visitar la tumba de sus familiares.
“¿Nos toman por tontos?”, se preguntó la titular del Senado en un duro mensaje en redes sociales, el cual constituye un nuevo gesto de distanciamiento con la Casa Rosada, justo cuando la imagen de Javier Milei exhibe un pronunciado descenso en los sondeos. “Es su agenda”, se limitaron a retrucar en Casa de Gobierno, evitando escalar la tensión.
“Todos saben lo que representa Malvinas para mí y que ese es mi límite y me obliga a expedirme”, dijo Villarruel en el inicio de su mensaje.
Villarruel se comunicó con Mondino y las explicaciones no le alcanzaron
“La propuesta de acuerdo anunciada con el Reino Unido es contraria a los intereses de nuestra nación. Esta propone entregar apoyo logístico continental a la ocupación y permitir de hecho que puedan seguir depredando nuestros mares, ¿Para qué? ¿Para ir a visitar nuestras islas con visa y pasaporte?”, se preguntó la vicepresidenta.
El mensaje de Villarruel no solo vuelve a tomar distancia de Milei, sino que también le asesta un duro golpe a la canciller Mondino, quien defendió el acuerdo alcanzado con su par.
“Tenemos la convicción de que las islas son y serán argentinas; queremos poder tener una relación más fluida”, había dicho Mondino días atrás al defender el acuerdo. También sostuvo que “la soberanía” de las islas está “resguardada”.
Según pudo reconstruir PERFIL, Villarruel se puso en contacto con la canciller no bien trascendió el contenido del acuerdo alcanzado. A la vicepresidenta no la contentaron las explicaciones. Lo hizo saber.
Para Villarruel la política de “seducción” nunca funcionó y jamás dio resultados. Algo similar sucedió en los 90 cuando el entonces canciller, Guido Di Tella, enviaba osos de peluche a modo de souvenirs para los habitantes de las islas.
“Ellos obtienen ventajas materiales, concretas e inmediatas, mientras que a nosotros nos ofrecen migajas como consuelo emotivo y debilitan nuestra posibilidad de negociación.”, reflexionó Villarruel, quien agregó que “resulta insólito que mientras los EE.UU. nos ofrecen buques guardacostas para proteger nuestro Mar Argentino del pillaje extracontinental, nosotros propongamos cooperar con la potencia que usurpa nuestro territorio”.
Desde la visión de Villarruel las negociaciones no solo deben ser llevadas a cabo de manera bilateral con Reino Unido, dado que considera que la injerencia “es continental”.
En el personal diplomático el acuerdo de Mondino tampoco cayó bien. Hubo malestar en muchos de los funcionarios del Servicio Exterior.
El comunicado de los isleños destacó el acuerdo por los vuelos y en materia de pesca
Un dato pasó casi desapercibido: la Asamblea Legislativa de las islas (Kelper) celebró el acuerdo alcanzado por Mondino y Lammy.
“La Asamblea Legislativa de las islas Falklands celebra el anuncio de un nuevo acuerdo de cooperación entre UK y Argentina”, sostiene el comunicado, que además afirma que “este acuerdo viene sin modificaciones en las posiciones individuales sobre las islas Falklands”, lo que implica que nada se modifica en relación con el reclamo argentino por la soberanía.
Además, el comunicado de los isleños destaca los acuerdos alcanzados para los vuelos y en materia de pesca, dado que la colaboración es fundamental para la preservación del recurso.
“Que a una canciller la aplauda la asamblea kelper es una vergüenza para todos los diplomáticos de carrera”, lanzó una voz diplomática, visiblemente molesta con el acuerdo alcanzado.
Villarruel ya había marcado diferencias con Francia, país al que calificó de “colonialista” tras los reclamos de la federación francesa de fútbol por cánticos de jugadores argentinos. Ello valió la desautorización de Karina Milei, quien solicitó entrevistarse con el embajador francés en Argentina.
La vicepresidenta tampoco asistió a la cena de camaradería. En Casa Rosada decían que había sido invitada, pero en el entorno de Villarruel señalaban que la invitación nunca llegó.
