En un evento de reconocimiento internacional, una destacada investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) sorprendió al público al responsabilizar al presidente de la institución, Daniel Salamone, por lo que describió como “un deterioro sistemático de la ciencia argentina”.
Valeria Edelsztein recibió el premio internacional “científicas que cuentan” en una ceremonia realizada en la embajada de Francia, pero lejos de quedarse en un acto protocolar, la Edelsztein aprovechó el atril para realizar una contundente denuncia sobre la precariedad y el abandono que atraviesa el sistema científico en Argentina.
Durante su discurso, la investigadora, que llevaba una camiseta en la que se leía la consigna “no a la destrucción del sistema científico”, afirmó que "la ciencia argentina está siendo destruida”, y no dudó en apuntar a Daniel Salamone, presidente del CONICET: “Uno de los responsables está acá con nosotros, el presidente del CONICET, Daniel Salamone, quien decidió despedir a cientos de compañeras y compañeros administrativos en todo el país, contra la voluntad de los directores de todos los CCT del país y de todo el directorio del organismo”, sostuvo en un momento que se volvió tenso.
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Edelsztein es cofundadora de Científicas de Acá, un proyecto que visibiliza a mujeres y disidencias en la ciencia y tecnología argentina. Es autora de numerosos libros de divulgación y contribuye regularmente con columnas en medios nacionales, reforzando su compromiso con acercar la ciencia a la sociedad.
“Está buscando la migración de recursos humanos que nos formamos en universidades públicas y está destruyendo el semillero de becarios que es el futuro del país", agregó.
El CONICET es una institución que viene atravesando diversas polémicas desde el inicio de la gestión de Javier Milei. Recientemente volvió a la escena pública cuando Manuel García Solá renunció a su cargo como director de la institución denunciando “persecusión ideológica”. “Nunca podría callar mi voz cuando se intentara cometer algún acto de persecución por ideas científicas, políticas o religiosas”, sostuvo en su carta de despedida.
Anteriormente, la institución ya había atravesado conflictos y denuncias de recortes de becas por parte del Gobierno nacional, lo que llevó a la toma de la institución durante el verano, y a múltiples protestas que se extendieron hasta los meses de junio y julio, encabezadas por los propios becarios y los gremios estatales.
FM